* "No es tanto que nos estemos muriendo por la pandemia, sino que lo que nos está matando es el hambre", dijo Rosa, quien ya tiene ("tenemos", dice, incluyendo a muchas mujeres y hombres de su comunidad) dos meses sin trabajar, sin percibir ningún ingreso.
Chihuahua, Chih. Rosa González tiene muy en claro que es el Gobierno el que debe intervenir para evitar que la gente se muera de hambre en crisis por la pandemia de covid-19.En la comunidad rarámuri de las colonias del sur y sur-poniente de la capital, lo que priva ahora es la angustia por la falta de empleo y la falta de alimentos para las familias.
El día es caluroso y se antoja salir, porque después de los meses de frío intenso, el clima que prevalece en mayo invita a pasear, y a venir a la sombra de los fresnos y truenos de la Plaza Hidalgo.Esta mukira rarámuri participó en un mitin frente al Palacio de Gobierno de Chihuahua, para exigir la dotación de alimentos a los más necesitados.
¿Por qué? Con tapabocas, con su sana distancia, con todas las precauciones para no contagiarse ni contagiar a nadie, los antorchistas, pocos también en respeto a la norma de no causar aglomeraciones, se manifiestan.¿Acaso no les está llegando el multimillonario apoyo que presumen los gobiernos estatal y federal? "Pues ya tenemos dos meses sin trabajar, y no es tanto que nos estemos muriendo por la pandemia, sino que lo que nos está matando es el hambre", sentenció Rosita González.
Es claro que en los días de horror que transcurren, nadie sale a calle por el puro placer de salir.Ella, otras doce mujeres de su misma etnia y de su mismo rumbo de la ciudad, vinieron a portar pancartas frente a Palacio, por una pura y urgente necesidad."Tenemos dos meses sin trabajar", dijo Rosa.Y el "tenemos", ella incluye a muchas mujeres y hombres de su comunidad, quienes al igual que ella, llevan también dos meses sin trabajar, unos más, unos menos, sin percibir ningún ingreso.
Al cabo de un tiempo prudente de espera, los manifestantes deciden retirarse, no sin antes haber entrado al edificio a entregar, en la Dirección de Atención Ciudadana, el oficio correspondiente a su solicitud para que el gobierno del estado dote de despensas a las familias más desprotegidas de la entidad.
"Pues a ver si se nos resuelve algo, ahorita nosotros sí necesitamos ese apoyo, como nosotros lo apoyamos a él" (se refiere al gobernador Javier Corral Jurado)."Somos muchísimas familias que estamos sufriendo el hambre, y necesitamos esas despensas".Con su tapabocas hecho con la tela que usan las mujeres de su etnia para los vestidos, flores multicolores en fondo rosa mexicano, Rosa lanza la advertencia: "Y en caso de que no nos resuelvan nada, vamos a volver a salir a manifestarnos".
Los gobernantes de esta tierra, y el lejanísimo (no en lejanía geográfica, sino en sensibilidad) presidente de la república, deberían tomar muy en serio esta recomendación, la advertencia de Rosa Morales, portavoz de sus coterráneos, tanto rarámuris como mestizos, porque a ella le tocó hoy el honor y la responsabilidad de representarlos en esta lucha por la sobrevivencia.
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