MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

¿De dónde pueden obtener recursos los gobiernos?

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Los humildes de Sonora, no por encajosos ni abusivos, sino por real necesidad, exigimos a los gobiernos de los tres niveles más presupuesto para gasto social, exigimos obras de infraestructura y más programas sociales de apoyo a los más necesitados y demandamos que así lo contemplen en sus próximos presupuestos para el año 2020. ¿De dónde van a obtener los gobiernos los recursos necesarios si, como aseguran ellos mismos, no los tienen? Para algunos quizá suene irresponsable la respuesta que damos, pero afirmamos que ellos deben darnos la respuesta, ellos querían ser gobierno, querían el poder y el pueblo se los dio, no para escuchar justificaciones y lamentos, sino para que brindaran e impulsaran soluciones. No queremos escuchar que le echen la culpa a los gobiernos anteriores y así justifiquen su actual incapacidad financiera: ya sabíamos eso, la inmensa mayoría ya estaba cansada de esos gobiernos, por eso les dio la espalda en la votación del año pasado y les dio la oportunidad a los actuales; justificar la ineptitud propia con lo obvio no se vale, es una ofensa a la inteligencia del pueblo. Tampoco queremos que el Gobierno federal desaparezca programas y que el recurso que tenían asignado lo destine a regalarlo y a comprar la voluntad electoral de los más atrasados de nosotros; no es de nuestro interés ni de la nación entera que se aproveche de la ingenuidad y buena fe de nuestra gente menos preparada políticamente: los antorchistas hemos repetido mil veces que la experiencia mundial indica que repartir dinero en efectivo no solucionará los problemas sociales ni su causa más profunda: la pobreza. Y tenemos a la mano una prueba irrefutable: décadas de programas sociales -y más eficaces que repartir dinero en efectivo- aplicados en nuestro propio país no la solucionaron.

A este respecto hay dos aclaraciones que hacer: una, no por no resolver el problema de la probreza dichos programas deben ser desaparecidos, pues al menos contuvieron un posible descontento popular incontrolable (su uso demagógico es cosa aparte en este análisis); dos, es una mentira que hayan sido ineficaces para desaparecer la pobreza porque se haya corrompido su aplicación, fueron ineficaces porque no se diseñaron desde un principio para acabar con la pobreza, sino para controlarla dentro de límites tolerables para el pueblo y para el capitalismo; no señalarlo así significa evadir la crítica científica y sus consecuencias. Por ello es una gran irresponsabilidad gubernamental desaparecerlos sin brindar una alternativa económicamente viable y usar sus recursos como limosna electoral: eso no nos conviene a ni a los más humildes ni a los más ricos, porque nos está conduciendo a graves tensiones y resentimientos sociales que ponen en peligro nuestra convivencia como nación. Los antorchistas ya sabíamos que López Obrador no quería atacar la causa fundamental de nuestra pobreza porque nunca ha atinado a denunciarla como tal: la injusta distribución de la riqueza social, pues ello implica señalar dónde está concentrada la que le falta a la mayoría, dar nombres y ser consecuente; siempre se ha ido por las ramas, asegurando que la causa es la corrupción, y con ello nos ha desviado a la mayoría del pueblo del entendimiento correcto de nuestra realidad. Y ahora, aprovechando nuestra desubicación, usa la corrupción como bate de beisbol, nos tunde de verdaderos palazos, de recortes a programas y presupuestos tan seguidos uno del otro que, desorganizados y débiles como estamos la mayoría de los pobres ni reaccionamos, o apenas si tenemos tiempo de medio darnos cuenta de la tragedia por la que estamos pasando y, lo peor, muchos le aplauden y consideran "de izquierda" sus acciones. Así pues, el juego de manos de prestidigitador electorero que hace López Obrador con los recursos nacionales no es ninguna solución para los más pobres y sí un agravante de la explosiva situación nacional.

