Este fin de semana, en México se iniciaron las elecciones más grandes en la historia de nuestro país: es decir, las campañas federales para presidente de la república, para 128 senadores y 300 diputados federales que van por elecciones iniciaron hace un mes, pero este 31 de marzo arrancaron las campañas políticas para gobernador en 8 estados (Chiapas, Guanajuato, Jalisco, Morelos, Puebla, Tabasco, Veracruz y Yucatán) y para jefe de gobierno en la Ciudad de México.
Además, todos los estados del país elegirán a sus nuevos diputados locales y 30 estados votarán para elegir a los nuevos presidentes municipales o, en la Ciudad de México, alcaldes (sólo no lo hacen Veracruz ni Durango). Será, dicen los datos, la elección más grande en la historia de México: 19 mil 700 personas para ocupar puestos públicos en diferentes cargos.
¿Qué debemos hacer en estas elecciones del 2 de junio? Razonar nuestro voto, exigiéndole respuestas concretas a las candidatas y al candidato que nos visiten.
Según los “analistas” e “intelectuales” (de esos que escriben en los periódicos y revistas que cobran millones por publicidad a los gobiernos), somos un país en donde la democracia crece y renace cada seis años, porque siempre tenemos posibilidades de elegir a nuestros gobernantes mediante el voto universal y secreto.
Así, dicen ellos, cuando no nos gusta cómo gobierna un político, entonces no volvemos a votar por él, y cuando no nos gusta un partido, no volvemos a votar por él. O sea que, según esos “analistas”, los mexicanos somos los que siempre mandamos y ordenamos en la democracia.
¿Y esto es cierto? ¿Realmente los trabajadores de las fábricas somos los que mandamos en la democracia? ¿Realmente los campesinos somos los que decidimos en la democracia? Usted conteste si es así o no.
Y más aún: ¿esta elección será diferente a las anteriores? ¿Ahora tendremos candidatos mejores, más trabajadores, honestos, humildes y dispuestos a pelear por los derechos de los obreros, campesinos, estudiantes y las amas de casa? ¿El pueblo pobre y humilde se lanzará a las candidaturas a las presidencias municipales de los pueblos pequeños y de las grandes ciudades? ¿El pueblo pobre será candidato a diputado local o federal?
Es claro que no tendremos senadores de la república que sean hijos de los campesinos o los obreros del país, porque esos cargos ya los acapararon los hijos de los políticos de siempre y los empresarios. Tampoco habrá ningún candidato o candidata a la presidencia de la república hijo del pueblo trabajador, que realmente represente los intereses de los descamisados y hambrientos: hay tres y los tres son hijos pura sangre de la política de siempre que nos ha llevado al pésimo lugar en donde estamos.
Cada mexicano en el país y cada poblano debe razonar todo esto y darse una respuesta acorde con su propia realidad. Yo les adelanto mi respuesta y ustedes dirán si coinciden con ella o no: somos un país en el que la democracia le sirve a la misma clase social que nos explota en el trabajo, es decir, a la clase burguesa.
Esa clase empresarial es la que impone, en el 99.9 % de los casos, candidatos a presidente de la república, a senadores, a diputados federales, a gobernadores, a diputados locales y a presidentes municipales. ¡Por eso siempre son los mismos políticos a quienes vemos en las boletas!
Antes eran del PRI o del PAN o del PRD y ahora son de Morena o del PT o del Partido Verde… ¿o no es cierto? ¡Veamos a los candidatos! Antes gritaban unidos y fuerte sobre el “Pacto por México” de Peña Nieto y ahora dicen que es mejor gritar el “Primero los pobres” de López Obrador.
Antes eran antizquierdistas y ahora visten la playera de la izquierda de moda. Júzguelo usted mismo y dígame si me equivoco.
¿Qué debemos hacer en estas elecciones del 2 de junio? Debemos razonar nuestro voto, exigiéndole respuestas concretas a las candidatas y al candidato que nos visiten, bajo una sola idea: ¿Cómo le hará usted para que salgamos de pobres, para que salgamos de la inseguridad, para que tengamos salud y obras en las escuelas y en las colonias y pueblos humildes?
Es decir, debemos decirles: ¿Quieres mi voto? Entonces dime: ¿Qué obras nos vas a dar aquí en mi colonia o en la escuela de mis hijos?
Exijamos a los candidatos de todos los partidos obras en concreto, acciones en concreto. Porque con rollos no se quita el hambre. Y los políticos están a gusto echando puro rollo. Pensar antes de votar.
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