La comunidad de El Zangarro era, desde la época virreinal, un pequeño, pero importante lugar para el municipio de Guanajuato porque allí se encontraba la vicaría de la entonces conocida Villa Real de Mina de Guanajuato; en el siglo XIX fue construida su iglesia en honor a la Virgen Santísima de los Dolores, en cuya arquitectura se mezclaron estilos neoclásico y barroco; posteriormente fue ubicado el registro civil que aunado a las grandes huertas que existían en la comunidad y a los cultivos de maíz, frijol, sorgo y garbanzo que se producían, le dio más relevancia a este lugar.
Pero, el lunes 15 de octubre de 1979 se publicó en el Diario Oficial de la Federación un decreto firmado por el presidente José López Portillo, que textualmente establecía: “Se declara de utilidad pública la construcción de la presa La Purísima y demás obras conexas y su camino de acceso, así como la adquisición de los terrenos necesarios para la constitución de las zonas federal y de protección y se expropia una superficie aproximada de 1,200 Has., de propiedad particular en el Municipio de Guanajuato”, el cual contemplaba en su artículo tercero que “la construcción del camino de acceso que tendrá una longitud aproximada de 6.160 kilómetros, desde su entronque con la carretera Irapuato-Silao, hasta el sitio de las obras, así como un ramal de ésta con longitud de 910 m., para el acceso a la zona de protección en la margen izquierda del río”.
Así fue como las casas de adobe del viejo Zangarro, sus tierras de cultivo, junto con su iglesia, quedaron años más tarde, cubiertas con millones de litros de agua que captaría la presa La Purísima. Sus habitantes tuvieron que ser reubicados en un terreno aledaño y allí refundaron su comunidad. El Gobierno federal, a través de la extinta Secretaría de Agricultura y Recursos Hidráulicos (SARH), dotó de una casa construida en cada uno de los lotes de 20 x 40 metros que les fueron asignados a las familias que constituían el viejo Zangarro, el decreto presidencial también contempló la construcción de las obras de los servicios públicos básicos, como el agua potable, drenaje, electrificación, escuela primaria, clínica, jardín principal y, desde luego, la iglesia; a los que posteriormente se sumaron la escuela telesecundaria y una institución del nivel bachillerato.
Quedó pendiente la pavimentación de su camino de acceso que tiene seis kilómetros y, que a pesar de que el decreto de 1979 ordenaba su construcción no se concretó, posteriormente, fue reiteradamente prometido y comprometido por las distintas autoridades de los diferentes niveles de gobierno y nunca pavimentado en 42 años de la comunidad reubicada; así como la construcción de las oficinas del registro civil y; la escrituración de sus casas y lotes quehasta hoy día no se ha realizado, teniendo en la incertidumbre jurídica a los habitantes del lugar.
A esta situación se agrega, la también incertidumbre laboral en que se encuentran los integrantes del grupo de pescadores que nació junto con la presa, los cuales a pesar, de tener como su actividad principal la pesca, no tienen los apoyos necesarios para explotarla eficientemente y les permita una vida más digna.
El Movimiento Antorchista en Guanajuato recibió, en marzo de 2021, es decir, hace dos años, la invitación de algunos habitantes para trabajar en la organización y concientización de la población y, desde esa fecha los representa ante las distintas autoridades en la gestión y lucha para resolver los añejos problemas que la autoridad dejó sin resolver por 42 años como la multicitada pavimentación del camino de acceso, queya, bajo la dirección Antorchista, por fin, fue pavimentado en su primera etapa que constó de cuatro kilómetros, con una inversión cercana a los 13 millones de pesos.
Pasaron siete presidentes de la república mexicana e igual número de gobernadores y, 14 presidentes municipales de Guanajuato, y la obra no se concretaba. Por eso, tenemos que reconocer la sensibilidad política y social del actual gobernador Diego Sinhue Rodríguez Vallejo y del alcalde guanajuatense, Alejandro Navarro Saldaña, quienes en una convergencia de presupuesto, programaron y realizaron la obra. También reconocemos su disposición para que se pavimenten los restantes dos kilómetros en este 2023.
Se resolvieron otros problemas que se acumulan por el natural crecimiento de la población, como fue la dotación de una aula prefabricada por parte de la Secretaría de Educación en Guanajuato en la escuela primaria Benito Juárez; el inicio reciente de la construcción de varias ampliaciones de redeseléctricas, por un monto superior a los 2 millones de pesos, que permitirán a los habitantes de toda la comunidad tener un mejor y más eficiente servicioeléctrico, porque los transformadores hoy saturados de conexiones, dejarán de estarlo con la instalación de los nuevos transformadores contemplados en las obras de ampliación.
Estos tres logros, que juntos representan, una inversión de casi 16 millones de pesos, única en 44 años de vida de la comunidad, que se había mantenido dispersa y desorganizada, deben contribuir a la comprensión de que sólo el pueblo organizado y consciente, puede transformar su realidad cuando toma en sus manos esa gran responsabilidad. ¡Adelante!
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