Los desafíos que la covid-19 le planteó al sistema educativo este ciclo escolar fueron múltiples y enormes. Evidentemente dejó al desnudo nuestras fragilidades y nuestras profundas desigualdades que se viven hoy en día en nuestro país. La necesidad imperiosa de cerrar masivamente planteles escolares y de transitar a diversas modalidades de educación a fin de contener la propagación del virus, nos tomó por sorpresa.
El pasado 21 de junio concluyó oficialmente la modalidad a distancia en todos los niveles educativos con los fines de garantizar la vida, salud y seguridad en el alumnado y de todo el personal que labora en escuelas públicas y privadas del estado, adelantando el periodo vacacional, para diseñar un periodo de regularización, y que los niños tengan el mismo nivel y se eliminen los posibles retrasos.
De acuerdo con los datos oficiales de la Secretaría de Salud, ha venido en aumento el número de contagios por covid-19, lo que presenta un gran riesgo para la comunidad estudiantil de todo el país.
Ante esta situación desconocida que aún plantea el coronavirus para los científicos, por los casos prevalecientes de contagios en las diferentes entidades, y por el bien de niños, niñas y adolescentes y sus familias, el ciclo escolar terminó a distancia y no de manera presencial.
Si bien el programa "Aprende en casa" creado por la Secretaría de Educación Pública (SEP), para que los alumnos continúen con su preparación académica, ha profundizado la desigualdad y generó desventajas para los estudiantes que carecieron de equipos de cómputo, Smartphone, internet o condiciones familiares, no les permitieron llevar a cabo su enseñanza a distancia, el avance y los aprendizajes esperados por los alumnos fueron muy pobres y desalentadores, debido a que a los maestros no se les permitió realizar una evaluación significativa en donde ellos pudieran identificar sus aprendizajes esperados o las áreas de oportunidad como se venía haciendo presencialmente. La SEP anunció que el cierre del ciclo escolar de 2020 se retrasaría hasta el 20 de julio.
Cabe mencionar que estrategia de educación pública en casa tuvo muchas fallas, a tal grado que cada escuela tuvo que diseñar su propio plan correspondiente a lo que creían más adecuado. Ante esto, la realidad se materializa aún más adversa, pues de acuerdo con la encuesta Nacional sobre Disponibilidad y Uso de TIC en hogares (ENDUTIH), un estudio realizado en 2019 indica que solo 74 millones de mexicanos tienen acceso a internet, en donde los estudiantes más pobres se enfrentaron a esta barrera de apropiación del conocimiento.
Pese a esta simulación académica, la Secretaría de Educación, publicó algunas fechas para el siguiente ciclo escolar; como, por ejemplo, dio a conocer el periodo de inscripciones en el Básico que se efectuará del 3 al 7 de agosto. Así como el inicio ciclo escolar 2020-2021. Además, se difundieron los días del periodo vacacional de los docentes de toda la República Mexicana, con fechas del 22 de junio al viernes 17 de julio, mientras que las capacitaciones de los Consejos Técnicos Escolares serán del 20 al 31 de julio
Entonces, si nos enfrentamos a nuevos brotes, muertes e infectados, aumentará en gran efecto el riesgo de contagios en los estudiantes, lo cual es probable que tengamos que regresar al encierro. De ser así, sería terrible que el ciclo escolar del próximo año empiece o pretendan que los alumnos lo cursen como lo han estado haciendo en estos momentos: sin las condiciones económicas o la infraestructura que garantice sus aprendizajes, esto significa que la mayor parte de los maestros y alumnos permanecerán con sus actividades académicas mediante herramientas virtuales, situación que presenta muchos retos para los alumnos, profesores y padres de familia. Entonces ¿Cuál será el futuro para la comunidad escolar que está integrada por más de 25 millones de alumnos en el nivel básico? ¿Habrá certeza de regresar a clases de manera presencial?
Por último, coincido con algunos profesionales de la educación, entre ellos pedagogos, argumentando que covid-19 está transformando la forma de educar y orientar, y que estos cambios se quedan en la práctica educativa y de la orientación después de que se supere la pandemia.
Ante la incertidumbre de cuándo y en qué condiciones entrarán el próximo ciclo escolar, en Antorcha Magisterial Coahuila exigimos estrategias y mejoras a las autoridades educativas estatales y federales al igual que al gobierno de la "4T" para garantizar la enseñanza de los estudiantes. Además, planteamos que la SEP necesita la instrumentalización categorizada de un sistema adecuado para educar a niñas, niños y adolescentes a distancia en México.
¿Qué nos espera para el próximo calendario escolar?
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