Me interesa comentar primero que nada, algo que me llama mucho la atención: en la elección del próximo 2 de junio, los mexicanos elegirán 20 mil 375 cargos en las 32 entidades del país, con lo que será la elección más complicada para las autoridades del INE; incluidas nueve gubernaturas, la Presidencia de la República y un promedio de quince precandidatos para cada puesto; de manera que hay más de 305 mil personas “sacrificadas” y dispuestas a servir al resto de la ciudadanía.
En segundo lugar, me pareció que el presidente Andrés Manuel López Obrador llegó muy contento, sonriente, a la conferencia mañanera del 11 de enero, para exhibir el acuerdo firmado por los dirigentes del PAN, Marko Cortés, y del PRI, Alito, Alejandro Moreno, en la alianza para la elección de gobernador y 25 diputados locales realizada en 2023, en el estado de Coahuila, en la que el partido del presidente fue literalmente aplastado con más de 30 puntos porcentuales.
“No tiene nada que ver con la política; es un acuerdo mafioso eso de repartirse los cargos, incluidas cinco notarías y una magistratura”, fustigó. “Cuando se reparte mal el botín, hay motín”, dijo AMLO.
El arreglo era que al PRI le correspondería postular en 2023 las candidaturas en el Estado de México y Coahuila, y al PAN, los procesos electorales para la Presidencia y la jefatura del Gobierno de la Ciudad de México en 2024, además de notarías, direcciones de universidades, los distritos locales de Acuña, Monclova, Frontera y Torreón; las secretarías de Infraestructura y Obras Públicas, Fiscalización; las alcaldías de Monclova, General Cepeda, Candela, Juárez, Múzquiz, Frontera, Rosita, Abasolo, Escobedo, Madero, Acuña, Castaños, La Madrid y Torreón, entre otras, que el PRI no quería cumplir, por lo que el dirigente panista lo dio a conocer.
El documento es una prueba muy importante, pues revela el acuerdo de corrupción al que llegaron ambos partidos políticos, por lo que el presidente agregó:
“Lo fantástico, surrealista o descarado es que el mismo presidente del PAN lo da a conocer. Le tenemos que agradecer mucho, porque todo esto ayuda; si no, la gente no alcanza a entender cómo se dan estos enjuagues, y esto sí ayuda”
Y sí, tiene razón López Obrador. Pero ¿a qué otra cosa se pueden reunir, y qué cosas pueden acordar los dirigentes de estos partidos? ¿Quién duda de que hay corrupción en estos acuerdos cupulares?
Sin embargo, a pesar de que aquí el presidente disfruta y goza de esta ingenua publicación, este no opina igual cuando Sanjuana Martínez, exdirectora de la agencia de noticias Notimex, exhibió el intento de soborno de su corcholata, Claudia Sheinbaum.
¿O no es acaso un acto de corrupción exigirles a los 68 trabajadores de Notimex un “moche” del 20 % para la campaña de Claudia, si se les liquidaba con 150 millones de pesos, y ante la negativa, como castigo sólo les autorizaron 15 millones de pesos por todos los años de trabajo? Se les ha hecho costumbre hacer como Delfina Gómez, que les quitaba un “moche” a los trabajadores del municipio de Texcoco.
¿No es un acto de corrupción conseguirle un título de Licenciado en Derecho a Ulises Lara, al día siguiente de que dejó su puesto la Fiscal, Ernestina Godoy? ¿Cuál es la diferencia entre Morena y todos los demás?
¿O no es acaso un acto de corrupción conseguirle un título de Licenciado en Derecho a Ulises Lara, al día siguiente de que dejó su puesto la Fiscal, Ernestina Godoy? ¿Cuál es, pues, la diferencia entre los partidos del PAN, PRI, PRD, con Morena, el PT o el Partido Verde?
Claro que les tenemos que agradecer mucho a estos políticos que se conozcan estas cosas, porque ayuda a que la gente sepa que no hay ninguna diferencia entre los partidos, y cómo se dan estos enjuagues entre los políticos buscahuesos, sin ideología, oportunistas y manipuladores de las necesidades del pueblo.
Así se explica cómo para elegir 20 mil cargos, hay más de 305 mil políticos dispuestos “a sacrificarse” por “servir” al pueblo.
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