MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

Se encarece la educación en México

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Lejos de promover acciones precisas que permitan a las familias mexicanas enviar a sus hijos a la escuela sin que ello represente un elevado costo económico, el Gobierno federal, llamado “la cuarta transformación”, ha permitido que se encarezca la educación en el país, pulverizando de esa manera la economía de la clase trabajadora y de los núcleos más empobrecidos que podrían estar tomando la decisión de cortar la educación de sus hijos.

El costo educativo para millones de mexicanos se ha elevado considerablemente durante el actual sexenio que está por concluir, situación que resulta de elevado riesgo para la nación, pues muy pronto ya no se tendrán recursos económicos para que niñas, niños y jóvenes continúen con sus estudios, transformando así a la nación en una lastimosa condición educativa.

Desde preescolar hasta preparatoria, la inversión en educación es suntuosa, pulverizando así el poder adquisitivo de los mexicanos que además deben cubrir los servicios de energía eléctrica, agua potable o internet.

Para un padre de familia que obtiene por su trabajo el salario mínimo, el encarecimiento de todo aquello que se necesita para que sus hijos acudan a la escuela se hace inalcanzable: desde útiles y uniformes, las cuotas que constantemente se imponen por parte de directivos y comités de cada centro escolar, así como las tareas que se deben llevar consultadas en internet.

Desde las guarderías, hasta primarias, secundarias y preparatorias, se deben invertir grandes cantidades de dinero. Para empezar, se exigen tres uniformes: el del diario, deportivo y de gala, donde se hace evidente la aparición de críticas constantes y vergüenzas de los educandos cuando sus padres se ven imposibilitados para adquirirlos.

Mientras en cada núcleo familiar mexicano se hacen garras para tomar la decisión de alimentarse o comprar los uniformes, el gobierno federal sigue apostando por una educación como la de Dinamarca o de otras naciones que nos superan en ese aspecto.

Expertos en la materia advierten que, de no aminorar el costo que representa la educación en México, se estará entrando en un túnel repleto de analfabetas que, por consecuencia, pasarán a engrosar las filas de la miseria.

Amas de casa, sumamente preocupadas por no poder enviar a sus hijos a la escuela, después de que estiran el salario que aporta el padre de familia, señalan que en la actualidad son más de 15 mil pesos los que tienen que aplicar por cada uno de sus hijos para enviarlo a la escuela pública.

Porque hay que comprar desde zapatos, mochilas, listas de útiles, productos de limpieza y cuotas de inscripción. Desde preescolar hasta preparatoria, la inversión es suntuosa, pulverizando así el poder adquisitivo de los mexicanos que además con su salario deben cubrir el costo de los servicios de energía eléctrica, agua potable o internet.

Baste revisar la lista de útiles que se deben llevar: dos libretas profesionales, que implican un desembolso desde 40 hasta 250 pesos; dos libretas forma italiana, desde 40 y hasta 170 por ambas; caja de 12 colores, que ronda entre 32 y 123 pesos; lápiz dúo, desde seis y hasta diecisiete pesos; y marca textos, desde seis y hasta 20 pesos.

Dentro de lo más caro está el alfabeto móvil, que puede costar 100 o 450 pesos; el rompecabezas va desde los 50 hasta los 450 pesos; las tijeras punta redonda desde doce y hasta 43 pesos; 200 hojas blancas, desde 60 y hasta 100 pesos; una bolsa de globos que ronda entre 75 y 240 pesos; un lápiz adhesivo Pritt, 66 pesos; acuarelas, desde quince y hasta 200 pesos; un pincel grueso, desde cinco y hasta 30 pesos; dos Play Doh, 58 pesos; y pintura acrílica, entre quince y dieciocho pesos.

El resto de los productos que se incluyen son dos metros de fieltro, dos metros de pellón grueso, dos pliegos de foamy diamantado, dos metros de foamy de color y un pliego de papel metálico.

Pero también se añaden seis paquetes de toallas para secar manos, 180 toallitas húmedas, ocho rollos jumbo, un jabón líquido de tocador, medio kilo de bolsas grandes para basura, dos litros de limpiador para pisos y una bolsa de paletas sin chile; tan solo por todo esto, el gasto es de 644 pesos.

En el caso de un alumno de primero de primaria, la lista más barata es de 454.5 pesos y la más cara es de 2 mil 79 pesos, considerando entre 48 y 129 pesos por papel higiénico y jabón líquido.

Pero hablemos de los uniformes escolares que ahora doblan su costo para la nueva etapa educativa, los oficiales de escuelas públicas, donde el gasto aproximado para los padres de familia sería de 12 mil pesos.

Si bien el regreso a clases se convierte en felicidad para los alumnos, para los padres de familia resulta un serio dolor de cabeza, principalmente para la clase trabajadora y aquellos que no cuentan con suficientes recursos, porque únicamente hay dos opciones: o se alimenta a la familia o se paga la educación de los hijos.

De acuerdo con datos del Inegi, a escala nacional, la educación se ha encarecido en México desde enero de este año frente al mismo mes en 2021, lo que significa el alza más pronunciada desde agosto de 2020.

Bajo este escenario, la inflación tiene una relación paralela con el aumento de colegiaturas en universidades privadas, por lo que, ahorrar e invertir con anticipación en la educación de los más jóvenes, se convierte en una acción importante para contrarrestar la inflación y el alza de precios.

Otro factor relevante para considerar es la migración a los formatos híbridos, ya que esto también implica aumentos en los costos de diferentes servicios como pueden ser la luz o los equipos de cómputo que son adicionales a los gastos habituales como los útiles escolares, uniformes o el transporte necesario para asistir a los planteles educativos. Estos elementos y aumentos impactan a familias completas y la logística del núcleo familiar.

México, de esta forma, está llamado a la deserción educativa, a contar con más jóvenes sin los conocimientos suficientes para su propia subsistencia, y eso es fatal para cualquier país que busque avanzar hacia el progreso.

En ese sentido, Antorcha Nacional ha demostrado estar con los mexicanos, creando centros educativos de calidad que están rescatando a todos aquellos que, por consecuencia de un mal gobierno, se han destinado a no continuar con sus estudios.

La lucha por edificar una mejor nación comienza desde los sistemas educativos y, si el gobierno federal los ha encarecido, es justo que surjan organizaciones como Antorcha que en verdad le brinden oportunidad a las familias de educar a sus hijos.

Porque es en las escuelas públicas de esta nación donde la exigencia ha crecido para los padres de familia. Se sigue pensando que si el hijo no lleva el uniforme adecuado, ni siquiera tiene para un lápiz o libreta, se convierte en víctima de desprecio, aunque sus calificaciones sean las más elevadas.

Y no es problema de maestras o maestros, de directivos o gente enquistada en la cúpula de la Secretaría de Educación; es responsabilidad de un gobierno incongruente y desastroso, como el de la cuarta transformación, que le apuesta primero a que funcione un Tren Maya, hidroeléctricas y aeropuertos, pero que abandona a las futuras generaciones en el camino de la desesperanza.

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