El 2 de febrero del presente año, el secretario de Estado de Estados Unidos, Rex Tillerson, declaró en la Universidad de Texas antes de salir a una gira por cinco países de América Latina lo siguiente: "en Venezuela va a haber un cambio y queremos que sea pacífico", "En la historia de Venezuela y otros países sudamericanos, muchas veces el ejército es el agente del cambio cuando las cosas están tan mal y el liderazgo ya no puede servir a la gente".
Días después, el 18 de febrero, el periódico neoyorquino "The New York Times" informa que la Agencia Central de Inteligencia (CIA), se entromete en los procesos electorales de otros países desde que fue creada en 1947, citando a ex agentes de la agencia y expertos norteamericanos como Steven L. Holl y Loch K. Johnson. Este último dice "desde que la CIA fue fundada en 1947 EU se entrometió en los comicios de otros países", "empleamos posters, folletos, publicidades por correo, pancartas, lo que sea, plantamos información falsa en los periódicos extranjeros". Señala el diario también que la CIA ayudó a derrocar a los líderes electos de Irán y Guatemala en 1950 y apoyó violentos golpes de Estado en varios otros países en 1960.
La declaración del señor Tillerson y la nota nos indican claramente lo que verdaderamente son los Estados Unidos. Un país que busca tener sometidos a todos los países del mundo y ¡ay de aquel que intente salirse de su huacal! como decimos nosotros, se enfrentará a la represión económica y hasta la física, buscando su destrucción como lo vemos en Siria y Venezuela el día de hoy. Su lema de llevar la prosperidad, la democracia y los derechos humanos a todos los países de la tierra sólo ha servido para justificar sus atrocidades.
En el caso de Venezuela, EU ve a esta nación como un mal ejemplo y por eso busca cómo derribar al gobierno legítimo de Nicolás Maduro, deja a un lado la diplomacia y emplea la arrogancia y el garrote para lograr su propósito. Tillerson está haciendo lo que dice la nota periodística ya mencionada, está financiando a la oposición venezolana para que desconozca al régimen chavista y está buscando la manera de generar caos y destruir un proyecto que ha sido respaldado por el pueblo. Venezuela busca el progreso y bienestar para su gente, EU busca cómo apropiarse de los recursos naturales para beneficiar a las grandes empresas americanas. La razón está del lado de los primeros (todos sabemos quiénes son nuestros vecinos), están en su derecho de elegir sólo ellos -y no que se les imponga desde el extranjero-, el camino que crean conveniente para su patria; se ve que aciertan también al acercarse a China y a Rusia, que son países que buscan comerciar, pero con una política no agresiva, sino de beneficio y respeto mutuo.
Nunca podrá EU tener de su lado a los pueblos pobres de América Latina con esa política hostil y de superioridad que han instrumentado siempre y que hoy usan Trump y Tillerson, de insulto y humillación contra los inmigrantes mexicanos, de áfrica y de otros países, de un bloqueo comercial brutal contra Cuba y de sembrar destrucción en nuestro continente y en todo el mundo. Por eso, los países latinoamericanos y nosotros, su gente, no debemos de creer en las ofertas de EU, está claro que lo que quieren los norteamericanos en las palabras de su secretario de Estado, es que se desconozca, que se rechace todo lo que haga el gobierno de Maduro, porque se sienten el país que está por encima de todos y por no convenir así a sus intereses.
Creo que para mí y para muchos, con su lucha, Venezuela se ha convertido ya en un ejemplo para los países oprimidos, porque nos enseña a tener dignidad y a luchar por ser independientes para lograr el progreso para nuestra gente.
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