La creciente inseguridad en Quintana Roo ha generado una profunda preocupación en la ciudadanía, pues consterna la ola de delincuencia que se está desatando en la zona norte y sur de la Entidad “Ya es global esto, es una pena muy grande y andan buscando también a nuestras iglesias, las alcancías ”, “lo que quiero decir es que ya no respetan a nadie”, expresó el obispo de la Diócesis de Cancún-Chetumal, Pedro Pablo Elizondo Cárdenas.
Sobre el aplazamiento de la audiencia prevista ayer 03 de septiembre con la Secretaría de Gobierno, el Movimiento Antorchista de Quintana Roo, nuevamente, tiende los puentes de diálogo y ofrece un voto de confianza a la titular de la dependencia estatal, Cristina Torres Gómez, para que el próximo 10 de septiembre, nueva fecha acordada, sí se lleve a cabo dicha reunión para llegar a un consenso sobre el patrimonio de miles de familias chetumaleñas victimas de hostigamiento.
Antes de abordar el tema que me ocupa esta semana, quisiera destacar la memoria de nuestra compañera Bertha Portilla Díaz, acaecida el pasado sábado 7 de septiembre a la edad de 78 años.
La entidad con mayor tasa delictiva es Colima, con 283.3 ilícitos por cada 100 mil habitantes; le sigue Baja California Sur, con 268.9 y Aguascalientes con 241.7. En contraste, el vecino estado de Yucatán tiene una tasa de 13.5 delitos por cada 100 mil personas, lo que lo consolida como la entidad más “segura” del país, seguida de Chiapas y Tlaxcala, con 17.5 y 19.2, respectivamente.
Quisiera iniciar mi intervención con la siguiente premisa: “Los antorchistas privilegiamos el diálogo, siempre y cuando este tenga la genuina intención de dar solución a nuestros planteamientos”.