MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

México y el estancamiento educativo

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La educación en México está estructurada en niveles básico, medio superior y superior. Pero ahí no radica el problema, sino en el nivel de calidad que ofrece a las niñas, niños y jóvenes de nuestro país.

No es necesario ser un gran investigador para darnos cuenta de que el nivel de conocimientos de los alumnos es bajo. Hay estudiantes que, aunque cursan quinto o sexto de primaria, parecen estar en segundo o tercero de ese mismo nivel, pues no dominan la lectura de calidad ni la comprensión lectora.

Seis de cada diez alumnos de quince años no comprenden lo que leen, y siete de cada diez no saben hacer operaciones matemáticas básicas, reflejando el grave estancamiento educativo en México.

En matemáticas sucede lo mismo, ya que no manejan las operaciones fundamentales como la suma, la resta, la multiplicación y la división.

Lo mismo ocurre con los jóvenes de secundaria y preparatoria, que no dominan lo más elemental del álgebra.

El gobierno actual, en la mal llamada “segunda etapa de la 4T”, enfrenta una grave crisis educativa en todos los niveles de enseñanza.

Las condiciones actuales de la educación pueden evaluarse desde diferentes perspectivas: el desempeño de los alumnos, el estado de las instalaciones escolares, la cobertura de los servicios y otros indicadores. 

Todo esto enfrenta el sistema educativo mexicano, compuesto por 34 millones 94 mil 380 alumnos, desde educación inicial hasta superior, en 260 mil escuelas de los tres tipos de enseñanza, con dos millones 160 mil 440 maestros, según cifras de la Secretaría de Educación Pública (SEP) al inicio del ciclo escolar 2023-2024.

Somos un país con un promedio de escolaridad de 9.7 años, es decir, México es un país “de secundaria”, aunque la Constitución establece que la educación es obligatoria y gratuita hasta la universidad.

Si miramos un poco atrás, este retroceso educativo es un legado del gobierno de Manuel López Obrador, sumado a que la nueva administración de Sheinbaum Pardo no ha cumplido su promesa de ser “la presidenta de la educación”.

El sexenio pasado, en materia educativa, sufrió “un retroceso significativo en muchos frentes”, señala Alma Maldonado Maldonado, experta del Departamento de Investigaciones Educativas del Centro de Investigación y Estudios Avanzados (Cinvestav) del Instituto Politécnico Nacional.

“No hay nada más neoliberal que no atender la desigualdad educativa y no preocuparse por el aprendizaje en las escuelas públicas. No hay nada más neoliberal que quitarles dinero a las instituciones de educación superior públicas, a los centros públicos de investigación o al no asignar recursos a la educación inicial”, insiste la especialista del Cinvestav.

Esta crisis educativa se refleja en que:

• Seis de cada 10 alumnos de 15 años no comprenden lo que leen.

• Siete de cada 10 no saben hacer operaciones matemáticas básicas.

• De cada 100 estudiantes que entran a primaria, solo 28 terminan la universidad.

• En cada generación de estudiantes, 30 desertan en los primeros años de bachillerato.

• 28 de cada 100 personas que inician la primaria logran terminar estudios universitarios.

• Siete de cada 10 niños reciben educación inicial en sus primeros tres años de vida.

• 38 de cada 100 niños no cursan preescolar.

• Cinco de cada 10 alumnos pueden encontrar datos importantes en un texto.

• Tres de cada 10 alumnos pueden aplicar las matemáticas para resolver problemas. (Proceso, marzo de 2025)

Para asignar mayor presupuesto a la educación, urge una reforma fiscal profunda donde la clase adinerada pague más impuestos y estos sean aplicados en diversas áreas, sobre todo en educación. Se sabe que los países que más apuestan por la educación destinan el 6 % o más del PIB a este rubro.

Ante este gran atraso educativo, no es sorprendente que algunas empresas automotrices no puedan contratar jóvenes que no saben hacer una conversión de pulgadas a centímetros, no comprenden los manuales de operación de maquinaria y carecen de pensamiento crítico.

Urge un cambio profundo en la educación y en la sociedad en general. Se necesita una sociedad consciente y bien preparada, que apueste por lograr una educación de calidad en todos sus aspectos y que, en un futuro no muy lejano, tome en sus manos el poder político del país para, desde ahí, cambiar y resolver de raíz toda la problemática socioeconómica que nos impide avanzar.

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