MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

Una historia de lucha de una ejemplar mujer antorchista

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"Puedes llorar porque se ha ido, o puedes sonreír porque ha vivido": David Harkins

Cesárea Guadalupe Bravo Bravo, campesina humilde, oriunda de San Bernardo, municipio de Acatlán de Osorio, Puebla, falleció el 30 de julio de este año. Este acontecimiento pudiera parecer intrascendente, pero por tratarse de una mujer que luchó en las filas del Movimiento Antorchista desde 1980, no es así.

Fue, junto con su esposo Raúl Bravo, y otros compañeros como Rubén ávila Bravo, Bartolo Balbuena, Guadalupe Lima, Aristeo Bravo, Alberto Martínez, Nabor Aparicio, Guadalupe Martínez y Alejandro Reyes fundadores de la organización en el municipio de Acatlán.

Al presentar sus condolencias, Edith Villa Trujillo activista querida y respetada en San Bernardo, la familia y antorchistas se reunieron, recordaron que en esta lucha doña Cesárea siempre apoyó, asistiendo a las asambleas, a las marchas, mítines y ofreciendo pan y techo a los activistas designados en su momento, hasta cuidando a los hijos de éstos para que pudieran luchar.

Muchos fueron las luchas que dieron, recordaron que la primera fue dar continuidad a la petición que promovió Emiliano Martínez Mejía por el reparto de tierras de uso común del ejido a jóvenes avecindados que carecían de medios de trabajo.

Quienes se sentían dueños de las tierras solicitadas para el reparto se ampararon argumentando que eran de su propiedad: hacían y deshacían con estas a su conveniencia, vendían o rentaban sin ser legítimos propietarios y cuando se enteraron de los trámites corrieron del pueblo a los solicitantes, diciéndoles: "vayan a Tabasco, allá vayan por tierras, aquí no hay", además les reclamaban: "ustedes no lucharon por las tierras del ejido" y don Raúl Bravo defendió a los jóvenes: "si éstos todavía no nacían cuando eso sucedió".

Finalmente, lograron, en dos etapas, la repartición de 100 hectáreas de tierras de los parajes El Guayabo Morado, el Tempexquixtle, El Lechecillo y el Cristiano beneficiando a 85 jóvenes en edad de trabajar que se integraron al ejido San Bernardo.

Edith Villa Trujillo, activista que estaba al frente de esta lucha, refiere que tardaron dos días en la entrega de tierras y nadie había llevado agua: "¡qué sed teníamos, tuvimos que beber agua estancada de la que se acumuló por la lluvia, pero, aguantamos hasta el final!"

Siempre que regresaban, llegaban a casa, donde Doña Cesárea los esperaba con humildes alimentos preparados para satisfacer el hambre de quienes estaban luchando por el progreso de su pueblo.

Lucharon incansablemente por agua potable, necesidad todavía pendiente por resolver, aunque perforaron cuatro pozos que resultaron fallidos, unos porque no tenían agua y otro porque el agua no era adecuada para consumo humano, ni siquiera para riego.

Lograron cinco ampliaciones de luz, en la segunda sección de la Barranca Mimilti, en Palo Amarrado, en la Tercera Sección de Los Cuartos, en El Tempexquixtle y en la colonia Tres de Mayo.

Construyeron con faenas y cooperaciones la casa de salud, que consiguieron se convirtiera en clínica porque esto implicaba tener servicio médico permanente.

Gestionaron que la secundaria privada de la localidad se oficializara como escuela del sistema educativo federal, ahora es la escuela "Josefa Ortiz de Domínguez"; recuerdan que para esto contaron con el apoyo decidido de la maestra Clara Zetkin Córdova Morán; lucharon por la construcción del edificio y lo lograron; participaron en la construcción de las aulas y con la paga que obtuvieron los campesinos antorchistas compraron el terreno que asignaron y que ocupa como campo de beisbol el exitoso equipo "Astros de Antorcha", y que ha sido sede de torneos regionales.

Con faenas construyeron la barda perimetral del panteón; con cooperaciones y también con trabajo comunitario construyeron la cooperativa, que incluye una tienda de abarrotes, tortillería y caseta telefónica; negocios que se han consolidado y siguen abasteciendo a la comunidad de los insumos que requieren los habitantes a bajos precios.

Como resultado de las gestiones del Licenciado Lisandro Campos Córdova y Edith Villa Trujillo como diputados federales, recientemente lograron la pavimentación con concreto hidráulico de la calle de acceso El Coyulito que implicó una inversión de 6 millones de pesos y la cancha de basquetbol.

Muchos fueron los activistas que participaron, recordados con cariño y afecto, por su trabajo, su conducta ejemplar y por su convivencia con el pueblo: Everardo Villalobos Luna, Edith Villa Trujillo, Telésforo García Carreón, Carlos Martínez Leal, Manuel Castillo, Estanislao López López, Gabriel Hernández García, Pedro Pérez Gómez, Lucía Fragoso Luna, Rodolfo de la Cruz Meléndez, Maritoña Espejel Clavijo, Armando Flores, Pedro Salinas y Adrián Carvajal Gomézcaña, entre otros.

Gustavo Bravo Bravo hijo de doña Cesárea dijo ésta es una historia de faenas, cooperaciones y lucha que continuaremos con decisión. Don Raúl Bravo, esposo de Cesárea, a sus 88 años dijo que sigue siendo el mismo en su convicción antorchista y pidió: ¡díganle al Maestro Aquiles que voy a seguir siendo antorchista siempre, hasta que me muera!

"Puedes cerrar los ojos y rezar para que vuelva o puedes abrirlos y ver todo lo que ha dejado", dijo David Harkins. ¡Doña Cesárea, puede irse tranquila!

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