MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

No terminaron con una vida, sembraron una semilla

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En el mismo momento en que se creó la propiedad privada y por consiguiente la explotación del hombre por el hombre, la pobreza y la marginación han sido una constante para la gran mayoría. Una lucha entre los que más tienen y los desposeídos se ha desarrollado a lo largo de la historia de la humanidad, donde aún en estos tiempos de modernidad tecnológica y grandes avances en todos los ámbitos, persiste el hambre como un crudo recordatorio de que la riqueza que producen las manos de las grandes mayorías no es repartida de manera justa y equitativa.

El hambre ha sido el más grande aliciente para los grandes cambios sociales que se han realizado en el mundo y nuestra patria no ha sido la excepción: la Guerra de Independencia y la Revolución Mexicana cobraron una cuota de sangre muy alta por terminar con la pobreza y el hambre en nuestro país, pero aún en nuestros días continuamos pagando esa cuota de sangre por lograr un poco de libertad y progreso en nuestras comunidades.

Ixtapaluca, un municipio estratégicamente ubicado en el oriente del Estado de México, tierra de caciques que por décadas lucraron con sus riquezas naturales, hace apenas cuatro años fue ejemplo de esa cuota de sangre que piden los poderosos cuando sienten que algo les ha sido arrebatado. Manuel Serrano Vallejo, un humilde vendedor de periódicos, padre de uno de los líderes más renombrados del antorchismo mexiquense, fue víctima de un cobarde asesinato a todas luces político con el cual ciertos políticos pretendieron detener el desarrollo acelerado que se estaba llevando a cabo en todo el municipio, después de años y años de marginación.

Los detalles de tan infame homicidio, son de todos conocidos y repudiados en estas tierras. Lo trascendent es la impunidad con la que se realizan estos asesinatos: a pesar de que existe denuncia penal y de miles de ciudadanos señalan al culpable, las autoridades correspondientes no han hecho justicia.

Cuatro años han pasado y las autoridades solo dan excusas, verdades a medias, justificaciones para no ejercer la justicia que requerida en este caso y en el de miles de desaparecidos según cifras oficiales, que dejan sin palabras y en el asombro total ante tanta impunidad. La impunidad es un cáncer que está acabando con nuestra sociedad.

Todo México está harto de la impunidad, de los criminales y de aquellos que obedecen órdenes de esos entes obscuros que desde su oficina deciden la suerte de inocentes, como medida de presión para que los humildes se sometan a su poder.

Ixtapaluca sigue progresando a pesar de todos los obstáculos que tiene que pasar su gobierno progresista: ataques burocráticos, mediáticos y físicos como el que sobrevivió el actual presidente municipal de Ixtapaluca, cuando era secretario del Ayuntamiento, a menos de un año de comenzada la administración antorchista encabezada por la licenciada Maricela Serrano.

Los ataques mediáticos son el pan de cada día: portales de internet pagados, con uso de miles de cuentas falsas, se dedican a desprestigiar y calumniar a la administración antorchista, pero el trabajo que realiza la administración es mucho más grande que esos ataques y su gente ya no se deja engañar tan fácil por esos medios de todos conocidos.

El progreso continuará en Ixtapaluca, el pueblo ha aprendido a organizarse y pelear por sus derechos; a reclamar lo que por justicia le corresponde y sobre todo a caminar de la mano del antorchismo, como la única vía auténtica para terminar con el hambre y la pobreza.

El antorchismo seguirá exigiendo justicia para don Manuel Serrano Vallejo y no se detendrá hasta ver a los autores intelectuales en prisión, quienes lo asesinaro, pero con ello sembraron una semilla que ha ido germinando en cada uno de los antorchistas del país.

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