MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

El terror de los retenes en el noroeste de México

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El montaje  militar implementado en los últimos meses en la frontera norte y noroeste del país, por el plan Operación Frontera Norte, con un despliegue de aproximadamente 10.000 militares; guardia nacional, marinos, agentes de migración y funcionarios de la fiscalía, todos ellos ubicados en muchos retenes  oficiales e ilegales, garitas, militares, federales, migración, aduanas, puntos de inspección fitosanitarios, han ocasionado que el transitar por esos carreteras de la región del país se convierta en una verdadera pesadilla para todos los ciudadanos en los últimos meses. En las últimas semanas se han dado a conocer algunos zarpazos poco significativos al crimen organizado, narcotráfico y traficantes de personas, con resultados nada extraordinarios. Lo que sí han logrado, es provocar un terrible malestar y enojo en las personas que circulan por esas carreteras fronterizas, las autoridades afirman estar enfocadas en incautaciones de drogas y armamentos, cuando no es así, las autoridades del Instituto Nacional de Migración se han convertido en unos verdaderos guardianes con correa que vigilan, interrogan, hostigan a los transeúntes humildes y trabajadores que viajan por ahí.  

Como se sabe, los más de 10.000 militares, guardia nacional y funcionarios de migración en la frontera norte y noroeste fueron una obligada moneda cambio en el acuerdo con el gobierno norteamericano, para intentar frenar la imposición de aranceles a las importaciones de mercancías mexicanas, todos celebran este triunfo a medias y temporal;  solo se pausaron los aranceles para el 49% de las importaciones que están amparadas en el TLC, pero siguen vigentes para el 51% de mercancías que no están en el tratado comercial, entonces el gobierno está ocultando información y esto traerá consecuencias económicas muy graves para los mexicanos. Quizás sea mucho pedir, deberían buscarse formas más adecuadas que nos permitan responder con firmeza y una actitud enérgica a cada una de las propuestas impredecibles al máximo representante del imperialismo norteamericano en decadencia.   

Los mexicanos de ninguna manera deberíamos aceptar ser los rehenes del imperio, ni aceptar amenazas, represiones de ningún tipo, ya sean económicas, militares o políticas, urge hacer valer nuestra soberanía e independencia, pero nuestra dependencia histórica en varios aspectos como el tecnológico, comercial, alimenticio, laboral, etc., hace que estemos a salto de mata, obedeciendo al imperio en cada indicación que nos dicta, ahí están las medidas migratorias inhumanas que hemos estado aplicando en la frontera sur del país, la militarización de la frontera para frenar el tráfico de diversas drogas al país norteamericano, como moneda de cambio al imperio, tema que ha negado el gobierno federal y que las evidencias resultantes, obligados por la presión gringa, han demostrado con hechos todo lo putrefacto que esta México.  Las autoridades mexicanas en el discurso dicen hacer respetar la soberanía de nuestro país, pero en los hechos y tras bambalinas se han convertido en unos lacayos, viles serviles y agachones que están cumpliendo acuerdos que no informan a la opinión pública, pero que los hechos los están evidenciando. Blindar las fronteras no para brindar seguridad a los mexicanos sino como acto de obediencia servil al imperio a costa de violar las garantías individuales de los mexicanos. 

Transitar desde Sinaloa hasta Tijuana en auto particular o transporte público por las carreteras del norte y noroeste es una grave molestia, donde las revisiones de hacen con métodos tardados y obsoletos porque carecen de toda infraestructura y tecnología, se hace de forma manual y artesanal, provocando violaciones a las garantías individuales,  para transitar de un estado a otro, se requiere pasar por 7 o 9 retenes algunos de ellos ilegales, en su mayoría  la revisión es de mal genio, prepotencia, abuso de autoridad al ser inspeccionados, revisados, interrogados a los ciudadanos. Provocando que un 15% de los conductores particulares hayan sido detenidos en algún reten, en promedio se pierden 30 minutos por reten,  un 8% de los que visitan están región del país ya no regresan, el comercio es entorpecido debido a la lentitud perdiendo muchas horas en esas revisiones, el objetivo específico de cada reten no es claro, muchos funcionarios no están identificados con credenciales, uniforme y vehículos oficiales, provocando miedo y desconfianza, los transeúntes son bajados de transporte, alumbrados al rostro con lámparas, los que revisan portan armas, en tono amenazante interrogan a los pasajeros. Al final se pierden muchas horas por varios retenes que revisan lo mismo, con formas incorrectas y métodos obsoletos que hacen muy cansado el viaje. Las autoridades debieran hacer algo al respecto. 

Al final los mexicanos del noroeste del país son víctimas de muchos retenes innecesarios, que afectan mucho y sirven para poco o nada, debería de modernizarse la infraestructura y actualizar la tecnología para brindar un servicio eficiente, eh instalar estratégicamente los necesarios, pero al final como los que padecen estas consecuencias es el pueblo humilde trabajador, se hará poco o nada. La clase adinerada y en el poder gubernamental,  poco interés y prisa tiene por resolver por resolver este angustiante problema, ellos gozan y disfrutan de otros medios de transporte. Ahí está nuestro grito de protesta.

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