MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

Dinamarca: el sistema de salud que nunca llegó

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El 28 de abril de 2023, el presidente Andrés Manuel López Obrador reiteró durante su conferencia mañanera que México tendría un sistema de salud como el de Dinamarca. Pero, a tres meses de aquella promesa, no ocurrió.

El Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) reportó que entre 2018 y 2022, el número de mexicanos sin acceso a servicios de salud aumentó en 30 millones, pasando de 20.1 a 50.4 millones de personas en esa situación. No sólo se sigue debiendo el sistema de salud, sino que ahora aumentó el número de personas que carecen del servicio.

El Coneval reportó que entre 2018 y 2022, el número de mexicanos sin acceso a servicios de salud aumentó en 30 millones, pasando de 20.1 a 50.4 millones de personas en esa situación.

A cuatro meses y nueve días de que acabe la administración morenista, la calidad de la atención de la salud de los mexicanos dista mucho de la que prometió el mandatario. No sólo no mejoró, sino que empeoró.

La promesa de AMLO va de plazo en plazo. A finales de diciembre prometió que sería en marzo de 2024, cuando dijo: 

“Espero que para marzo ya se tenga un sistema público de salud de primera, con médicos, especialistas, todos los medicamentos, estudios, intervenciones quirúrgicas, todo de manera gratuita; ese es el propósito que tenemos”.

Y recientemente, que siempre no, que hasta septiembre de este año.

Pero, amable lector, tenemos que darnos cuenta de que al mandatario sólo le gusta prometer sin tener bases sólidas que lo respalden. Al analizar cuánto Producto Interno Bruto (PIB) se destina a la salud en México y cuánto en Dinamarca, era casi imposible que en su sexenio se cumpliera, más cuando parte del recurso federal se destinó principalmente a sus obras faraónicas como el Tren Maya, la refinería de Dos Bocas, el aeropuerto de Santa Lucía, que hasta el momento no vemos la cosecha de esos frutos y, sobre todo, para el beneficio de la población.

Vemos que el actual gobierno sólo destinó el tres por ciento del PIB, que, de acuerdo con especialistas, es el equivalente a la mitad del seis por ciento mínimo recomendado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) para impulsar el desarrollo integral, mientras que en Dinamarca se destina el 11 por ciento de su PIB nacional.

De acuerdo con la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), en su informe Panorama de la Salud 2023, detalló que el presupuesto mexicano para la salud corresponde a mil 181 dólares por persona (aproximadamente 19 mil 819.81 pesos), mientras que en Dinamarca es de 6 mil 280 dólares anuales, cinco veces más, algo así como 105 mil 392.36 pesos. A esto le sumamos que México sólo cuenta con 2.5 médicos y una cama por cada mil habitantes. Como vemos, estamos y siempre lo estuvimos, lejos de tener un sistema de salud como el tan prometido de López Obrador.

El sistema de salud no mejoró a nivel nacional, y si acercamos la lupa, vemos rezago y desigualdad entre los estados que conforman el territorio nacional. La diferencia entre estados con respecto a la población que no gasta en servicios médicos, con 14 estados superando el 90 % y el valor más bajo situado en 75.5 %, representa las brechas en el acceso a la salud entre cada una de las entidades, así como la disponibilidad, accesibilidad y calidad de los servicios.

Entre los estados donde hay desigualdad en la salud, destacan los del sur del país. Un caso concreto es el de nuestra entidad, que no ha tenido un mejoramiento para brindar el servicio. La “justificación” del gobierno federal es que la entidad no está inscrita en el Instituto de Salud para el Bienestar (Insabi). Pero, viéndolo de forma crítica, en primer lugar, no se justifica el pésimo servicio por no estar inscrito en el Instituto y, en segundo lugar, ¿cómo adherirse al Insabi si de por sí no está brindando un servicio de calidad?

Por ello es “común” que ahora se vean en la entidad, cada vez más, la construcción de edificios que funcionarán como consultorios médicos particulares, aquellos que el pueblo no va a poder costear. Se lucrará y beneficiarán a particulares. Queda claro que el mandatario federal marginó aún más la situación del servicio de salud y quienes más lo resienten son los pobres, aquellos que dijo serles fiel y ver por ellos.

A casi unos meses de que acabe el sexenio, lo único que nos deja claro es que Morena no es, ni será, la esperanza de México, que quienes tienen el poder para cambiar esta situación son el pueblo organizado, educado y concientizado de su situación para luchar por él y cambiar de raíz su situación que por años los han marginado. Eso se acabará cuando el pueblo tome el poder político y ese futuro cada vez se acerca, por lo que debemos prepararnos y hacer que suceda.

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