Algarabía, entusiasmo, prisas, compras, presentaciones, bienvenidas, sonrisas, desde el jardín de niños, primaria, secundaria, preparatoria, universidad y posgrado. Ha iniciado el ciclo educativo 2024-2025 y todo México está en movimiento.
La Secretaría de Educación Pública (SEP) informa que son más de 34 millones de estudiantes los que se integraron a sus actividades (boletín SEP 113). Los jóvenes padres que llevan por primera vez al hijo al jardín de niños, fueron con gran entusiasmo a comprar lo necesario para cumplir con tan importante acontecimiento en sus vidas.
Las cifras duras nos muestran una realidad cruenta y lacerante que vive el pueblo trabajador, la mayoría en nuestro país y en el Estado.
La sonrisa y el entusiasmo desaparecieron al constatar que lo ahorrado a través de un gran esfuerzo se esfumaba y aún faltaba más de la mitad de la lista de útiles por cubrir.
En el nivel de educación básica que comprende el jardín de niños, primaria y secundaria, deben presentarse 23 millones 907 mil 339 entre niños y adolescentes. Pero ya vimos lo que sucedió a los noveles padres.
Según el censo del Inegi, el tamaño promedio de los hogares mexicanos es de cuatro a 6 personas. Además, de los 35 millones de hogares, 10 los encabezan mujeres, el 30 %, enfrentando solas la tarea.
En el nivel de educación media superior, bachillerato o preparatoria, son 5 millones 508 mil 572 estudiantes. Es aquí donde se presentaba el problema de la deserción, ahora es desde la secundaria.
De cada diez estudiantes que deben pasar de la secundaria a la preparatoria, se quedan cuatro, y de estos entran a la educación superior sólo dos (Inegi).
En el nivel de educación superior, son 5 millones 393 mil 387 quienes estudian su licenciatura en las universidades, tecnológicos y normales, públicas y privadas.
En el Estado se espera recibir 1 millón 9 mil 348 estudiantes de todos los niveles, 662 mil 351 estudiantes son del nivel básico. Los datos reflejan un desarrollo desigual del país y de cada estado.
En Tamaulipas, por su colindancia con los Estados Unidos, esto ocasiona una alta migración que provoca un alto número de mujeres a cargo de la familia y alta deserción juvenil, pues se van a trabajar al vecino país del norte.
Las cifras duras nos muestran una realidad cruenta y lacerante que vive el pueblo trabajador, la mayoría en nuestro país y en el Estado.
¡No les alcanzan sus precarios recursos para dar educación a sus hijos! Teniendo que abandonar su deseo de preparación.
Por ello, se van quedando sin recursos en la medida en que avanzan en los niveles educativos y empiezan a desertar, porque los gastos se van acrecentando. Si la familia tiene cuatro, tres o dos estudiantes, y cada uno en diferentes niveles, al pasar de un nivel a otro se incrementan los gastos, disminuyen los apoyos y con la edad van apareciendo otros distractores.
Es curioso cómo se ha ido desarrollando la entrega de paquetes de apoyos: primero eran los cuadernos, lápices, lapiceros, pinturas, juego de geometría. Después incluyó playera, enseguida faldas, blusas, camisas, pantalones, pants, zapatos, etcétera.
Hoy se ofrecen becas, aunque antes se retiraron las estancias infantiles y las escuelas de tiempo completo, que estudios serios, científicos han demostrado que estaban incidiendo en el aprovechamiento escolar y en evitar la deserción.
El recurso que se quitó a programas de fortalecimiento de la educación básica y a escuela de tiempo completo, se usó para las becas de bachillerato, haciendo a un lado lo logrado.
Por igual, se desconoció a la autoridad familiar, entregando las becas directamente a los estudiantes. Hay estudios de que estas no han incidido en bajar la deserción; más bien, esta se ha mantenido o incluso aumentado.
Por todo ello, es importante atender la petición de los estudiantes universitarios organizados en la Federación Nacional de Estudiantes Revolucionarios Rafael Ramírez (FNERRR) que, basados en las garantías constitucionales, han hecho la solicitud a la autoridad universitaria de que se les condone la colegiatura (como cada año), pues de otra manera no tendrían los recursos para continuar con su preparación e irán a engrosar las filas de la deserción.
Por este medio, nos solidarizamos con la petición de los jóvenes estudiantes, los felicitamos por su gran esfuerzo para llegar al nivel superior, y por su disposición a luchar para seguir con su preparación, lo que les permitirá conocer más a profundidad los problemas que enfrenta el pueblo trabajador para poder dar educación a sus hijos. Si no claudican e insisten a las autoridades, se estarán formando como profesionistas comprometidos con su pueblo.
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