El Covid-19 no sólo ha dejado una gran cantidad de muertos en Quintana Roo, su presencia obligó al cierre de cientos de empresas y a la pérdida de trabajo, se dice que afectó a más de 100 mil empleados formales que se sumaron a otros 100 mil que no tienen ingresos para hacer frente a sus gastos familiares, y la cifra sigue subiendo toda vez que los contagios sigue en aumento y el semáforo epidemiológico se encuentra en rojo, y algunos aventuran que la crisis económica ya está afectando a más de 500 mil personas.El Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), ya le puso nombre a ese efecto: pobreza laboral, que se agravó con la pandemia del coronavirus y que no es otra cosa más que las familias no obtienen los suficientes recursos para poder sufragar sus gastos familiares básicos, o sea, no tienen dinero para comprar comida y padecen hambre.Hay quienes aseguran que los afectados en toda la entidad pudiera superar el medio millón de personas.
Como bien es sabido, en estos momentos miles de familias de las colonias populares de Quintana Roo, las más pobres, han externado de diversas maneras la difícil situación por la que atraviesan y la escasa, por no decir nula, acción del gobierno local y del presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, para ayudar a quienes enfrentan la pandemia encerrados en casa y sin alimentos.La voz de esa gente, que fue abandonada a su suerte, se escuchó fuerte y de diversas maneras, con pancartas, con pañuelos blancos, con manifestaciones, pero fueron ignorados por los que hoy detentan el poder y que sólo benefician a unos cuantos para devolverles el favor hecho en las elecciones pasadas.
Otros datos indican que, en nuestro estado, con poco más de un millón 600 mil habitantes, 563 mil viven en pobreza y 107 mil en pobreza extrema; cerca de 400 mil personas trabajan en el sector informal, es decir, no tiene prestaciones de ley, ni pueden gozar de los beneficios que algunos patrones les dan a sus empleados en esta contingencia.Es preciso recordar que hace un par de meses el Centro Coordinador Empresarial del Caribe (CCEC), estimó que esta pandemia dejaría cerca de un millón de personas sin empleo en toda la entidad, lo que contrasta mucho con los 200 mil que estima el Coneval que se encuentran en situación de pobreza laboral.
Sin duda, el panorama en nuestra entidad es terrorífico y se puede salir de control porque la gente ya no tiene dinero y no tiene qué comer, la principal fuente de ingresos económicos es la actividad turística y ésta se encuentra inactiva; un ser humano con hambre es capaz de muchas, hasta esos extremos puede llegar el hambre pero que a las autoridades gubernamentales les tiene sin cuidado, pues no es lo mismo tener seguro los honorarios que aquellas familias humildes que tienen que chingarle todos los días si quieren conseguir los alimentos.Desde el poder estatal se habla de una reactivación económica del 30 por ciento en la entidad, pero la gente "tiene otros datos", porque las empresas han cerrado y se han quedado sin trabajo, tienen ahora que salir a las calles para realizar cualquier actividad que les deje algunos pesos, aún con el riesgo de contagiarse de covid-19, para poder llevar algo de comer a sus familias.
De manera insistente, las familias, en especial las organizadas en el Movimiento Antorchista, han solicitado tanto al Gobierno del Estado así como a los diputados del Congreso local, les brinden apoyo alimentario, despensas, esa voz de auxilio se ha dejado escuchar por meses, pero fue hasta hace unos días que el gobierno del estado anunció que implementará, a partir de la segunda quincena de agosto y durante cuatro meses, el programa "Hambre Cero" que llegará a 46 colonias, con mayores carencias en los 11 municipios catalogados como "prioritarios", aunque sabemos que el desempleo y pobreza abarcan no decenas sino cientos de colonias y comunidades en todo el estado que urgen desesperadamente les llegue la tan esperada ayuda alimentaria.Se dijo que el programa "Hambre Cero" tiene el objetivo de reducir la carencia alimentaria, difundir los nuevos hábitos de cuidado e higiene y fortalecer el tejido social.
Esperamos que el programa sí esté dirigido a personas con carencia alimentaria, que cumplan con los criterios de elegibilidad y que por sus ingresos bajos sean beneficiados.Sin duda ese apoyo ayudará a mucha gente de la zona norte y sur de la entidad, donde las autoridades han ubicado a las familias más necesitadas, pero en lo que no podemos estar de acuerdo es que se pretenda cobrar por ese apoyo toda vez que la gente, como hemos señalado, no tiene los recursos y se encuentran en pobreza laboral de ahí que es necesario replantear esa cuota de recuperación que se pretende cobrar.
El Programa Emergente de Apoyo Alimentario eso debe ser, sin condicionamiento alguno para quienes verdaderamente lo requieren, que en Quintana Roo son miles y que sin duda alguna agradecerán a sus autoridades la ayuda humanitaria dada.Estas medidas ayudarán un poco a las familias a contrarrestar la crisis, pero sería algo así como un analgésico mientras dure su efecto.¿Y después, qué?
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