MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

Un mundo mejor sí es posible

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Hace un año, aproximadamente, escribí una opinión sobre el sistema de salud en nuestro país. Se que nadie leerá este escrito, pero en ocasiones, el escribir ayuda a sacar un poco de la frustración, enojo o emoción que experimentamos la gran mayoría de las personas, a la hora de enfrentarnos a situaciones difíciles, como es el caso de la salud propia, o de algún familiar. 

Y en esta ocasión, regreso al tema de la salud, pues hace algunos días, falleció uno de mis vecinos, un joven de escasos 21 años, que ni si quiera tuvo oportunidad de disfrutar su juventud, que es la etapa más bonita en la vida, pues la enfermedad renal lo mantuvo postrado por seis largos años, desde los 16 a los 21, en la flor de la vida. 

Me consta que sus padres, de oficio soldador, herrero, electricista, un poco albañil; y su madre ama de casa, y enfermera por lo que duró la maldita enfermedad, son personas humildes, como cualquier otra de nuestra colonia. Nosotros vivimos en la ciudad de Aguascalientes, al oriente de la misma, donde un día sí y otro también nos falta el agua potable, nos falta el trabajo, las calles se destruyen cada que llueve o se tapa una coladera, etc., pero aún así, las familias viven honestamente.

Todos los días salen a trabajar, algunos de día y otros de noche, a las fábricas o maquilas de la ciudad, algunos son taqueros, otros repartidores de comida, vendedores de carros viejos, peluqueros, meseros, pepenadores, etc., o sea, son los que mantienen la economía de la ciudad a flote, son obreros, y comerciantes, trabajadores por cuenta propia, etc. Pero nadie es de la clase adinerada. Aquí no encontrarás una casa lujosa, ni carros del año. Mucho menos a los grandes empresarios rondando la zona. 

En resumen, la familia del hoy occiso es de escasos recursos, yo los conocí hace cuatro años, y desde entonces estaban batallando con la enfermedad, los gastos tan elevados para trasladar al joven al hospital La Raza, del centro del país, pues en Aguascalientes no había opciones en esos momentos. Cada mes tenían que ir a la capital, haciendo un gasto de aproximadamente 10 mil pesos, por lo más bajo. 
Recorrimos todas las dependencias solicitando apoyo económico, con tanques de oxígeno, boletos, etc., hubo ocasiones en que nos decían que ya no podíamos solicitar el apoyo, pues se les acaba de dar uno el mes pasado, pero lo cierto es que la enfermedad no conoce de trámites, ni de periodos de apoyos, ni presupuestos, la enfermedad se mantienen, y lamentablemente avanza, avanza sin cesar, hasta terminar con las fuerzas vitales del cuerpo humano.

Eso fue lo que pasó con mi joven vecino, la enfermedad ganó, terminó con sus fuerzas vitales, aunque no con su voluntad de vivir. Hasta el último día, su padre me habló diciéndome que se había despertado, que lo tenían entubado en la clínica del seguro, pero que intentó quitarse el tuvo, y que lo miró con una impotencia y desesperación, pues no quería estar ahí. Lo tuvieron que volver a dormir.

No creo que sea necesario decir que en el seguro, las enfermeras y doctores no le pusieron el medicamento necesario para que una hemorragia interna se detuviera, hasta después de 8 días que estuvo internado, y por la intervención del señor padre, que se armó de valor y desesperación, y fue a buscar al subdirector del seguro social, para decirle que cómo era posible que no tuvieran las bolsas de colostomía que se necesitaban, cómo era posible que no le pusieran el medicamento para parar la hemorragia, a lo cual respondió el subdirector que sí tenían todo eso, y que hablarían inmediatamente con las enfermeras, una prueba más de nuestro muy deficiente sistema de salud pública. 
Pero sería una tontada echarle la culpa a los doctores y enfermeras, talvez ellos, por su falta de descanso, espacio digno, poco material para curar, y el muy escaso salario que les otorga el gobierno federal, pues no atienden a los pacientes como en hospitales de renombre como el ABC, Star Medica, etc., donde sí tienen todas esas condiciones, y los doctores y enfermeras o enfermeros, trabajan con un poco más de condiciones, materiales, y aparatos necesarios para curar a quien sí tiene el recurso suficiente.
El problema en sí, en nuestro país, en nuestra ciudad de Aguascalientes, y en la mayor parte del mundo es la desigualdad entre ricos y pobres, el sistema capitalista, sistema que explota a muchos, y mantiene a muy pocos viviendo con grandes lujos, dándose vida de reyes, gastando aquí y allá el dinero que deberían de darle a la gente que de verdad trabaja, que lo produce, ese es el verdadero problema. Aunado a esto, se encuentran las políticas públicas de los diversos entes de gobierno, de los tres niveles.
Los apoyos para la gente humilde, son contados. Uno cada seis meses. O sea, dos al año. Los hospitales públicos están infestados de personas enfermas, que no alcanzan ni a llegar a las puertas del hospital en muchas ocasiones, porque mueren en el intento de ser curados, pues no hallaron alguna cama vacía, algún medicamento o aparato, etc., el sistema de salud en México a cobrado miles de vida, sino es que millones, por falta de todo, y esto es un delito lesa humanidad, es un crimen que viola los derechos a la vida de las familias de México, es un crimen que todo esto haya sucedido en el sexenio de la cuarta transformación, quien prometió que tendríamos un sistema de salud como Dinamarca, que ahora sí primero los pobres, y demás mentiras atroces por el estilo.
Lamentablemente el joven no pudo sobrevivir a esas mentiras, pero nosotros sí, sus padres, sus hermanos, sus vecinos y amigos del tiempo que le prestó la vida, la comunidad entera, y nosotros debemos de luchar por terminar con este sistema atroz, que daña a las familias, que nos está matando de hambre, que no nos permite vivir dignamente, y que solamente permite que vivan unos cuantos, derrochando el dinero en lujos, cuando la gran mayoría de la población está muriendo. Organicémonos pueblo de México, pueblo de Aguascalientes, luchemos por un futuro mejor para nuestros hijos, aunque dejemos el cuero en el alambrado, como se dice coloquialmente.
Un mundo mejor sí es posible. ¡Viva el Movimiento Antorchista Nacional! 
 

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