Cuando el pueblo está bien organizado es el único capaz de conseguir mejores condiciones de vida para sí; puede defender mejor sus derechos y hacer valer la constitución para que las autoridades les entreguen lo que por derecho les corresponde.Separados somos polvo, pero unidos somos una roca invencible.
En el sistema democrático de nuestro país, el pueblo tiene un arma muy poderosa en sus manos: el voto.Con la libertad del voto tenemos la oportunidad de elegir a las personas que nos van a gobernar, a nuestros representantes, los que manejarán el recurso que es propiedad de todos los habitantes del país, de los estados y de los municipios.
La población debe utilizar el voto para elegir a quien convenga para los intereses de la mayoría.El pueblo organizado debe hacer valer el poder de su número en las urnas para que los candidatos se comprometan a resolver las necesidades de los habitantes, y, una vez que lleguen al poder, exigir que el compromiso se cumpla en su totalidad.
Pero, el pueblo no debe permanecer como simple espectador de las decisiones que otros impongan, sobre todo si no representa los intereses colectivos; debe fortalecer su número y su conciencia para dar un salto de calidad y elegir a sus propios representantes, emanados del pueblo, pues solo así se garantizará que defiendan los intereses de las mayorías.
Todos debemos recordar que quien paga para llegar al gobierno, llega para robar.Aquellos que dedican sus campañas para comprar votos es porque lo ven como una inversión, y como toda inversión esperan obtener ganancias.La población debe estar muy alerta para identificar a estos usureros.
Si nosotros apoyamos aquellos que pagan por el poder, perpetuaremos los males de nuestro municipio.Cuando logran comprar el voto, la gente puede resolver dos o tres días sus males inmediatos, pero, a cambio, volverá a vivir otros tres o cuatro años (seis años en el caso federal) en la misma miseria y en las mismas condiciones de rezago. Una vez que se termine lo que le den, le seguirá faltando salud, empleo, seguridad, educación, luz, agua, drenaje y nadie va a resolver sus necesidades.Los que llegaron al poder sienten que no le deben nada al pueblo, porque pagaron por el voto.
Cuando el pueblo se organiza es el azote de los que se sienten herederos del poder, de aquellos que persiguen el poder para beneficio personal.Por esa razón intentan descalificar a los movimientos verdaderamente populares con calumnias y persecuciones políticas.
Debemos permanecer organizados, escuchar las propuestas de los candidatos, preguntar qué y cómo lo van a hacer; si demuestran su compromiso real de defensa del pueblo le daremos el voto a sus propuestas y tendremos más autoridad para exigir que cumpla o que haga todo lo posible por cumplir sus responsabilidades, porque un representante popular real debe encabezar a su pueblo.
0 Comentarios:
Dejar un Comentario