Comerciantes se enfrentan a ventas bajas que golpean los bolsillos de más de 100 familias
Comerciantes provenientes de diversas comunidades acuden cada lunes a instalarse en el centro de Miahuatlán con la ilusión de vender las frutas, flores y panes que son fruto de su trabajo y su única fuente de ingreso. Sin embargo, la realidad a la que se enfrentan es complicada debido al pago de permisos, la alta competitividad y el alto costo del transporte de su mercancía.

Datos estadísticos recientes indican que Oaxaca tuvo una alta tasa de informalidad laboral, con 76.3 %. La tasa de informalidad para las mujeres fue la más alta del país, con 79.3 %.
Aurora Díaz Franco, comerciante en Miahuatlán, quien desde hace 35 años se dedica a la venta de frutas que cosecha en el campo de su comunidad, refiere que, pese al gran esfuerzo por obtener una fuente de ingresos que le permita brindar la canasta básica a su familia, las pocas ventas le generan un ingreso que apenas le alcanza para sobrevivir y denuncia que no hay alternativas del gobierno local ni estatal.

“La gente humilde que no se prepara profesionalmente nos enfrentamos a situaciones realmente complicadas porque a pesar de que todos los días me levanto desde temprano para salir a vender, las ventas son bajas, los gastos para transportarnos es elevada y a eso se le suma lo que pagamos de permiso… apenas y sacamos para el pan de cada día y para acabarla, pese a que Morena dijo que nos ayudaría, la verdad es que yo no veo la ayuda, a los campesinos por ejemplo, no hay ni fertilizante ni apoyos como antes con proyectos productivos”, refirió.
Díaz detalló que en su comunidad son casi 100 familias que se dedican al campo, a la cosecha de frutas como plátano, manzana y durazno, pero todas se distribuyen para salir a vender sus productos en diferentes puntos del distrito; la situación no es distinta: todos le batallan para sostener a sus familias.
Por su parte, Pablo Morales, activista de Antorcha en la Sierra Sur, reconoce que en Miahuatlán los comerciantes empiezan a instalarse todos los domingos en la tarde-noche para que el lunes, desde temprano, comiencen con su venta.

No obstante, dijo, es evidente la falta de apoyo de las autoridades, que impide que las familias tengan un trabajo que les brinde seguridad y respeto a sus derechos:
“El esfuerzo de cada jefe de familia se mira reflejado en sus ganas de superarse sembrando en el campo y saliendo a vender fuera de sus comunidades, pero a su vez evidencia que en las comunidades la desigualdad cobra más fuerza porque no cuentan con apoyos para el campo y tampoco con empleos que les permitan tener una vida digna.
Los de la 4T prometieron un cambio para las familias más humildes, no obstante, aquí se evidencia esa falsedad, que no le están cumpliendo a las familias, por eso invito a todos mis paisanos a unirnos para cambiar las condiciones en la que nos encontramos”, explicó.
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