* Los altares para recordar a los mártires antorchistas se colocaron en el municipio de Valle de Santiago
Las ofrendas son elementos principales de la celebración del Día de Muertos y la tradición nos señala que durante el 1 y 2 de noviembre los difuntos cruzan el Mictlán para disfrutar y convivir con sus seres queridos.
Por ello, la comunidad escolar del Jardín de Niños y de la Primaria Manuel Hernández Pasión, en la colonia Manuel Serrano Vallejo, del municipio de Valle de Santiago, colocaron dulces y bebidas que les agradaban a sus difuntos para recibirlos en esta fecha tan importante para todos, señaló Soledad Pérez Pérez, integrante del Comité Estatal del Movimiento Antorchista en Guanajuato:
“Desde la época prehispánica el culto a la muerte es parte de nuestra cultura. En esta celebración la muerte no representa la ausencia, sino que simboliza la vida que se materializa en el altar ofrecido, por ello, tiene una trascendencia popular y la celebración es la armonía entre los rituales religiosos católicos traídos por los españoles y la conmemoración que los indígenas realizaban para los cultivos y los ancestros. En esta ocasión, como cada año, los alumnos, maestros y padres de familia de nuestras instituciones educativas colocaron la ofrenda con flores de cempasúchil, papel picado, pan y algunos platillos para recibir a nuestros seres queridos”.
De manera especial, se recordó a dos mártires del antorchismo nacional: Manuel Hernández Pasión, expresidente municipal de Huitzilan de Serdán, Puebla, quien hace siete años fue asesinado por el cacicazgo de la sierra nororiental y cuya vida dedicó a apoyar a su pueblo, como ejemplo de fraternidad y humanismo.
Asimismo, se cumplen once años del secuestro y asesinato político de Manuel Serrano Vallejo, padre de nuestra querida compañera Maricela Serrano Hernández, integrante de nuestra dirección nacional.
“Para nosotros, todos los que han muerto en estos 50 años de lucha ininterrumpida pertenecen a la estirpe de los indispensables, todos ellos son una lección permanente y por ello, con decisión y convicción seguimos teniendo la bandera en alto y no descansaremos hasta lograr una sociedad más justa y más equitativa para todos los mexicanos.
Finalmente, con este modesto acto, recordamos y honramos la memoria de quienes ya no están con nosotros y así transformamos el dolor en una celebración de vida y en un lazo que supera la muerte. No debemos olvidar que esta celebración es reconocida por la Unesco como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad, ya que refleja la esencia de una cultura que no ve la muerte como el final, sino como una transformación en la que el recuerdo mantiene vivo el vínculo con aquellos que ya partieron”, señaló la líder social.
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