En el XXIII Encuentro Nacional de Teatro del Movimiento Antorchista, el estado de Puebla logró grandes triunfos gracias al trabajo profesional de varios directores de teatro, de varios actores y actrices, así como de muchos jóvenes que se sumaron al trabajo artístico de nuestra organización. La competencia estuvo muy complicada, puesto que muchos estados del país llevaron al encuentro realizado en el Teatro de la Paz, del Centro histórico de San Luis Potosí, a compañías muy profesionales, que presentaron puestas en escena magistrales, de genios de la literatura universal de la talla de Bertolt Brecht, Shakespeare, Goethe, Cervantes, Lope de Vega y otros.
En lo que a Puebla se refiere, en la categoría Amateur, la compañía de las Casas del Estudiante “Hermanos Serdán” logró el 2° lugar en la mejor puesta en escena con la obra “El pescado indigesto”, del dramaturgo Manuel Galich, que fue dirigida por Berenice Herrera. De la misma obra, el joven universitario Martín Reyes González fue galardonado con el premio al mejor actor por su interpretación de “Artotrogus”.
En la categoría semiprofesional, la Compañía Estatal de Teatro de Puebla ganó el 1er lugar con la obra “Los invasores”, de Egon Wolff, bajo la dirección de Óscar Donato. Ellos empataron, como debía ser, con la obra que llevó el Estado de México titulada “Ifigenia en Táuride” de Johann Wolfgang von Goethe. Además, de la misma obra de Puebla, Aarón Pérez Almazán ganó como mejor actor por su interpretación de “La China”. En la misma categoría, la obra presentada por el Instituto de Artes Macuil Xóchitl que se llama “Mariana Pineda”, del genio español Federico García Lorca, bajo la dirección de César Zárate, logró el 2° lugar como mejor puesta en escena.
Me gustó mucho la participación de la Compañía de Teatro Molière de la Ciudad de México, que está formada por obreros, comerciantes y colonos del predio “Buena suerte” de la Ciudad de México, quienes presentaron la puesta en escena “¡Aquí no paga nadie!”, del dramaturgo Darío Fo. Ellos ensayaban en las noches, desde las 9:00 pm y hasta las 12:00 o 1:00 am; es decir, cuando llegaban del trabajo. Esa compañía de teatro obrera brilló en el escenario del Teatro de la Paz de SLP.
Quiero decir que se trató de un encuentro de teatro muy grande, con cerca de 30 puestas en escena en las dos categorías, con directores, actores, actrices, escenógrafos, maquillistas, así como iluminadores y directores de sonido, que llegaron de todo el país. Antes de abrir las puertas del teatro, afuera, en la plaza, la gente desayunaba y platicaba sonriendo con el ánimo de los que van a entrar a una fiesta de arte popular. La gente se formaba en largas filas para poder entrar al recinto. Tuve el honor y el gusto de que durante los tres días estuve sentado en un palco del Teatro de la Paz, viendo cada una de las puestas en escena de la categoría semiprofesional. Y quiero decir que, desde las 10:00 am de cada día, hasta las 9:00 pm de todos los días, siempre tuvimos un teatro lleno con estudiantes de preparatoria, con universitarios, con colonos, campesinos, obreros, comerciantes y con mucha gente de la capital de San Luis y turistas que llegaron al teatro gracias a la invitación que se hizo en las poderosas redes sociales antorchistas, en los medios de comunicación y con la propaganda (volantes y pósteres).
¡Tuvimos un teatro lleno! ¡Llenamos tres días el teatro con el olor a trabajo y sudor popular! ¡Teatro lleno de pueblo pobre y humilde! ¡Teatro lleno de trabajadores! ¡Teatro lleno de gente que quiere reír, aprender, llorar, politizarse, asimilar las ideas de los genios de la dramaturgia universal! Gracias a todos los que asistieron. Muchas gracias a quienes acudieron a este llamado de Antorcha para acercarse al arte de masas.
“El arte es para el pueblo. Debe clavar sus raíces más profundas en las grandes masas trabajadoras. Debe ser comprendido y amado por éstas. Debe unirlas y levantarlas en sus sentimientos, en sus ideas y en su voluntad. Debe sacar y educar artistas en ellas. No podemos alimentar a una minoría con bizcocho dulce y hasta refinado, mientras las masas obreras y campesinas carecen de pan negro. Y no digo esto, como se comprende, en el sentido literal de la palabra, sino también en un sentido figurado. No perdamos nunca de vista a los obreros y a los campesinos. Aprendamos a administrar y a calcular con la vista puesta en ellos, sin excluir tampoco el arte y la cultura”, dijo el líder de la revolución rusa, Lenin.
Antorcha impulsa el arte popular, el arte de masas y el XXIII Encuentro Nacional de Teatro es una muestra de ello. ¿Qué tarea nos queda? Llevar esas puestas en escena a las colonias, pueblos o escuelas, para que más gente las vea, se eduque y se politice, porque esa es la verdadera tarea del arte popular. Invítenlos. No se van a arrepentir.
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