Una de las más recientes ocurrió el pasado 28 de junio en la autopista Manzanillo-Colima, donde un tráiler impactó a una camioneta; una docente quedó prensada en el vehículo particular y posteriormente falleció en el nosocomio debido a la gravedad de las heridas.
Una de las principales problemáticas que tiene el Estado de Colima son las relacionadas con la vivienda; desde la falta de colonias populares hasta la regularización de predios.
Hace poco leí que el director de la Comunidad Portuaria de Manzanillo (Copoma) afirmó a un medio local que el puerto de esta ciudad continúa con un crecimiento constante en el movimiento de carga contenerizada, lo que lo posiciona como uno de los principales puertos del Pacífico mexicano y el tercero en importancia en América Latina.
Me enteré de la visita de López Obrador porque un grupo de vecinos estaba planeando asistir para llevarle una queja generalizada de la población: las inundaciones, el tráfico, la inseguridad, el mal estado de las carreteras, etcétera.
Es importante aclarar que, tal vez por mala fortuna, el transporte de carga pesada solo ha jugado el papel de secuestrador material de la ciudad; los verdaderos autores intelectuales de este desesperante secuestro ciudadano son el sistema portuario y aduanal promovido y tolerado por el Gobierno de la 4T, y los dueños de las empresas operadoras en el puerto.