Hace unos días, tuve la oportunidad de disfrutar de la II Jornada Nacional de Declamación, organizada por la Comisión Nacional Cultural del Movimiento Antorchista.
Este evento se realizó en todas las capitales de los estados de la República, con la participación de más de mil declamadores, amantes de la poesía, quienes recordaron a grandes poetas de la humanidad como Mario Benedetti, Miguel Hernández, Pablo Neruda, Nicolás Guillén y Nezahualcóyotl, entre otros, quienes dejaron su legado poético para la admiración y aprendizaje de futuras generaciones.
Sólo una organización como el Movimiento Antorchista, comprometida con la educación del pueblo, ha logrado realizar este tipo de eventos de manera continua.
El poeta es un ser lleno de sensibilidad que, a través de la palabra escrita, nos ha legado sus enseñanzas, sus vivencias y su forma de ver el mundo, generando en nosotros la determinación de cambiarlo.
En la Ciudad de México, esta jornada tuvo lugar en el teatro Miquiztli, ubicado en el pintoresco pueblo de San Andrés Mixquic, en Tláhuac, y contó con la participación de más de cincuenta declamadores provenientes de todas las alcaldías de la ciudad capital, así como de las escuelas fundadas por nuestra querida organización, donde se fomenta el trabajo cultural.
El arte y la cultura son herramientas fundamentales en la formación del hombre nuevo, más inteligente, más solidario y, sobre todo, más sensible.
Esta jornada nacional fue una experiencia muy enriquecedora. Al escenario subieron, con gran seguridad, niños muy pequeños que participaron en la etapa infantil A y B, jovencitos de secundaria y preparatoria en las etapas juvenil A y B respectivamente, además de colonos, amas de casa, obreros, comerciantes, campesinos, estudiantes de licenciatura, maestros y profesionistas que integraron las etapas libre popular, estudiantil y semiprofesional.
Sólo una organización como el Movimiento Antorchista, comprometida con la educación del pueblo, ha logrado realizar este tipo de eventos de manera continua, mostrando el trabajo cultural que se inculca rigurosamente entre todos sus miembros y que se transmite a todos los mexicanos que tienen alguna relación directa con el Movimiento.
En esta exitosa Jornada Nacional de Declamación, Antorcha logró reunir a más de mil declamadores a nivel nacional, lo que representa una proeza que sólo un pueblo organizado y consciente puede llevar a cabo.
La magnitud de este evento implica un gran esfuerzo en todos los sentidos, desde la preparación que comienza semanas o meses antes de los declamadores, hasta lograr que estos sientan lo que el poeta expresó en su obra y luego puedan transmitirlo al público, tocando las fibras más sensibles de su ser.
El poeta es un ser dotado de una sensibilidad indescriptible que capta lo que otros no ven, lo más sutil, profundo y recóndito, y lo transforma en bellas palabras.
Desde su nacimiento hace cinco décadas, Antorcha ha puesto especial atención en la poesía. Nuestro secretario general, el maestro Aquiles Córdova Morán, hombre plenamente preparado, nos ha enseñado la importancia de la poesía para alimentar nuestro espíritu. La poesía nos transforma; no somos los mismos después de haber leído o escuchado a los grandes poetas.
“La poesía es la palabra artísticamente manejada y combinada con otras palabras para provocar en el hombre los sentimientos más bellos, las emociones más hondas y los pensamientos más profundos o elevados”, ha expresado el maestro Aquiles, y hoy quiero compartir esta reflexión.
Justamente, esta II Jornada Nacional de Declamación se celebró en el marco del 50 aniversario del Movimiento Antorchista, bajo el lema: “50 años de Antorcha, somos futuro y esta es nuestra bandera”, lo que sintetiza la misión y los objetivos de nuestra organización, que desde su fundación ha buscado acabar con la pobreza en nuestro país, educando, organizando y enseñando al pueblo a luchar por la toma del poder político para lograr este propósito.
No cabe duda de que la poesía debe ser conocida por el pueblo, debe ser apreciada, valorada y sentida, para que se comprometa con las mejores causas, las que hoy representan los anhelos de la humanidad entera y, por tanto, los anhelos de los que menos tienen.
Invitamos a todos a leer poesía y a cambiar esta sociedad hacia un futuro luminoso, por el cual el Movimiento Antorchista ha trabajado y luchado durante estos 50 años, porque la poesía es un arma cargada de futuro.
Por último, quiero expresar mis felicitaciones a todos los participantes de esta II Jornada Nacional de Declamación y los invito a seguir preparándose, a seguir aprendiendo, a ser más cultos, porque sólo un pueblo conocedor podrá sembrar la semilla para la formación de una patria mejor y más justa para todos los mexicanos.
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