Cancún es un destino turístico mundialmente conocido, además, es una ciudad multicultural, es decir, con una mezcla de habitantes de diversas culturas, regiones, estados de nuestro país y de otros países del mundo. Sus blancas playas, su mar azul turquesa, su vida nocturna, deportes acuáticos, sus ruinas mayas, su naturaleza, su infraestructura hotelera y de servicios hacen de Cancún el principal destino turístico de playa en el país y en todo América Latina.
Además, el Aeropuerto Internacional de Cancún es el segundo aeropuerto más importante de México, recibe el mayor número de pasajeros internacionales con vuelos directos hacia diferentes destinos de Estados Unidos, Canadá, Europa y algunos países de Latinoamérica.
La clave para que las autoridades verdaderamente atiendan de fondo este añejo problema es que todas las colonias “irregulares” se unan en un solo bloque para exigir a una sola voz la municipalización o regularización.
En el 2023, Cancún fue la principal terminal aérea en flujo de pasajeros internacionales a México, tiene cuatro terminales y opera más de 500 vuelos por día.
Con toda esta actividad turística, Cancún aporta el 37.5 % del Producto Interno Bruto (PIB) de Quintana Roo, esto, según el Consejo Mundial de Viajes y Turismo. Por ejemplo; en 2022, Cancún contribuyó con 4 mil millones de dólares al PIB del estado.
Como podemos ver Cancún es la “joya de la corona”, genera mucho dinero y estabilidad, pero no para todos, como se dice coloquialmente “dentro del pan viene la navaja” ¿Por qué digo esto? Veamos.
Cancún ha crecido exponencialmente desde su formación el 20 de abril de 1970, antes, solo era una zona casi olvidada donde habitaban alrededor de 100 personas que se dedicaban a la pesca.
Su crecimiento es tanto que, al 2020, el censo del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) registró 888 mil 797 habitantes en la ciudad, pero la población sigue creciendo, pues según datos de las Naciones Unidas, la población del área metropolitana de Cancún en 2024 se estima en 1 millón 45 mil habitantes, lo que representa un aumento del 2.15 % con respecto a 2023.
Cancún creció en 50 años lo que a otras ciudades les hubiera tomado cientos de años. Miles de personas, sobre todo, campesinos y colonos humildes de todo México a partir de los años 70 comenzaron a llegar a este importante destino turístico con la intención de conseguir mejores condiciones de vida.
Pudiera decir sin temor a equivocarme que en los primeros años del “bum” demográfico de Cancún las primeras familias que llegaron pudieron asentarse sin muchas complicaciones en estas bellas tierras.
El problema fue ya por los años 90 que el acelerado crecimiento poblacional y la ineficacia de las autoridades gubernamentales al no tener un plan de urbanización a la altura de las necesidades requeridas, la gente, sobre todo, la clase trabajara y humilde que no tenía para comprar en lugares exclusivos y de alta plusvalía, por necesidad comenzó a asentarse en predios que conseguían a bajo precio o en facilidades, en su mayoría del régimen ejidal.
Es así, fundamentalmente, como la ciudad de Cancún ha venido teniendo un crecimiento urbano desordenado con muchos asentamientos que se les llaman “irregulares” porque no fueron planeados ni autorizados por las autoridades competentes.
Al no ser asentamientos regulares, prácticamente las autoridades, sobre todo, las estatales y municipales no les brindan ningún servicio para una mejor calidad de vida, los dejan completamente sumidos en el olvido y la pobreza, o sea, no existen estas familias para las autoridades.
Eso de “no existen estas familias para las autoridades” es relativo, porque cuando se trata de mejorarles sus condiciones de vida brindándoles los servicios como agua, luz, pavimento, salud, etcétera, allí ponen mil trabas y “sacan” las reglas de operación de los programas para “justificar” porque no pueden invertir en mejorarles las condiciones de vida a esas familias que por necesidad y no por avaricia han tenido que habitar en esos lugares.
Pero cuando se trata de tiempos electorales, ahí sí existen, ahí sí cuenta su voto: ¡No son ciudadanos de segunda! ¡Son ciudadanos cancunenses!
Los candidatos de todos los partidos llegan a las colonias más paupérrimas a visitar a las familias. No les importa que sus calles estén intransitables con grandes hoyos o baches; tampoco les importa que no haya electricidad, alumbrado público o recoja de basura. Ellos llegan como grandes salvadores a prometer que “si el voto los favorece”, les van a regularizar y a brindar los servicios necesarios.
Pero tan luego pasan las elecciones, hayan ganado o perdido, se van y no los vuelven a ver por ahí.
El candidato ganador, cuando ya está en funciones, se le olvidan sus promesas y por más que la gente los visite para pedirle el cumplimiento de sus propuestas siempre sacan el mismo pretexto: “No se puede hacer calles, ni electrificación, ni agua potable, ni nada porque vives en una zona irregular” y así los han traído desde hace al menos 30 años.
Si bien es cierto que estas colonias irregulares que, según el ayuntamiento de Benito Juárez tienen detectadas al menos 260, se formaron de manera desordenada y por la necesidad de la gente, también es cierto que allí habitan al menos el 30 % de los cancunenses, es decir, 313 mil 500 personas, en su mayoría, gente que trabaja para que Cancún siga siendo tan grande y emblemático en turismo de playa.
Este es un problema social que las autoridades deben solucionar y, la solución no es negarles los servicios públicos ni mucho menos reprimir a esas familias que solo buscan tener paz y estabilidad, tampoco deben ser utilizados como banquete electoral en cada elección y después seguirlos dejando en su desgracia.
La gente está cansada de que siempre las engañen y sólo las usen, por eso han tenido que manifestarse para exigir a las autoridades que les arreglen sus caminos, les ayuden con mejorar su sistema de electrificación, entre otras cosas que, si bien es cierto, sirven, no es la solución final.
La clave para que las autoridades verdaderamente atiendan de fondo este añejo problema y no se siga postergando para las calendas griegas, es que todas las colonias “irregulares” se unan en un solo bloque para exigir a una sola voz, no sólo arreglo de sus calles o de la energía eléctrica, sino, la municipalización o regularización para que de una vez por todas se acabe con esa desigualdad social que hoy existe.
La prueba de que sí se puede cuando se unen, se organizan y ponen una cabeza que sepa dirigir fue la movilización que hicieron las colonias Avante en sus 5 etapas, Unidad Antorchista, Valle Verde, Pedregal, La Chiapaneca, Tres Reyes, Colonia México, La Esperanza, entre otras, que el pasado jueves 24 de octubre movilizaron al menos a 700 colonos por las principales calles de Cancún para exigir a las autoridades arreglo de sus caminos de acceso que están despedazados porque nunca se les da mantenimiento.
Con esta movilización los colonos consiguieron que el ayuntamiento de Benito Juárez les arregle sus caminos y presione al ejido Bonfil para que done las calles de cada colonia al ayuntamiento y así, se puedan invertir recursos públicos para la pavimentación.
Esto, es un logro importante, es, como dije, prueba de que cuando el pueblo se une, se organiza y lucha se logra que las autoridades resuelvan lo que han dicho que no es posible.
Después de esta lucha muchos líderes naturales y colonos de diferentes colonias populares han decidido afiliarse a Antorcha para que juntos luchemos para darle seguimiento a los compromisos que hizo el ayuntamiento y no descansar hasta conseguir la regularización.
Compañeros colonos de Cancún, bienvenidos a Antorcha, somos gente trabajadora y honesta que tiene 50 años de experiencia luchando contra la pobreza en México.
Estamos seguros de que unidos y organizados vamos a llegar a puerto seguro. Vale.
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