MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

Migración y muerte

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La tragedia del pasado 27 de marzo donde perecieron calcinados 39 migrantes en Ciudad Juárez nunca debió ocurrir. Lo peor del caso es que no es la primera vez que ocurren estos hechos donde personas extranjeras mueren en su tránsito por México.

Giovanni Lepri, titular de la Oficina del Alto Comisionado de Naciones Unidas para Refugiados (ACNUR) señala que la política global de esa organización es clara contra la detención de solicitantes de asilo, y que los instrumentos internacionales estipulan que la detención en contextos de movilidad debe ser una medida excepcional caso por caso y, muy importante, debe darse en condiciones dignas y de seguridad. En México una reciente sentencia de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) determina que la detención migratoria superior a las 36 horas es inconstitucional.

Este incendio ocurrido en la estación del Instituto Nacional de Migración (INM), de Ciudad Juárez, Chihuahua, hace evidente la falta de atención ante este grave problema que debe atenderse y este es un momento clave para revisar las alternativas a la detención migratoria en México.

“Yo creo que esto es un gran llamado de atención a la increíble vulnerabilidad y revulnerabilidad que tienen personas que están en movilidad, no son criminales, son personas que en muchos casos han tenido que moverse de manera irregular porque no tenían otra opción”, remarca Lepri.

Estas tragedias deben ser investigadas y que también sirvan como un llamado de atención a nivel global, federal, estatal y municipal.

Amy Fischer, directora de Abogacía para las Américas de Amnistía Internacional Estados Unidos, culpó a las autoridades de ambos países.

“Es inadmisible que en México esta gente que está buscando seguridad sea puesta en centros de detención en condiciones crueles y se les niegue el asilo en Estados Unidos. Una montaña de países está fracasando en la protección a gente que tiene el derecho de ser protegida”, comentó, en entrevista con Al Jazeera.

La tragedia en Ciudad Juárez es un recordatorio de un sistema migratorio quebrado y de los riesgos de la migración irregular, afirmó el embajador de Estados Unidos, en México, Ken Salazar. “Desafortunadamente este incendio está lejos de ser la única tragedia reciente, ya que también resaltan las 53 personas migrantes que murieron abandonadas en Texas y las otras 56 que murieron al volcarse un camión en Chiapas”.

Ricardo Raphael, analista político, publica en la revista Proceso, del 2/04/2023, en su artículo La verdadera política migratoria: ¡Vete al infierno!   que "les ordenaron desnudarse y depositar sus ropas dentro de unas tinajas con gasolina y formol. Cincuenta hombres obedecieron a los custodios de la prisión de El Paso, Texas. Hace poco más de un siglo había obsesión con el tifus y por eso debían eliminarse todos los piojos que los presos mexicanos llevaban, supuestamente a los Estados Unidos”.

Aquella tragedia ocurrió en marzo de 1916. Según el alcalde de la ciudad, Thomas Lea, un fósforo encendido por uno de los guardias bastó para que, en instantes, una inmensa llama, nacida en las tinajas devorara aquel edificio.

Quienes sobrevivieron contaron que, de tan caliente, el suelo parecía una sartén y las suelas de los zapatos chicle derretido. Esa vez murieron veintisiete personas, entre ellas, diez soldados villistas. Con arrogancia, el alcalde Lea declaró que no tenía qué pedir perdón por algo que había sido un mero accidente.

Francisco Villa cruzó días después la frontera y se dirigió a Columbus para hacer saber a los vecinos que el episodio de la prisión de El Paso no iba a ser olvidado sin consecuencias”.
Poco más de un siglo ha transcurrido y la violencia racializada continúa vigente. Sólo que esta vez los custodios no fueron gringos sino mexicanos y las víctimas viajaron desde más lejos.
Sorprende que una tragedia como la ocurrida en el Centro de Detención migratoria de Ciudad Juárez, no haya sucedido antes.

Ese centro de detención no es una cárcel, pero a la gente que encierran ahí la tratan como criminales. Tampoco es un campo de concentración, pero solamente encierran ahí gente morena. Mucho menos es un campo de refugiados, aunque la mayoría de quienes estaban encerrados andaban buscando refugio.

Lo que está detrás de este acto de violencia es una política deliberada de estigmatización a las personas migrantes –sobretodo guatemaltecas, hondureñas, salvadoreñas y venezolanas- que recorre todo el país.
Mientras impere en el mundo el capitalismo cruel y su modo de producción que sólo beneficia a unos cuantos, seguirá habiendo migración y tragedias al por mayor.

Se debe y se tiene que decir: los migrantes no son desechables.
 

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