Con los resultados del proceso electoral en Coahuila e Hidalgo, inicia el Partido Revolucionario Institucional (PRI) el recorrido rumbo al 2021 con el pie derecho, dejando claro que el partido encaramado en el poder (Morena) no es nada sin los simpatizantes de otras expresiones políticas y que los omnipotentes "servidores de la nación" que insultan a todo aquel que señala fallas del gobierno federal y las incongruencias del presidente de la república, Andrés Manuel López Obrador en estos dos años, también tienen yerros… muchos y muy graves que avistan su debacle.
El proceso electoral que culminó con el 100 por ciento de las 7 mil 702 casillas instaladas en Coahuila e Hidalgo y con incidencias menores sólo en una de ellas, según el Sistema de Información de la Jornada Electoral (SIJE), ya que los incidentes tuvieron que ver con ciudadanos que votaron sin aparecer en la Lista Nominal o sin credencial de elector, además de la suspensión definitiva de la votación en el municipio de Ixmilquipan, Hidalgo, luego de que una persona intentara quemar una urna.
Bien, los resultados de este ejercicio del voto dejan una gran lectura: Si se trabaja unidos, cerca de la militancia y con candidatos comprometidos con las causas ciudadanas, se gana, y esto puede ser el preludio de posibles victorias en los comicios del año 2021, donde se elegirán gubernaturas, diputaciones federales, Congresos locales y ayuntamientos en todo el país, es decir, son trascendentales para definir el rumbo político en el 2024 y por ello el PRI debe seguir con esas tendencia ganadora, demostrando que es un partido de convicción democrática conformado por gente progresista que tiene como base una plataforma electoral que se refleja en la realidad nacional y que proponga soluciones reales a los problemas.
El principal activo del PRI es su militancia y con ella debe trabajar día con día, en aras de fortalecer las relaciones, pero más allá del triunfo priista, queda clara la fehaciente decepción de la gente que votó por Morena con la esperanza de vivir mejor y que ahora está desempleada.Situación que debe encender las luces rojas en todos lados, desde las estructuras partidarias hasta la presidencia de la república… se vaticina el declive de Morena que tuvo la oportunidad de trabajar positivamente a favor de los mexicanos, que se hunden en la pobreza, sin empleo, sin recursos para la salud, educación, campo.
Cierto que los mexicanos manifestaron su hartazgo hacia los partidos políticos que durante años se mantuvieron en el poder, durante la pasada contienda para elegir al presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, elemento que mueve el voto de Morena y sin su intervención no se podrán replicar los resultados del 2018, ya que el Movimiento Regeneración Nacional (Morena), en tan sólo dos años, por sus políticas erróneas y su falta de visión para atender realmente los problemas de la sociedad, logró la desaprobación de la clase trabajadora mexicana, inmersa actualmente en una caótica situación de inseguridad, desempleo, salud, educación, campo, obra pública, etcétera, que está en busca de un reparto equitativo de la riqueza.
El 2021 y el proceso electoral rumbo al 2024 están próximos, la efervescencia política se siente y con la consigna "Ni un voto a Morena", resurge el anhelo de sacar a la mal llamada Cuarta Transformación de los congresos locales, gubernaturas estatales, ayuntamientos.
Mientras se percibe y esparce el debacle de Morena, el Movimiento Antorchista no ceja en su trabajo de organizar a gente de pueblos y colonias, continúa realizando gestiones sobre asuntos importantes y ha enfrentado los ataques del gobierno federal, estatales y municipales de Morena, que tienen como propósito destruir a las organizaciones sociales, concretamente al Movimiento Antorchista, que ¿qué creen? Lejos de amilanarse, avivó su llama, se fortalece en los rincones más apartados de las 32 entidades federativas del país y se prepara para inmiscuirse en la política de México, en busca de la distribución equitativa de la riqueza y de aminorar la enorme brecha que existe entre ricos y pobres, a través de su propuesta que contiene cuatro puntos torales: 1. Trabajo para todos los mexicanos; 2. Mejorar los salarios; 3. Política fiscal de gobierno y 4. Reorientar el gasto público.
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