MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

Inseguridad y abstencionismo en Guanajuato

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Los recientes resultados electorales en Guanajuato, aunque le dieron el triunfo a la coalición formada por los partidos políticos PAN, PRI y PRD y con ello, Libia Denisse García será la próxima gobernadora en la entidad, el Congreso del estado tendrá una nueva composición para los próximos tres años.

En la actual legislatura, Acción Nacional tiene 21 de los 22 legisladores de mayoría, pero en lo que será la legislatura 66, el blanquiazul sólo tendrá once diputados elegidos por votación y en coalición obtuvo otros tres; mientras que Morena, Verde y PT obtuvieron por primera vez ocho diputados de mayoría relativa, que sumados a los cinco plurinominales que podrían conseguir, los llevarán a tener la bancada más grande en su historia en el estado y ello significa que el partido en el poder pierde su mayoría absoluta en el congreso que conservaba desde 1977.

Cuando los ciudadanos no participan en los procesos electorales es porque no esperan mucho de los candidatos; han dejado de creer en los políticos y sienten que ir a depositar su voto no cambiará nada.

Pero, además, el partido Acción Nacional en Guanajuato también perdió espacios en el Congreso de la Unión. De los quince distritos federales que hay, solo en dos ganaron como partido único y cinco más en coalición, mientras que en la elección de 2021 el PAN tenía doce distritos y uno más en coalición.

De esta manera, aunque el PAN consiguió conservar el gobierno del estado en Guanajuato, que, por cierto, fue la única gubernatura del país que ganó en la pasada jornada electoral, se termina la hegemonía que mantuvo por más de dos décadas y el morenismo avanza tanto en diputaciones locales como en el número de municipios que va a gobernar y se consolida como la segunda fuerza política en la entidad.

La votación a favor de Morena se concentró en la zona Laja-Bajío, que incluye los municipios más violentos del estado, entre ellos, Celaya, Apaseo el Alto, Apaseo el Grande y Villagrán.

De acuerdo a un análisis realizado por el Índice de Paz México y elaborado por el Instituto para la Economía y la Paz, el municipio de Celaya se encuentra en la posición número doce a nivel nacional con la mayor tasa de homicidios dolosos por cada 100 mil habitantes, el lugar decimotercero lo ocupa el municipio de Valle de Santiago, en el lugar catorce del ranking se encuentra el municipio de Salamanca y en la posición número 21 aparece el municipio de Pénjamo con una tasa de 55.8 homicidios.

En el top también aparecen los municipios de León con una tasa de 53 homicidios por cada 100 mil habitantes y el municipio de Irapuato se coloca en el lugar 26, aunque en estos dos casos el partido Acción Nacional logró mantener los gobiernos municipales.

No se debe perder de vista que, desde hace más de cinco años, Guanajuato encabeza la lista de las entidades más violentas del país, lo que sin duda demuestra que a los gobiernos panistas les ha faltado hacer mucho en materia de seguridad y esto ha significado demasiado dolor para las familias guanajuatenses.

Sin duda, este es uno de los graves asuntos que requerirán urgente atención por parte de la nueva administración estatal.

Llama la atención que León y los municipios de la zona conurbada se mantienen como la zona azul en la entidad, ya que la ciudad zapatera fue de las pocas áreas donde Xóchitl Gálvez logró obtener más votos que Claudia Sheinbaum a diferencia del resultado estatal.

Sin embargo, los votos en el municipio demuestran que hubo una participación bajísima, menos de 700 mil votos de los casi un millón trescientos mil votantes inscritos en el padrón electoral, pero también, una muestra de que en todo el estado el abstencionismo fue muy alto.

Cuando los ciudadanos no participan en los procesos electorales es porque no esperan mucho de los candidatos; han dejado de creer en los políticos y sienten que ir a depositar su voto no cambiará nada la terrible situación que se vive en su comunidad, municipio, estado o país.

De tal manera que, en lo sucesivo, quien pretenda ganar un cargo de elección popular, debe buscar que haya una participación mayor del electorado y para ello, es necesario que se regrese la confianza a la gente y esto solo se logrará cuando se atienda verdaderamente el problema de la inseguridad que se vive en buena parte del territorio y cuando se atiendan con sensibilidad la falta de servicios en las comunidades y se combata con rigor y energía la pobreza en la que viven millones de guanajuatenses que sienten que solo se les busca cuando se trata de que vayan a votar. 

No se ocupa de recetas mágicas para ganarse a las masas, solo se requiere que en los hechos se les demuestre que el poder se usa para servirles y no para servirse de ellos.

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