¿Conoce usted el español? La pregunta le puede parecer obvia, pero le aseguro no lo es tanto. Todo mundo sabe que hay español de España y español de México y es casi seguro que, a los mexicanos que viajan a España o conversen con algún español, tengan algunas dificultades para entender cabalmente el español de España y a los españoles que vienen a México les ocurra lo mismo. Es natural, desde el punto de vista geográfico, sin embargo no es natural, ni aceptable, que dicho desconocimiento se deba a problemas de carácter cultural, es decir, del dominio y estudio del lenguaje que nos fue enseñado desde niños.
El problema se complica más porque en nuestro país los modismos y acepciones de las palabras son distintos pues el significado de las palabras, su uso y su comprensión es distinta, dependiendo de la zona de México.
Por ejemplo la palabra "invisible" en Yucatán se refiere a un "pasador" de pelo; la palabra "bulto" se refiere a cualquier tipo de mochila o bolsa, "tajador" es un sacapuntas, "sencillo" significa cambio de monedas pequeñas. En el norte, la palabra "troca" se refiere a una camioneta, "morra" a una jovencita, "guacha", significa "ver", "guacho" significa soldado. En Campeche "volquete", significa un camión de volteo para acarreo de materiales de construcción, pero en Sinaloa se le llama "gondola". En algunos lugares los niños son llamados "escuincles", en Sinaloa "plebes", en Oaxaca "mushitos". En Sinaloa al basurero se le llama basurón. Y así por el estilo.
Lo mismo puede decirse de frases que, al escucharlas quienes viven en alguna parte del país y que visite otra parte de México no entiendan, estas expresiones resultan incomprensibles, hasta que se explica el contexto o se habitúa a ese lenguaje.
Esto se debe en parte, a los diferentes idiomas o lenguas que nuestros antepasados hablaban y cuyas palabras originales se han incorporado al español y ahora nos parece totalmente normal usarlas, pero sin conocer su origen. También hemos venido incorporando, (y deformando) casi sin darnos cuenta palabras del inglés, francés, etc.
Luego ocurre que algún actor, político, o personaje de alguna relevancia en nuestro país, diga alguna frase o palabra ridícula, intrascendente o inexacta para expresar con precisión lo que se quiere decir, por ejemplo ¿le dice algo la tan traída y llevada frase de "me canso ganso"? y esto se usa, en el argot popular, cuando menos durante un tiempo, en un sentido sarcástico.
Afortunadamente nuestro lenguaje tiene una raíz, que la mayoría de las veces desconocemos, por no parecernos importante estudiar la etimología de las palabras, por no tomar un diccionario, e investigar el verdadero significado de las palabras, o bien lo desconocemos por no conocer nuestro país y toda su gran riqueza, entre ella la cultural y lingüística.
Nadie, ningún individuo que se considere mexicano, y que plante conocer o hablar el español se debería de sentir conforme, a gusto o satisfecho por pensar o considerar que sabe o puede hablar español; en realidad poseemos y usamos un lenguaje muy corto, muy limitado a pesar de que el español es uno de los idiomas más ricos del mundo. Solo nos concretamos a repetir, casi toda la vida, el lenguaje que nuestros padres, nuestros maestros, parientes o conocidos, nos enseñaron, pero poco aprendemos por nuestra cuenta propia, leyendo, investigando o degustando poesía aun sabiendo que los verdaderos grandes maestros del lenguaje son los poetas.
El desconocimiento de nuestro propio lenguaje nos obliga a estar limitados, pobres en conceptos y por eso cuando se nos propone o invita a expresarnos con propiedad se nos dificulta, nos parece imposible emplear un lenguaje abundante, exacto, preciso y bello.
En ese sentido tiene razón el Antorchismo Nacional cuando nos invita a estudiar y a adquirir cultura, siempre y de todas las formas posibles. De pasada diré que el Lic. Andrés Manuel López Obrador, enemigo gratuito de Antorcha, manifiesta que Antorcha se va a acabar porque se le acabo el negocio del chantaje. Está equivocado el señor presidente porque nunca nos hemos dedicado a esa actividad y sí en cambio tenemos como labor fundamental, EDUCAR al pueblo de México pues como se desprende del presente artículo los mexicanos estamos necesitados de ampliar nuestra cultura y de conocer al máximo posible nuestra lengua. En esa labor estamos y nos falta mucho trecho.
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