MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

¿Qué deben ver los pobres de México en la lucha de Antorcha?

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Serenidad, tú para el muerto,

que yo estoy vivo y pido lucha.

Otros habrá que te deseen:

Esos no saben lo que buscan.

El día de ayer, en los momentos, en que 40 mil ciudadanos humildes de Hidalgo confirmaban en su persona lo que significa en verdad el "compromiso" de los funcionarios con las carencias del pueblo pobre, al recibir represión policial y negación de sus derechos constitucionales, como el de libre tránsito o el de manifestación, entre otros, de parte de Omar Fayad, gobernador de ese estado, como respuesta a su justo reclamo de solución a demandas de obras y servicios, me vinieron a la memoria los versos del poema "Serenidad" de José Hierro, poeta madrileño, que fue encarcelado durante la Guerra Civil Española por su actividad contra el Franquismo.

Porque ese es el ánimo que priva en el antorchismo, que seguro de su causa, no se amilana con los obstáculos que encuentra en el camino, antes se agiganta, recibiendo combativamente la batalla, como lo demuestra el hecho de que a pesar de que la policía estatal detuvo los autobuses en que se transportaban miles de manifestantes, estos, marcharon por las avenidas y carreteras a pesar de que tenían ante sí, decenas de kilómetros para llegar al punto de reunión con sus compañeros. ¡Qué sublime es el pueblo cuando combate!

En Antorcha sabemos que no se cambia el mundo con palabras llenas de sensiblería, pero en los momentos de represión que vivimos, cuyo ingrediente revolucionario radica en encender los ánimos de las víctimas, convenciéndolos de la justeza e importancia de su causa, las palabras de aliento son, no solo necesarias, sino indispensables para animar a quienes están en la primera línea de batalla, a que convencidos de que no solo libran sus propias luchas, sino que con ellas, toman el glorioso lugar de la vanguardia en la senda que recorreremos muy pronto para traer justicia y verdadera libertad para los mexicanos, acometan con furibunda calma la honrosa causa de los desprotegidos. Por ello, compañeros antorchistas, vayan la solidaridad y nuestro compromiso de seguir su ejemplo y su camino, con orgullo y lealtad a su causa, a nuestra causa.

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¿Qué piden los antorchistas hidalguenses que han provocado la ira del gobernador? Muy poco, piden que se inviertan los recursos del erario, que se recaban mediante los impuestos de todos los ciudadanos, en pavimento, escuelas, electricidad, programas de vivienda, becas para estudiantes, etc. Es decir, nada que no sea derecho constitucional de todos los mexicanos recibir y que no pasa de unas cuantas poco onerosas y muy sentidas obras. A pesar de la justicia que asiste a mis compañeros y de que lo que piden es no solo su derecho, sino la obligación primordial de atender por parte del gobierno que encabeza ese dictador de nuevo cuño, lo único que encontraron fue una rotunda negativa. Esta cerrazón provocó que hicieran uso de su derecho a la manifestación pacífica, y a causa de esto, miles de ellos fueron interceptados antes de llegar a la capital del estado, provocando incluso la volcadura de un autobús que dio como resultado un saldo de 20 indígenas heridos.

¿Por qué son posibles estos acontecimientos, y se han vuelto tan comunes en nuestro país, como ahora se hace visible en Hidalgo? A mi juicio por dos razones: la primera es que dada la falta de conciencia política de las mayorías, dada su precaria y desmoralizante vida, no se dan cuenta que hemos dado tanto poder a los gobernantes, que estos se consideran dueños absolutos de los recursos de todos, disponiendo a su antojo de ellos, invirtiéndolos donde a sus intereses convienen, en detrimento de quienes aportan, vía impuestos, la inmensa mayoría de estos; la segunda, porque ahora que hay un gobierno federal, que aprovechando el anhelo de justicia del pueblo de México con promesas demagógicas, se apresura a fortalecer el injusto sistema económico que impera en nuestro país, desatando una feroz campaña en contra de las organizaciones sociales, y en primer lugar, contra el Movimiento Antorchista Nacional, por ser la más grande en nuestro país, y la que, dados sus resultados en beneficio de millones de ciudadanos humildes, cuenta con el prestigio y con la capacidad necesarios para defender y organizar a los pobres de México, seres serviles y oportunistas como Fayad, miserablemente se aprestan a apoyar esa campaña, con el interés de quedar bien con el Presidente de la República, demostrando que en este país los gobernantes que así actúan, no conocen colores ni partidos, y que su lealtad será siempre con el poder en turno, para lo cual no les importa atropellar o incluso atentar contra la vida de sus gobernados.

