Por Pergentino Cortés Girón
Las grandes expectativas que el hoy presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, creó en la población durante su campaña, se han venido desvaneciendo, y si bien todavía no es muy evidente la decepción e inconformidad que está causando su gobierno, el descrédito va en aumento, y esto necesariamente es así, no porque sus adversarios políticos lo promuevan, más bien por la aplicación de su gobierno de políticas económicas y sociales equivocadas, que han provocado malestar e incertidumbre en diferentes sectores sociales, desde grandes inversionistas hasta amas de casa y jornaleros agrícolas que se beneficiaban de ciertos programas de los gobiernos anteriores.
Es ya muy común escuchar entre la población la escasez de dinero en sus bolsillos, las dificultades cada día mayores para darle de comer, curar y educar a sus hijos; en las familias que recibían PROSPERA hay desesperación, pues contaban con ese ingreso para completar su gasto familiar. Las famosas tarjetitas de apoyo en efectivo "sin intermediarios", están resultando además de insuficientes, muy raquíticas en monto, y si el gobierno de la 4ta. Transformación (que de eso tampoco tiene nada), cree que con dichas transferencias monetarias, la economía del país saldrá adelante, está muy equivocado, jamás en ninguna parte del mundo la limosna oficial ha servido para generar progreso y bienestar en un país, eso solo lo hace una economía que genera empleo suficiente y salario digno, y, en ese terreno, a la fecha, el gobierno morenista le está quedando a deber al país y de no corregirse rápido esta situación, la economía de México se encaminará a una verdadera crisis, de la cual este gobierno "dizque de izquierda" será el responsable, crisis de la que difícilmente nos recuperaremos durante el sexenio. Dice el refrán popular, que lo que mal empieza mal termina. Veamos que está pasando en dos aspectos esenciales.
En el terreno económico, principal fuente de estabilidad de un país, esta administración federal prometió que la economía crecería en 4%, hoy a punto de cumplir seis meses en el ejercicio, no solo no va a alcanzar el nivel del 2% que las administraciones pasadas lograron en el primer trimestre de gobierno, especialistas del Banco de México y del Banco Mundial, han sostenido que hasta el momento, la economía solo alcanza el 1.5% y que así terminara este 2019 y se extenderá al 2020; habrá pues, menos empleo, menos oportunidades para los mexicanos, la pobreza aumentará en cantidad y calidad, esto a pesar de que se duplique la limosna oficial como se hizo con el apoyo a los adultos mayores; el desempleo está creciendo, despidos masivos de empleados federales en la CONAGUA, en el SAT, SEDATU, CONAFE, SAGARPA (hoy SADER), SEDESOL, Secretaría de Salud, y miles de empleos que se perdieron en la construcción del nuevo aeropuerto en la CDMX, cancelado de manera arbitraria por el actual presidente mediante una encuesta patito, y en Sedesol, hoy Secretaría del Bienestar, donde miles de personas que atendían el programa prospera, guarderías infantiles, comedores comunitarios, empleo temporal, jornaleros agrícolas, y muchos etc. más, están en la calle, sin una alternativa de empleo a corto plazo.
En el terreno social no hay nada diferente, la inseguridad está imparable, los datos oficiales no mienten, el número de asesinatos dolosos en este primer trimestre del gobierno morenista ha superado a los tres últimos arranques de sexenios anteriores, esto a pesar de que el presidente diga que tiene otros datos. El gobierno actual está siguiendo la misma receta aplicada por los gobiernos anteriores; con la creación de la guardia nacional, que no es más que la militarización del país, como medida principal para combatir la inseguridad; se "olvidó" el presidente de que la causa de la inseguridad es por la injusta distribución de la riqueza, misma que genera la corrupción y la violencia o bien, mal entiende lo que significa la distribución de la riqueza, creyendo que ésta solo es repartir exiguas cantidades de dinero a los sectores empobrecidos del país, y no a todos.
Andrés Manuel López Obrador no está gobernando bien a México, es un gobierno de ocurrencias, de improvisación, falto de una visión profunda, completa e integral, de hacia dónde debe ir el país en el contexto económico y político mundial, no tiene claro lo que el país necesita para dejar de tener millones de pobres. Su slogan "primero los pobres", solo fue para ganar votos entre el pueblo trabajador poco consciente e informado de las causas que generan su pobreza, en los hechos, el gobierno de la 4ta transformación es más de lo mismo pero más corriente, pues ya ni siquiera se cubren las formas legales establecidas en nuestra Carta Magna, no respeta la división de poderes, lo quiere controlar todo al costo que sea, colocando a sus incondicionales en todos los puestos públicos habidos y por haber, desplazando incluso a verdaderos especialistas en la materia. Por su parte, los ricos pueden estar tranquilos y gustosos con esta nueva administración federal, que no solo no les va a cobrar más impuestos como debería de ser, pues son los que más ganan en este país pero poco aportan a las arcas nacionales, seguirán conservando el privilegio de explotar mano de obra barata del trabajador mexicano y ahora, están además como asesores financieros del gobierno morenista , incluso uno de ellos, dueño de la empresa Elektra y del Banco Azteca, es el principal beneficiario del nuevo gobierno, pues maneja los miles de millones de pesos del erario público que se transfieren a los beneficiarios de los programas sociales, con ello queda más que demostrado que la cantaleta del presidente de que entregará los apoyos sin intermediarios, es solo eso, una mentira más.
México está perdiendo credibilidad en el mundo, las calificadoras internacionales lo han colocado como un país de riesgo a las inversiones a raíz de la equivocada cancelación del aeropuerto de la Ciudad de México, de la cancelación de licitaciones públicas para la construcción de las grandes obras de este sexenio, como lo es el aeropuerto de Santa Lucía, la refinería de Tres Bocas, el tren maya y las que vienen; la transparencia no va con la 4ta. transformación, sólo los chicharrones del presidente truenan y así su principal bandera anticorrupción se va al bote de la basura y se vuelve a lo mismo de siempre, se gobierna para los grandes capitales, amigos y compadres, y no podía ser de otra manera, pues todos los políticos hoy metidos a gobernantes son hijos del sistema, se formaron dentro de él, lo defienden aunque lo nieguen. Los mexicanos conscientes y conocedores de la realidad en que se mueve la economía mundial y del país, no se tragan el cuento de este gobierno, dizque progresista.
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