MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

ASÍ PENSAMOS... | Estados Unidos: pocos “amigos” y muchos intereses

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La política internacional que está siguiendo el presidente estadounidense Donald Trump en su afán de retomar el liderazgo mundial perdido por las élites gobernantes de los Estados Unidos, ha vuelto a poner en boca de muchos la frase “ser enemigo de Estados Unidos es peligroso, pero ser amigo es fatal”, atribuida a Henry Kissinger, el célebre e inescrupuloso ex secretario de Estado norteamericano, y también la que pronunció John Quincy Adams, sexto presidente de Estados Unidos: “Estados Unidos no tiene amistades permanentes, sino intereses permanentes”. 

Así, en unos cuantos días, los antiguos “amigos” europeos de EE. UU. han recibido una andanada de ataques verbales y presiones que indican claramente el viraje que la administración Trump ha dado a la política exterior norteamericana. Por ejemplo, tras una conversación telefónica con el presidente ruso, Vladimir Putin, y una reunión entre altos funcionarios rusos y estadounidenses para discutir la posibilidad de poner fin a la guerra en Ucrania, Trump se refirió esta semana en duros términos a Zelensky (que no fue invitado a la reunión), un comediante a quién antaño los gobernantes estadounidenses encumbraron como presidente de Ucrania, lo armaron y financiaron en la guerra contra Rusia: “Un comediante de modesto éxito, Volodymyr Zelenskyy, convenció a los Estados Unidos de América para que gastaran US$350,000 millones para entrar en una guerra que no se podía ganar, que nunca tuvo que comenzar, pero una guerra que él, sin Estados Unidos y TRUMP, nunca podrá resolver", dijo Trump y agregó: "Amo Ucrania, pero Zelenskyy ha hecho un trabajo terrible, su país está destrozado y MILLONES han muerto innecesariamente". 

Pocos días antes, en la Conferencia de Seguridad de Munich, el vicepresidente de Estados Unidos pronunció un discurso criticando la falta de “valores democráticos”, “el retroceso de los derechos de conciencia” en Europa, así como la dependencia de ésta respecto a EE. UU. para defenderse militarmente: “Mientras que la administración Trump está muy preocupada por la seguridad europea y cree que podemos llegar a un acuerdo razonable entre Rusia y Ucrania, y también creemos que es importante en los próximos años que Europa dé un paso adelante a lo grande para proveer su propia defensa, la amenaza que más me preocupa frente a Europa no es Rusia, no es China, no es cualquier otro actor externo. Lo que me preocupa es la amenaza interna, la retirada de Europa de algunos de sus valores más fundamentales”, y cerró con la exigencia de endurecer las medidas para impedir la migración a Europa, pues, “ningun votante en este continente fue a las urnas para abrir las compuertas a millones de inmigrantes no examinados”, dijo, lo que provocó coonmoción y hasta llanto en los altos dignatarios europeos ahí presentes, que de pronto se sintieron abandonados a su suerte por EE. UU.

Pero el ataque no se detuvo ahí. Días después, Trump exigió a Zelenzky que firmara un acuerdo para que Estados Unidos tenga acceso a los recursos naturales (petróleo, gas y tierras raras) de Ucrania hasta que liquide 500 mil millones de dólares de “ayuda” recibida, según Trump, en armas proporcionadas por empresas estadounidenses y en presupuesto para la guerra, todo eso acompañado de acusaciones mediáticas de actos de corrupción  de los que se han beneficiado Zelensky y su grupo cercano. 

Esas acciones, que pudieran parecer simples exabruptos o salidas de tono son, en realidad, la concreción de una política que intenta “hacer grande otra vez” a Estados Unidos, lo cual requiere en lo inmediato, entre otras cosas, cesar el enorme desgaste financiero sufrido por EE. UU. en la guerra emprendida contra Rusia en Ucrania, que no dio como resultado el derrumbe ruso sino el debilitamiento europeo y estadounidense, así como hacer evidente la superioridad de Rusia en el terreno militar, sobre todo en armas hipersónicas que ningún país puede contrarrestar. Todo indica que Zelensky, una vez perdido el respaldo norteamericano, firmará el acuerdo en las condiciones que le exigen sus examigos: “El asesor de seguridad nacional de la Casa Blanca, Mike Waltz, anticipa que el presidente ucraniano, Volodymyr Zelenskiy, firmará un acuerdo sobre minerales con Estados Unidos, como parte de los esfuerzos para concluir el actual conflicto en Ucrania. Esta expectativa se produce a pesar de las recientes tensiones entre el presidente Donald Trump y Zelenskiy, con Trump sugiriendo que Kiev carece de poder de negociación en la situación”. Aún faltaría negociar con Rusia las condiciones en que se pondría fin a ese conflicto, de las que nada ha trascendido, salvo especulaciones de que se intentará debilitar los lazos de Rusia con China.

A diferencia de la situación de la última posguerra, en que era prácticamente la única economía poderosa, con su territorio y su prestigio intactos, ahora Estados Unidos enfrenta un grave problema en su economía, son el país más endeudado de la Tierra, sufren un gran deterioro de su infraestructura, hay millones de norteamericanos en el abismo de las drogas y tienen como oponente a China, un coloso con una población enorme y trabajadora, con gran poderío económico y tecnológico, que ha extendido su influencia por todo el mundo y la convierte en un enemigo formidable cuyo combate requiere de todos los recursos ofensivos a disposición de los hombres del poder en Estados Unidos. Por eso los gringos, después de desatarse la mano que tienen atada en el conflicto que detonaron contra Rusia, intentarán poner todos los obstáculos comerciales a China en el mundo y  especialmente redoblarán las presiones sobre lo que consideran su área de influencia o patio trasero, que incluye en primer lugar al Continente Americano. Así, ya obligaron a Panamá a cancelar el acuerdo de la Ruta de la Seda con China; ya doblaron al gobierno de México para que imponga aranceles a productos textiles chinos e inicie litigios antidumping contra ese país (para empezar, acusando a China de abaratar artificialmente fertilizantes, láminas de policarbonato y productos de cartón) y no lo soltarán de aquí en adelante, usando para ello la amenaza de intervenir contra los narcotraficantes, a los que ya declararon terroristas: "Vamos a abrir las puertas del infierno contra los cárteles. Basta ya. Estamos garantizando la seguridad de nuestra frontera y los cárteles están sobre aviso", afirmó el asesor de seguridad nacional de Donald Trump, Mike Waltz, durante una convención ultraconservadora cerca de Washington”, publicó ayer EL UNIVERSAL.

Ahora, quizá resulte más claro para mucha gente que piensa que “puede vivir su vida” en una burbuja que la aísle de cualquier problema externo, que tanto las alteraciones en la correlación de fuerzas internacionales, que han hecho perder su poder hegemónico a Estados Unidos, como las maniobras agresivas y desesperadas para intentar recuperarlo, afectarán sin excepción tanto el presente como el futuro de todos los habitantes de la tierra, lo sepamos o no. El primer paso es enterarnos de lo que ocurre, sacar conclusiones y tomar partido contra quienes desean eternamente un mundo controlado por una potencia agresiva y empobrecedora de los pueblos.
 

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