MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

REPORTAJE | Amas de casa de oficio bailarinas

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Susana Valdez Pérez es integrante del grupo de danza Guié Sicarú desde su fundación, aunque ya formaba parte de este colectivo artístico antes de que adoptara ese nombre.

A pesar de sus múltiples ocupaciones, Susana Valdez siempre está lista para acudir a los ensayos, convencida de que la disciplina y el esfuerzo son esenciales para cumplir sus sueños en la danza.

Refiere que baila en el grupo desde hace aproximadamente diez años y que se integró a partir de una invitación del Movimiento Antorchista. Es ama de casa y también forma parte del ejército de mujeres que deben salir a ganar el sustento de su familia.

Distribuye su tiempo para poder realizar una de las actividades que más le gustan: bailar. Primero va al trabajo, luego realiza sus labores domésticas y, al caer la tarde, asiste a los ensayos. De 6 a 8 de la noche, tres días a la semana, está presente con la disciplina y el entusiasmo que caracterizan a las personas responsables.

El grupo popular de danza Guié Sicarú (flor preciosa en idioma zapoteco) forma parte de un proyecto que el Movimiento Antorchista desarrolla en el municipio de Nicolás Romero.

El objetivo del grupo es ofrecer una alternativa a madres de familia, estudiantes y trabajadores para que expresen su talento y creatividad a través de la danza, algo que les está negado por la falta de una política cultural y laboral que atienda la formación integral de la población. El único requisito para ingresar es tener ganas de bailar y disciplina.

La agrupación ha ganado prestigio gracias a la calidad de sus presentaciones en casi todo el municipio, participando en aniversarios de colonias, fiestas patronales, eventos culturales, inauguraciones de instituciones, ceremonias de graduación y encuentros con campesinos de la zona verde. También se han presentado en municipios vecinos como Atizapán de Zaragoza y Villa del Carbón. Los distintos oficios de sus integrantes se unifican con el propósito de compartir su trabajo dancístico.

Susana Valdez, además de su empleo fuera de casa, debe realizar las labores domésticas como la limpieza y la atención de sus hijas y nietos. A pesar de sus múltiples ocupaciones, está siempre lista para los ensayos vespertinos y no falta para no perderse el montaje de una nueva pieza.

Durante un ensayo, mencionó que se están preparando para participar en la eliminatoria estatal y así obtener un lugar en las Espartaqueadas Culturales en Tecomatlán, Puebla, que se realizarán del 5 al 12 de abril:

“Tenemos el concurso que hace la organización de Antorcha; estamos ensayando para concursar, primero en Ixtapaluca y ver si de ahí pasamos al concurso nacional (Espartaqueada Cultural). Estamos preparando unos bailes de Querétaro y de Hidalgo. Estamos muy contentos, tenemos mucha fe, le estamos echando muchas ganas, vamos a dar todo lo que tengamos que dar, es un esfuerzo de todos. Todos estamos en la misma sintonía, estamos muy contentos y emocionados por participar. Hemos redoblado los ensayos, antes sólo eran tres días a la semana; ahora es toda la semana completa, todas las tardes, para estar más preparados”.

María de los Ángeles Huerta González forma parte del grupo desde hace dos años. Llegó atraída por una invitación en redes sociales y, al igual que los demás, hace lo posible por no faltar a los ensayos.

Como Susana Valdez, trabaja fuera de casa y, después de cumplir con su jornada laboral, se integra a los ensayos para luego regresar a descansar cerca de las nueve de la noche. Vive en la 9 Bosques de la Colmena, cercana a los lugares de ensayo.

También manifiesta su entusiasmo por participar en las eliminatorias estatales: 

“Esperemos que tengamos la oportunidad de asistir; he ido en otras ocasiones, cuando vamos al panteón, en la celebración de los Mártires Antorchistas. Los eventos se me hacen de primera clase; todas las personas pueden participar aquí, en el grupo, no importa los años que tengan o a qué se dediquen. Aquí hay maestros, estudiantes, niños, amas de casa; tenemos compañeros con edades desde los ocho hasta los 54 años. Desde muy chica me ha gustado la danza, pero apenas tuve la oportunidad de participar, hasta ahora que pude desocuparme de algunas cosas que tenía que hacer, no tenía mucho tiempo”.

Una característica más de María de los Ángeles, en la que se observa su carácter esencialmente humano, es que, además de su trabajo y su compromiso con los ensayos y presentaciones, también realiza labor social con sus vecinos.

Es integrante del Comité Vecinal de su localidad y forma parte de los plenistas, como se les conoce a los colonos organizados que identifican los problemas prioritarios del barrio, proponen alternativas y organizan a la población para resolverlos.

Ella está convencida de que, si las personas trabajadoras, amas de casa o empleados tuvieran el tiempo suficiente y no estuvieran absorbidos por la necesidad de garantizar el sustento diario, muchos podrían dedicarse a actividades artísticas. Ha encontrado en el Movimiento Antorchista la oportunidad de desarrollar su talento y bailar, algo que siempre le gustó, pero que no pudo hacer en su niñez.

El principal impedimento para que las personas se dediquen a las artes, el deporte o la ciencia es la pobreza, que los obliga a trabajar más allá de sus capacidades físicas e intelectuales para sobrevivir. Esa es la característica del sistema en que vivimos, del capitalismo.

En este sentido, el pensamiento de María de los Ángeles coincide con el planteamiento del Movimiento Antorchista: construir una sociedad en la que no exista pobreza y en la que cada persona, después de satisfacer sus necesidades económicas, tenga el tiempo suficiente para cultivar su espíritu. Parece un sueño imposible en el presente, pero no lo es.

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