MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

Dos títeres y las elecciones en Estados Unidos

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En noviembre, Estados Unidos tendrá elecciones presidenciales. Dada la importancia de este país en la geopolítica mundial, el mundo está a la espera de quién será el ganador de esa contienda electoral.

Como todo el mundo sabe, Estados Unidos es la cabeza del grupo imperialista que, con las armas y los títeres de la OTAN, desde hace muchos años ha intentado lograr el dominio absoluto sobre todos los países del mundo, bajo un sistema de guerras de dominación. A ese poder imperialista se le oponen, desde luego, el grupo de países que lideran China y Rusia.

¿Pero de quién dependen las acciones de ambos candidatos? De los poderes empresariales de Estados Unidos y son ellos los que ganarán con el triunfo de uno u otro candidato.

La guerra entre Ucrania y Rusia es, en realidad, una guerra entre Estados Unidos y la OTAN contra Rusia; por eso, Estados Unidos invierte armas y dinero en su intento por ganar un conflicto que, desde hace tiempo, ya perdieron y que confirmará que el imperialismo atraviesa su peor crisis o, como dicen algunos analistas serios, está entrando en la fase terminal de su existencia.

Así que las elecciones presidenciales de noviembre de este año en Estados Unidos son un hecho que debería importarle y preocuparle a todo el mundo. Ahí sólo hay dos partidos con probabilidades de triunfo: el Partido Demócrata, que tiene como candidato al presidente Joe Biden, y el Partido Republicano, que tiene como candidato a Donald Trump.

El Partido Demócrata, desde hace varios años, ha seguido la política de intentar que las crisis económicas de su país se solucionen con guerras en diversas partes del mundo y han impulsado la economía de guerra, con la producción intensiva de armamento, misiles, aviones, tanques, buques y todo lo necesario para destruir a los países que se oponen a su dominio.

Por su parte, el Partido Republicano, con Donald Trump, ha impulsado la política de “hacer de América grande de nuevo”, intentando que los inversionistas regresen con sus fábricas a Estados Unidos para frenar la crisis económica y la miseria que ya le pega a buena parte de los trabajadores estadounidenses.

Pero ninguno de ellos representa los intereses de los ciudadanos pobres, de los trabajadores de aquel país. Claro que no.

Ambos candidatos solamente son los representantes de los verdaderos dueños del poder en Estados Unidos y en el mundo: los grandes consorcios empresariales, que explotan la mano de obra de cientos de millones de obreros.

Es decir, tanto Donald Trump como Joe Biden son los muñecos de ventrílocuo de los grandes empresarios de Estados Unidos, que desde hace tiempo desean someter a sus intereses a todos los trabajadores del mundo, para que sean sus trabajadores explotados con bajos salarios y para que después sean los mismos que les compren las mercancías que se producen a montones.

Así que son dos bandos de empresarios quienes ahora se pelean el poder en Estados Unidos: el bando que encabeza Trump y el bando que encabeza Biden. Y ambos son personas que han cometido los crímenes más inhumanos.

Donald Trump está a un paso de entrar a la cárcel por una serie de delitos y es un vulgar machista que se burla de las mujeres, pero eso no es todo. Es un empresario que se ha enriquecido explotando a millones de trabajadores de Estados Unidos y de varias partes del mundo.

Por otro lado, Joe Biden es un hombre que ha promovido varias guerras en el mundo, que ha mandado al matadero a pueblos enteros. Es el culpable de la muerte de millones de personas en el mundo.

Además, muchos demócratas piden que se le quite la candidatura porque Biden ya es un hombre de la tercera edad que dice incoherencias ante la prensa, que se “duerme” en el debate presidencial y que muchas veces se pierde momentáneamente en los eventos, porque se nota que no sabe en dónde está ni cómo debe comportarse.

¿Pero de quién dependen las acciones de ambos candidatos? Insisto: de los poderes empresariales de Estados Unidos y son ellos los que ganarán con el triunfo de uno u otro candidato.

Los trabajadores de aquel país seguirán siendo explotados en las empresas, viviendo en la pobreza y la miseria, millones de ellos sin tener una casa propia para vivir, muriéndose por el abuso de las drogas, como el fentanilo, con una pésima educación, enviando a sus hijos a morir a los campos de guerra; es decir, viviendo la “pesadilla americana”.

A México le conviene una política de alejamiento de ese monstruo capitalista, que en pocos años decaerá y se llevará consigo todo lo que esté junto con él.

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