En lo que se refiere a los gobiernos estatales y municipales, su argumento fundamental es "no hay, no hay y no hay, porque nos lo recortó el gobierno federal". Y seamos claros: para eso mejor se hubiera puesto al Chapulín Colorado de gobernador o de presidente municipal. Mientras esos gobiernos se limiten a actuar dentro del estrecho marco que les ha dejado el nuevo Presidente, no resolverán los asuntos fundamentales ni de su propia supervivencia ni mucho menos de sus gobernados, sobre todo los más necesitados.

Pero los antorchistas afirmamos a los tres niveles de gobierno que sí hay recursos: aquí le van dos argumentos de forma rápida, para que usted termine de leer: uno, México no es un país pobre: ocupa el lugar número 15 en producción de riqueza en el mundo, de entre 189 países, según ha publicado el Fondo Monetario Internacional en este 2019. O sea que riqueza sí hay, sólo que está acaparada por unos pocos. ¿Y entonces -preguntará usted—por qué los gobiernos estatales y municipales llegan hasta a llorar lamentando no tener recursos? Pues sí...no checa, pero a fuerza quieren que aceptemos resignadamente que no tienen, que lo creamos, a fuerza nos quieren dar a tragar una piedra de molino. Otra opción que nos quedaría sería también ponernos a llorar, pero eso no solucionaría la miseria material y espiritual que acosa a nuestro pueblo. Dos, según la organización internacional Oxfam, 1.3 millones de mexicanos ricos posee el 40 por ciento de la riqueza total que tiene el país. Y hay uno, Slim, que tiene tanta riqueza como 60 millones de mexicanos juntos. Esto se llama injusta distribución de la riqueza y tiene una solución: una distribución justa. ¿Cómo? Mediante impuestos progresivos, fundamentalmente, es decir, contribuyendo más a las arcas nacionales aquellos que ganen más, hasta incluso exentar de pagos a quienes no ganan ni siquiera un salario miserable (recuerde usted que es cosa sabida internacionalmente que hoy los ricos pagan menos impuestos a nivel mundial y México es uno de los que menos obtiene de ellos: un 10% de lo que recauda). Sólo que ningún gobierno, ni el actual de López Obrador, se ha animado a cobrarles más impuestos a los ricos; lo anunció el presidente hace unos días: dijo que por los ahorros en el combate a la corrupción y las políticas de austeridad en el gobierno federal, no habrá necesidad de aumentar ni de crear nuevos impuestos durante su sexenio (léase: no cobraré más impuestos a los ricos, pueden estar tranquilos y seguir enriqueciéndose frenéticamente otros cinco años al menos). Y dice que va a impulsar el desarrollo nacional y a financiar los gastos del Estado con los ahorros de su política de "austeridad" y no permitiendo la corrupción. Bueno...pues queremos verlo materializado en obras y servicios para los más pobres del país, no en gastos de campaña electoral. A ver si es cierto.

Pero tampoco nos tragamos esta otra piedra de molino. Su austeridad consiste esencialmente en dejar de comprar (léase desincentivar la economía) y en despedir trabajadores; ya anunció su Gobierno que no habrá aumentos de presupuestos a los Estados y municipios y anunció también que mantendrá los recortes al Presupuesto de Egresos de la Federación para el 2020: ¿podremos salir así de la miseria? Definitivamente no por ese camino. Nuestras exigencias de más gasto social, de más obras, más servicios y más programas sociales están planteadas ya. En las próximas semanas plantearemos a nivel nacional nuestros pliegos petitorios conteniéndolas. ¿Qué haremos los pobres si de nuevo no somos tomados en cuenta en sus presupuestos anuales? Nos habrán demostrado estos gobiernos que no son dignos de seguir a la cabeza del Estado y habremos de tomar nosotros el poder, habremos de constituir nuestro propio partido político y gobernar este país en bien de todos: con trabajo para todos digno y bien pagado, con muchas oportunidades para que las empresas nacionalistas desarrollen el país, con impuestos progresivos de donde puedan obtener suficientes recursos nuestros gobiernos, con mucho gasto social y habremos de unirnos a todos aquellos que quieran una patria más justa y equitativa para construirla juntos. Ese es nuestro proyecto de nación... y vamos en serio, usted sabe que Antorcha sostiene lo que dice. ¿Le entra?

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