El presidente municipal de Ixtapaluca, Felipe Arvizu de la Luz, ya no siente lo duro sino lo tupido:
Las torrenciales lluvias de los últimos días han evidenciado con crudeza la falta de mantenimiento de la infraestructura hidráulica. Además, la ciudadanía se ha inconformado públicamente por la pésima administración municipal a su cargo.
El pasado 12 de junio, un numeroso grupo de estudiantes dio nota nacional al manifestarse frente al Palacio Nacional.
Recientemente, el 1 de julio, pacientes renales mostraron su inconformidad por el retiro de las máquinas de hemodiálisis del hospital Pedro López.
Para acabarla de amolar —mejor dicho, de apestar—, un grupo de alrededor de 200 recolectores tiró varias toneladas de basura frente al palacio municipal de Ixtapaluca para denunciar las precarias condiciones laborales en las que se encuentran y las extorsiones de las que son víctimas por parte de la directora de Servicios Públicos, Nora Chávez. Aseguran que también el alcalde está coludido con dicha funcionaria y que, además, no los atiende para resolver ambos problemas.
Vecinos de la Unidad Habitacional San Buenaventura se opusieron a que la fuerza pública cerrara un predio que ha funcionado como área verde y recreativa de uso común, con el fin de construir ahí una preparatoria, cuya naturaleza —pública o privada— no ha sido aclarada.
La amplia cobertura mediática de estos acontecimientos, tanto en medios locales como nacionales e incluso internacionales, como el periódico español El País, ha desatado una ola de rumores entre la ciudadanía. Muchos califican al alcalde —emanado del partido Morena— como inepto, corrupto y arbitrario.
Una política verdaderamente criminal por parte de Morena Ixtapaluca es la decisión del alcalde de no pagar la renta de las máquinas de hemodiálisis que atienden a pacientes renales de escasos recursos.
Algunos aseguran que, por ello, está fabricando cortinas de humo para ocultar los graves errores de su administración. Sin embargo, esas maniobras sólo perjudican a luchadores sociales que, durante casi 40 años, han demostrado seriedad, honestidad, congruencia y lealtad a las causas nobles y legítimas del pueblo de Ixtapaluca.
Poco hay que agregar sobre las graves inundaciones provocadas por las lluvias recientes, que han afectado las principales vialidades del municipio. Todos hemos visto en televisión cómo, por las avenidas principales, navegan vehículos particulares y del transporte público, muchos de los cuales sufren averías cuyos costos de reparación exceden las posibilidades económicas de sus propietarios.
Los gobiernos federal, estatal y municipal culpan a la naturaleza, a los huracanes o a las lluvias atípicas, pero antes de la temporada no hacen nada por mejorar o mantener la infraestructura hidráulica. Esa omisión —esa falta de trabajo gubernamental— es la verdadera causa de las inundaciones que también afectan a Chalco y a cualquier otro municipio en condiciones similares.
El 12 de junio, durante la llamada “mañanera del pueblo” de Claudia Sheinbaum, alrededor de 500 estudiantes afiliados a la Federación Nacional de Estudiantes Rafael Ramírez (FNERRR) protestaron frente al Palacio Nacional. Denunciaron que, en casi cuatro años de gobierno, el alcalde no ha resuelto problemas graves que afectan la educación en el municipio.
Ese día fueron atendidos por funcionarios del equipo de Sheinbaum, quienes prometieron soluciones que, hasta ahora, no han llegado. Los jóvenes, escépticos, señalan que el ciclo escolar está por concluir y que eso servirá de pretexto a la 4T para no cumplir. Esa vieja práctica política de “bateo” no solo afecta a los estudiantes de Ixtapaluca; es, como dicen ellos, la política general de la 4T: muchas promesas, pero nunca dicen cuándo las cumplirán.
La FNERRR tiene 25 años de existencia, y en todo ese tiempo ha luchado por mejorar la educación pública. Con gobiernos anteriores a Morena, lograron avances: construcción de escuelas, laboratorios, bibliotecas, plazas docentes, entre otros. Pero desde la llegada de Morena al poder en 2018, los jóvenes no han encontrado voluntad política ni sensibilidad.
Por ello, aseguran que si el alcalde Felipe Arvizu sigue sin atender las necesidades educativas, volverán a las calles a exigir condiciones dignas para los hijos del pueblo, ese pueblo al que dicen venerar, pero al que ignoran y desprecian continuamente.
Una política verdaderamente criminal por parte de Morena Ixtapaluca es la decisión del alcalde de no pagar la renta de las máquinas de hemodiálisis que atienden a pacientes renales de escasos recursos. Por esa razón, los propietarios de las máquinas decidieron retirarlas del hospital Pedro López, condenando a decenas de enfermos a una muerte segura.
Ese mismo día, martes 1 de julio, pacientes renales de Chimalhuacán también se manifestaron, pues su alcaldesa —Xóchitl Flores Jiménez, también de Morena— permitió el retiro de las máquinas del Hospital 90 Camas. ¿Cómo continuarán sus tratamientos? “Eso es su problema, a nosotros no nos importa”, parecen gritar los alcaldes morenistas Felipe Arvizu y Xóchitl Flores.
En este mismo contexto de inconformidad se inscriben la contundente protesta de los recolectores de basura, quienes exigieron frenar las extorsiones y mejorar sus condiciones de trabajo, así como la lucha vecinal en defensa de las áreas verdes y recreativas en San Buenaventura.
Lo positivo de todas estas arbitrariedades es que la población comienza a despertar: se organiza, se manifiesta y alza la voz. Las tarjetas de becas y pensiones en las que la 4T deposita su estrategia de control comienzan a perder efecto.
La gente expresa sus inconformidades. Falta dar el siguiente paso: que todos los inconformes se unan y con la fuerza del pueblo exijan soluciones reales. Más aún, que construyan un verdadero partido del pueblo, que desde el poder político defienda, proteja y trabaje auténticamente para el bienestar común.
Eso es lo que definitivamente no quiere Felipe Arvizu de la Luz, quien está demostrando su ineptitud e incapacidad para gobernar. Por eso, en vez de enfrentar sus errores y tomar decisiones responsables, se dedica a fabricar cortinas de humo que desvíen la atención ciudadana.
El edil pretende que, en lugar de señalarlo a él como responsable, el pueblo caiga en el morbo y termine culpando a verdaderos luchadores sociales, como los activistas del Movimiento Antorchista del Estado de México, quienes por casi cuatro décadas han demostrado su valía, honestidad y los beneficios que su trabajo ha llevado a los ixtapaluquenses.
0 Comentarios:
Dejar un Comentario