¿Qué debe ver entonces el pueblo de México en la lucha de Antorcha y los ataques de la mayoría de los gobiernos de los tres niveles, en México? Que en la vida no se puede juzgar a los gobernantes por lo que dicen de sí ellos mismos, que la prueba última de los intereses que defienden, son sus actos y sus obras; que actualmente no hay partidos políticos que luchen a favor de los ciudadanos, que el partido de los pobres está por formarse aún, y que la formación de este, reclama también la formación de otra clase de líderes, más comprometidos con los intereses de las mayorías, formados y forjados en la lucha diaria por el mejoramiento de las condiciones de vida de los sectores más vulnerables y desprotegidos, pero eso se verá en la lucha práctica y en los resultados de ella, no en los discursos televisivos o en las campañas electorales.

Por tanto, la campaña de falsas promesas y adormecimiento de que es víctima una gran parte de los mexicanos, que adulados por el Presidente, no se dan cuenta que los ataques a las organizaciones y a los antorchistas, son en realidad ataques a ellos también, como parte importante del pueblo pobre por el que nosotros luchamos, y que la razón fundamental de la guerra contra nosotros, es que Morena, que es un partido de políticos reciclados, es solo una herramienta más de quienes detentan el poder en México desde hace muchos años, y que conscientes de que los demás partidos están desprestigiados, hacen uso de un discurso novedoso para mantenerse en el poder y seguir enriqueciéndose a costa de la pobreza de las mayorías.

Por eso, desde esta trinchera y a la luz de la represión de que han sido víctimas mis compañeros antorchistas del estado de Hidalgo, invito a los mexicanos a no dejarse engañar por la campaña del Presidente y sus seguidores en nuestra contra; a que antes de juzgar por lo que se dice en la orquesta de medios a su servicio, se pregunten qué mejoras reales hay en su vida, si ya bajaron o desaparecieron los elevados impuestos que pagamos, si ya bajó de forma sustancial el precio de los combustibles y la electricidad, si ya hay un salario digno para todos los mexicanos, si ya hay más obras y servicios públicos, si ya mejoró la educación. Si hacen un análisis crítico acerca de esto, verán que todo ha sido falsas promesas, que hoy el gobierno federal ha cambiado su postura y que, amparado en supuestos enemigos de la 4ta Transformación, en los hechos está preparando las condiciones para tener legalmente el poder absoluto del país. Se han desmantelado programas importantes que atendían con mayor eficacia las necesidades de sectores populares, como las guarderías, prospera, seguro popular, además de suspender los recursos destinados al campo y a infraestructura social como pavimento, vivienda, drenaje, agua potable y electricidad, a cambio de programas asistencialistas en los que se da 26 pesos diarios a estudiantes de preparatoria, 40 pesos diarios a los adultos mayores y 122 pesos diarios durante un año a jóvenes que no estudian ni trabajan, con el único objetivo de comprar conciencias para las próximas elecciones.

A mis compañeros hidalguenses, envío desde aquí el apoyo y solidaridad indudables de los antorchistas oaxaqueños. La etapa histórica que nos ha tocado vivir, impregnada de las condiciones que brindan las leyes del desarrollo de la sociedad, que siempre transita hacia el progreso, anuncia la proximidad del triunfo. La represión que sufrimos demostrará a los mexicanos que Antorcha está lista y capacitada para ponerse al frente de esa gran fuerza social que liberará a nuestro pueblo, porque durante 45 años hemos formado líderes populares salidos de su entraña, que se han templado en la lucha paciente y honesta, y ahora que nos reprimen, al igual que el poeta a que aludo más arriba, no pedimos calma ni descanso, aplaudimos la cercanía de la batalla, porque estamos vivos. ¡Adelante, antorchistas! ¡Serenidad, tú para los muertos, que nosotros pedimos lucha!

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