Los mexicanos debemos impulsar el pensamiento crítico, ya que la falta de politización nos hace más vulnerables a la manipulación mediática, que frecuentemente favorece los intereses de los grupos más poderosos.
Si las amenazas económicas de Trump se concretan, como los aranceles a las exportaciones mexicanas, podría precipitarse una grave crisis económica nacional.
Las amenazas provenientes del actual presidente electo de los Estados Unidos, Donald Trump, plantean desafíos concretos para México. Entre ellos, destaca la imposición de aranceles de hasta un 25 % sobre productos mexicanos exportados al mercado estadounidense, la deportación masiva de connacionales residentes en ese país y la declaración de los cárteles de la droga como organizaciones terroristas.
Este último punto resulta especialmente alarmante, pues podría justificar, bajo las leyes estadounidenses, la intervención militar directa en territorio mexicano.
Estas amenazas no son accidentales, sino que se vinculan a la crisis del imperialismo estadounidense, que se siente amenazado tanto en el ámbito económico como en el político.
Las desigualdades económicas globales se han intensificado, golpeando con mayor dureza a las clases trabajadoras. Al mismo tiempo, las crisis, la violencia y los conflictos bélicos continúan extendiendo su impacto.
Todo esto evidencia el carácter expansivo, depredador y deshumanizante inherente del capitalismo y de los monopolios imperialistas.
¿Por qué estas políticas y amenazas económicas, migratorias y militares hacia México? Tal vez las decisiones de Trump puedan ser rastreadas a su avanzada edad o, más probablemente, a su interés por proteger un sistema capitalista que concentra riqueza en manos de unos pocos, entre ellos él mismo y sus socios multimillonarios en Estados Unidos.
Cabe recordar que el objetivo principal del capitalismo no es garantizar las necesidades básicas universales ni promover el bienestar colectivo. Ese interés no incluye proveer vivienda, educación, salud o recreación para toda la población; su propósito predominante es fomentar la búsqueda desmedida de lucro y la acumulación privada.
Las amenazas contra México reflejan intentos por mantener y consolidar su influencia global y apropiarse de recursos naturales esenciales para su subsistencia.
Sin embargo, países como Rusia y China comenzaron a postular modelos alternativos que contrarrestan los excesos del capitalismo hegemónico, defendiendo los intereses de sus propias sociedades.
Frente a este escenario, es crucial que en México se lleve a cabo un análisis profundo que permita comprender estas amenazas y diseñar estrategias adecuadas que beneficien al país.
No obstante, persiste entre algunos sectores una actitud derrotista: hay quienes llegan a afirmar que sería mejor permitir la intervención estadounidense bajo el argumento de que eso nos haría tan ricos como ellos.
Esta visión no sólo es equivocada sino peligrosa, ya que ignora las verdaderas implicaciones de estas políticas. Si las amenazas económicas de Trump se concretan, como los aranceles a las exportaciones mexicanas, podría precipitarse una grave crisis económica nacional.
Basta señalar que cerca del 85 % de nuestras exportaciones tienen como destino el mercado estadounidense. A esto se sumaría el impacto devastador de las deportaciones masivas, pues México no está preparado para absorber a millones de repatriados. Esto dejaría a muchas familias sin ingresos ni recursos para sobrevivir.
Por otro lado, clasificar a los cárteles mexicanos como organizaciones terroristas podría justificarse como pretexto para una intervención militar directa por parte de Estados Unidos, lo que equivaldría prácticamente a una invasión formal de nuestro territorio. Estas perspectivas son alarmantes.
Ante todo esto, se requiere una ciudadanía crítica e informada, capaz de responder con acciones organizadas y solidarias para afrontar los retos venideros. Es imperativo defender la soberanía nacional con inteligencia y determinación frente a estas amenazas externas. Conste.
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