MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

Ante indolencia de la 4T, exigimos apoyos para los más humildes

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Ya han pasado cinco meses desde que se dio a conocer el primer caso de esta nueva enfermedad del coronavirus, que inició en el país asiático China, que a la postre la Organización Mundial de la Salud (OMS) confirmó como pandemia y lo denominó coronavirus SARS-CoV-2. El tratamiento y medidas para detener el avance de esta enfermedad por los gobiernos de los diferentes países del mundo, también es muy desigual de acuerdo con su desarrollo económico. Pero, aunque el desarrollo económico y tecnológico es importante, es necesario considerar con qué visión y energía nuestros gobernantes encargados de salvaguardar la vida y el bienestar de sus gobernados toman medidas para salir lo mejor librados ante el grave problema. China, por ejemplo, como potencia económica, logró hacer frente en aproximadamente tres meses, invirtiendo recursos hasta para construir hospitales en tiempo récord.

Esta visión se torna muy oscura en México. Al igual que en el resto del mundo se lucha desde el punto de vista sanitario con la pandemia del coronavirus, pero mientras, otro "virus" se potencia en nuestro país, este es el desempleo y por consiguiente la imposibilidad del pueblo trabajador para adquirir el alimento para sus familias. Los sectores más vulnerables que están sufriendo los estragos son por supuesto los obreros, campesinos, las amas de casa, los que trabajan en el sector informal, etc.; que, ante el avance del problema, denuncian al gobierno federal de indolente y sordo ante los reclamos de ayuda alimentaria que se requieren para el "Quédate en casa". Otro ejemplo de incongruencia de nuestro gobierno de la República que da desesperanza a millones de mexicanos, es saber que en lugar de apoyar a las familias que requieren un programa alimenticio, o los trabajadores del sector salud que reclaman material adecuado para realizar su trabajo, en plena pandemia se finiquita por el gobierno de la 4T la compra de un estadio de béisbol con dinero del erario por 511 millones en Hermosillo, Sonora.

A pesar de ser la décima cuarta economía del mundo, esta tibia y negligente respuesta del gobierno que encabeza el licenciado Andrés Manuel López Obrador ante un problema tan enorme tiene en un hilo a cerca de 50 millones de personas que viven en pobreza extrema. Todos fuimos testigos, a través de los medios informativos la poca seriedad y hasta de la mofa con que se expresaba nuestro primer mandatario ante las medidas recomendadas por organismos internacionales. Y sabíamos cómo antes de la pandemia la situación de millones era de por sí difícil, ahora está situación, se ha potenciado.

Baja California Sur no escapa a la situación nacional, que se ha agravado con la pandemia y el "virus del desempleo", pues, a pesar de ser uno de los estados con menor índice de pobreza según datos del Coneval, esto es relativo, por ser de los estados con menor población con respecto al dato nacional. De todos modos, si sumamos dos datos que nos proporciona el Coneval: los que son considerados en pobreza y los de pobreza extrema suman 164,300 sudcalifornianos que tienen más de una carencia y no tienen un ingreso suficiente para satisfacer sus necesidades, ya no digamos para adquirir la canasta básica. Tomando en cuenta estos datos de una población de más de 700 mil sudcalifornianos, se alcanza un 22 por ciento de población vulnerable particularmente carente de ingresos suficientes ante la crisis económica que se ha potenciado por la enfermedad mundial.

El propio gobierno del estado a través del gobernador Carlos Mendoza Davis en un mensaje a la población reconoció que la economía del estado está detenida y que "viene lo peor". Y aquí, al igual que la postura del gobierno federal, dos ayuntamientos de los principales municipios del estado (el de La Paz y Los Cabos) replican el no implementar un programa a fondo de ayudas a los más desprotegidos, pues, las promesas de repartir algunas despensas han sido insuficientes. Ejemplo: el DIF del ayuntamiento de La Paz que prometió repartir 2600 despensas que para la población de este municipio son insuficientes. Y el gobierno del estado, después de varias semanas del problema, anunció que pidió ayuda al gobierno federal, pero que mientras "se da", y al no tener recursos implementará un programa de gestión altruista y llamando a la solidaridad de los empresarios y la sociedad civil de acopio de víveres para distribuirlos entre más vulnerables, el programa llamado "Alianza Comunitaria de Baja California Sur" y que sumado al llamado constante de "quédate en casa", la idea es que no exista hambre en ningún sudcaliforniano. El llamado es correcto. Pero la realidad es otra. Ahora que se extiende la contingencia y se anuncian nuevas medidas para enfrentar el coronavirus con el aislamiento, pensar que "el altruismo social" nos ayudará, es insuficiente.

Ante esta situación, los antorchistas de Baja California Sur hemos alzado la voz, de la gente que ha solicitado apoyo alimentario pero que no ve cuándo le llegará, pero también alzamos la voz para todas aquellas familias que lo necesitan, familias humildes que viven al día, que ahora no pueden autoemplearse, para aquellos que no están recibiendo su salario.

La pandemia está haciendo estragos en todo el país. En Baja California Sur llegó en esta semana a 202 casos acumulados de los cuales 182 son confirmados, 12 recuperados y ocho defunciones. El llamado "quédate en casa" está bien, es correcto, lo que puedan implementar los gobiernos locales está bien, pero para que sea posible salir librados lo mejor posible, es necesario que el gobierno federal que "encabeza" Andrés Manuel López Obrador, deje de lado la indolencia, e implemente con urgencia un programa nacional alimentario dirigido a la población sin ingresos fijos y que lo exijan con mayor energía los gobiernos locales y la sociedad organizada.

Los gobiernos locales al sumarse a esa visión oscurantista del gobierno federal son equivalentes a hacerse cómplices; del no atender a la población que necesita pan para sus familias, y lo grave es lo que se puede desencadenar después de una pandemia y crisis económica. Los antorchistas hacemos el llamado a todos los mexicanos a unirse y exigir atención, es necesario hacerse oír. Los antorchistas estaremos a su lado tendiendo nuestra mano fraterna, lo hemos demostrado durante 46 años de existencia en lucha con los humildes y hoy, no será la excepción. Todos por un programa nacional de distribución de alimentos.

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