MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

México, entre el fuego cruzado y la negligencia de AMLO

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Con el reciente ranking de las ciudades más peligrosas del mundo, publicada por la organización independiente World Population Review, México vuelve a tener una presencia desafortunada en el top 10. Según los datos revelados, Tijuana con 138 homicidios por cada 100 mil habitantes; Acapulco con 111; Ciudad Victoria con 86; Ciudad Juárez con 86 e Irapuato con 81 se encuentran entre los núcleos urbanos más violentos del planeta, superando incluso a algunas urbes de Colombia y Perú, naciones que han sido históricamente azotadas por el narcotráfico y la delincuencia.

Esta realidad es una muestra palpable del fracaso de las políticas de seguridad implementadas por el gobierno de Andrés Manuel López Obrador y su partido Morena. A pesar de las promesas de pacificación contra el crimen organizado y el ridículo pensamiento de abrazos y no balazos, los índices de violencia en diversas regiones del país siguen escalando de manera alarmante.

 

Es evidente que el Gobierno de López Obrador y Morena han fallado en su promesa de brindar seguridad a los mexicanos además de optar por minimizar la gravedad de la situación y culpar a gobiernos anteriores.

Tomemos el caso de Tlaxcala, un estado que podría parecer alejado de los grandes focos de conflicto, pero que enfrenta sus propios desafíos en materia de seguridad pública. Las tasas de homicidios, aunque han disminuido ligeramente en los últimos años, siguen siendo preocupantes, con 7.5 casos por cada 100 mil habitantes durante el 2023.

Además, la percepción de inseguridad entre la población tlaxcalteca es abrumadora. En lo que va de este año, un alarmante 62.4 % de los ciudadanos manifestaron sentirse inseguros en sus propias comunidades, un aumento significativo en comparación con años anteriores.

Estos datos contrastan con la disminución reportada en delitos de alto impacto, como el robo de vehículos, casas habitación y negocios. Sin embargo, esta aparente mejoría podría atribuirse a una menor denuncia de los delitos por parte de la población, ya sea por miedo a represalias o por la falta de confianza en las autoridades.

Es evidente que el Gobierno de López Obrador y Morena han fallado en su promesa de brindar seguridad a los mexicanos. En lugar de implementar estrategias efectivas y coordinadas con las autoridades locales, han optado por minimizar la gravedad de la situación y culpar a gobiernos anteriores.

Es hora de que el presidente y su partido asuman la responsabilidad y tomen medidas contundentes para frenar la ola de violencia que azota al país. La seguridad de los ciudadanos debe ser una prioridad y no un tema que se utilice para fines políticos o discursos vacíos.

México merece un futuro mejor, donde sus ciudades dejen de figurar en rankings vergonzosos y se conviertan en espacios seguros para vivir, trabajar y prosperar. Es momento de que el Gobierno de Morena deje de lado las excusas y actúe con firmeza y determinación para proteger a su pueblo.

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