Nada casual es que ahora que se avecinan las campañas electorales de 2024, cuando se elegirán presidentes municipales, diputados, senadores, gobernadores y presidente de la república, constantemente se escuchen declaraciones de los políticos de los distintos partidos como el de “soy feminista”. Bueno hasta el mismo presidente, Andrés Manuel López Obrador, que ya es mucho decir, se ha expresado en este sentido cuando así le ha convenido.
Obvio, todo con la finalidad de estar en el ánimo y en las preferencias de los futuros votantes, dentro de ellos la población femenil que representa aproximadamente el 53 por ciento del padrón electoral nacional.
Pero esas declaraciones son sólo para llamar la atención, para dar la nota del día y ganarse la confianza de las mujeres. En la vida real las cosas son distintas. En el núcleo familiar y de manera especial en la sociedad no se hace nada o muy poco para atender y resolver la problemática que todos los días padecen las mujeres mexicanas.
A nivel nacional, de acuerdo con la Encuesta Nacional sobre la Dinámica de las Relaciones en los Hogares (Endireh) 2021, el 70 por ciento de las mujeres de 15 años y más experimentó una situación de violencia a lo largo de su vida. La violencia detectada con mayor incidencia es la psicológica con 51.6 por ciento; seguida por la sexual con 49.7 por ciento; la física con el 34.7 por ciento; y finalmente, de manera conjunta, la económica, patrimonial y discriminación con el 27.4 por ciento.
Para 2022, según esta misma encuesta que coordina el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), particularmente en el estado de Querétaro, los resultados sobre la violencia hacia las mujeres de 15 años y más, desafortunadamente, fué de mucha crueldad, ocupando el nada enorgullecedor primer lugar en todos los tipos de violencia: psicológica, física y sexual.
El 49.8 por ciento de las mujeres queretanas encuestadas había sido víctima de violencia de algún tipo en los últimos 12 meses, superando así la media nacional que es del 42.8 por ciento. Además, el 75.2 por ciento, casi ocho de cada 10 de las encuestadas habían sufrido violencia, siendo el tercer porcentaje más alto en el país.
Y en los últimos 12 meses, el estado ocupa el primer lugar en violencia contra las mujeres en el ámbito escolar, tercer lugar en el ámbito comunitario y laboral, situación que demuestra la necesidad de tomar medidas urgentes para abordar la violencia contra las mujeres en la entidad.
Por lo que respecta a los feminicidios en el estado, la capital se ubicó en el lugar 29 de 100 municipios con incidencia de presuntos feminicidios al registrar cinco casos en 2022 que lo ubicó con una tasa de 0.99 feminicidios por cada 100 mil mujeres, por debajo de la media nacional que se ubicó en 1.05, que registra Colima con 3.69, seguido de Nuevo León con 2.74, Morelos con 2.42, Campeche con 1.91 y Chihuahua con 1.54.
Con estos vergonzosos datos sobre el maltrato,que han costado mucho daño a las mujeres, tanto en el estado como a nivel nacional, que en muchos de los casos además de trabajar en el hogar tienen que salir a ganarse la vida como asalariadas en industrias o comercios, recibiendo bajos salarios para el sostenimiento de sus familias, se evidencia la arraigada cultura del machismo, caracterizado por el rancio conservadurismo y el escaso trabajo de las autoridades para brindarles verdadera protección.
Sería histórico que el pronunciarse feminista se traduzca en una verdadera tranformación de calidad de vida de las mujeres queretanas y no una simple utilización en tiempos electorales.
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