En Cintalapa, Chiapas, los habitantes pasaron el confinamiento por la pandemia de covid-19 sin ningún apoyo de asistencia social, por parte del gobierno, y tras cinco meses de la emergencia sanitaria su mayor temor es morir de hambre.
Lugareños aseguraron que no tienen empleo y tampoco ingresos económicos, condiciones que los han llevado a no tener ni siquiera la oportunidad de abastecer de alimentos sus hogares.
"Llevamos casi cinco meses de esta crisis sanitaria y ninguna autoridad hace algo por ayudar a los más necesitados", expresó Olga Gil Ocaña, vecina.
"Hay poco trabajo y menos ingresos, que nos genera miedo a morir de hambre", asentó desde su humilde vivienda.
Exhortó a las autoridades de gobierno a ser sensibles y ayudar a las miles de familias, de escasos recursos, que tuvieron que someterse a la estrategia del Gobierno federal para mitigar la pandemia, y que hoy se han quedado sin ingresos.
Como doña Olga, existen cientos de familias en la entidad que continúan sin trabajo y con escasez de alimentos en sus hogares.
"Algunos tuvimos que cerrar nuestros negocios porque casi no hay venta, la gente no tiene dinero y es preocupante seguir así, hemos perdido nuestra única fuente de trabajo.El Gobierno pidió que nos quedarnos en casa, pero no dio ninguna alternativa para sobrevivir", señaló.
Con un problema de esa dimensión, el hambre es una amenaza para las familias debido a la falta de empleos en todo el país.
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