En el proceso electoral del 1 de julio del año pasado todos los candidatos que buscaron un cargo de elección popular bajo el cobijo del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) trabajaron, los que lo hicieron, de forma tal que este partido obtuviera un triunfo arrasador; en sus discursos muchos de ellos criticaban severamente a las instituciones partidistas de donde emigraban: daban mil y un motivos para justificar su cambio de camiseta y de ideario, arropando con gran candor y replicando el discurso del fundador del Morena, Andrés Manuel López Obrador: acabar con la corrupción, primero los pobres, y otras consignas para endulzar el oído del electorado.
Pero ahora, a unos meses de repetir el proceso de elección para gobernador del estado de Puebla, incluso antes de esto, ha comenzado a salir a flote la verdadera ambición de poder de varios personajes de este partido político y los conflictos de los grupos internos; varios de estos políticos con un historial político cuestionable sobre los resultados de su trabajo en favor de las personas a las que dicen representar.
Demos un breve repaso. En busca de la candidatura a gobernador interino –que el día de hoy ocupa Guillermo Pacheco Pulido-, comenzó la "guerra de dimes y diretes" al interior de los diputados que arribaron al Congreso de Puebla por la coalición Juntos haremos historia: José Juan Espinosa Torres (JJ) y Gabriel Biestro Mendinilla; el primero es presidente de la mesa directiva del Congreso, cargo que dejará en marzo.
Respecto a las aspiraciones de Biestro el propio JJ afirmó en sus redes sociales que "Hay muchos compañeros diputados que incluso pretenden que uno de nosotros quede como gobernador interino, eso sería incorrecto, perverso y antidemocrático ser juez y parte. Buscar que algún diputado pueda ser nombrado sería un error histórico, yo no podría justificar una decisión de esa naturaleza [...] habría un claro conflicto de intereses".
A su vez, 20 de los 22 diputados de dicha coalición firmaron un desplegado donde afirmaban que "no soportaremos ningún señalamiento desmedido por parte de ningún diputado. Respaldamos las decisiones que ha tomado el presidente del Congreso del Estado, Gabriel Biestro Mendinilla, y no permitiremos ninguna ofensa de falta de respeto para con ningún actor político. (...) La opinión de un diputado no es la postura de toda la coalición". Esto en respuesta a los constantes ataques del JJ.
Pero al parecer Espinosa Torres se mide a sí mismo con una vara y utiliza otra para los demás, puesto que, en el marco de este conflicto, el diputado Héctor Alonso Granados calificó de "traidor" a JJ porque lo citó en un café para que apoyará a la senadora -y esposa de Espinosa Torres- en la candidatura a la gubernatura interina de Puebla. ¿Dónde quedó, pues, la perversión y antidemocracia? Al parecer José Juan es de lo que dicen hágase la ley en los bueyes de mi vecino.
Esta actitud denota los verdaderos intereses de quienes hoy defienden la bandera de Morena. ¡Al diablo las necesidades de los poblanos, primero lo mío y luego ellos! Ese parece ser su razonamiento, es decir, estamos una vez más frente a una clase política que sólo en el discurso se preocupa por los pobres porque en los hechos, queda claro que no. No traicionar es una de las máximas de Morena, misma a la cual están faltando, desenmascarando así, su naturaleza mezquina y antipopular.
Sin embargo, este no ha sido el único caso donde han quedado exhibidas las fracturas y falta de ideario común y consolidado entre los que integran las filas de Morena. Ahora, de cara al proceso de elección para gobernador constitucional, nuevamente se repite el fenómeno. No parece que la ideología política este bien cimentada, es decir, estamos ante el mismo fenómeno de siempre, la disputa del poder entre los mismos grupos ¿quiénes integran Morena, de dónde vienen? Son exiliados del pri (Partido Revolucionario Institucional, del pan (Partido Acción Nacional, del próximamente extinto prd (Partido de la Revolución Democrática), es decir, de todos los vestigios de formación no hay ni el más mínimo resabio. Sólo un común denominador los une: el poder en sí y para sí.
Suma y sigue. El senador Alejandro Armenta Mier se ha sumado a la carrera por la gubernatura constitucional, y para ello ha echado mano de todos los recursos a su alcance como ofrecer transmitir por un canal oficial del senado la conferencia de prensa del 8 de febrero donde manifestó su intención de obtener la candidatura, utilizar el informe de labores de la senadora Ana Lilia Rivera para promocionar su imagen como si ya fuese el candidato, entrevistas en radio y televisión, entre otras acciones. A su vez la también senadora por el Partido del Trabajo (pt), Nancy de la Sierra ha levantado la mano para ser considerada en la designación del candidato morenista, y cierra la tercia el Miguel Barbosa, quien ya fue candidato en el proceso pasado.
Aquí vemos, una vez más como la guerra de dimes y diretes a la que se ha sumado la presidenta nacional de Morena, Yeidckol Polevnsky Gurwitz para despejarle el camino a Barbosa bajo el argumento de que el abanderado a candidatura debe estará filiado a Morena, en referencia al pasado priista de Armenta y la pertenencia al pt de Nancy de la Sierra, es decir, hay una disputa al interior del partido entre tres grupos que conforman a Morena en Puebla y que hacen uso del partido como trampolín para llegar al gobierno estatal.
En México la democracia ha quedado sólo en el papel. El poder está concentrado en un grupo reducido, el cual se va alternando para ejercerlo siempre atendiendo sus intereses que son diametralmente opuestos a los de la inmensa mayoría de los mexicanos, por lo menos 100 millones padecemos pobreza. La clase proletaria: los obreros, los campesinos, las amas de casa, incluso los profesionistas, no tienen una verdadera representación. Así como los partidos políticos que ya existían hasta antes de Morena fracasaron en sacar a los mexicanos de la pobreza, la mal dicha "cuarta transformación" no es más que una farsa porque tampoco ataca los problemas de raíz.
Si el pueblo pobre verdaderamente quiere resultados diferentes, debe abrir los ojos a la realidad y darse cuenta de que Morena está haciendo lo mismo que sus predecesores en el poder, por tanto, el resultado no será diferente: la situación económica de las masas empobrecidas empeorará cada vez más y en consecuencia, la escueta calidad de vida con que hoy cuenta se mermará hasta llegar a limites peligrosos para la vida social de nuestro país.
Morena ha chocado de frente con la realidad. El pueblo que confió en este nuevo partido –pero formado con viejos políticos-, cada vez más se va desilusionando con sus acciones que no corresponden con su discurso, vemos, por ejemplo, su debacle en Puebla.
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