En las últimas semanas el país ha sido testigo de eventos que han marcado el gobierno de Andrés Manuel López Obrador y de su partido, el Movimiento Regeneración Nacional (Morena). Marcas que no han sido nada buenas.
Empecemos con el pasado 10 de abril cuando se realizó la votación para la revocación de mandato del presidente, y que a pesar de una campaña con propaganda a mas no poder, desde el 4 de febrero con fotografías y el nombre de López Obrador por todo el país, no ganó, aunque él diga que sí.
El día de la elección hubo una movilización masiva por parte de los coordinadores de Morena; al final del día el Instituto Nacional Electoral (INE) informó que de la lista nominal participaron entre un 17.0 por ciento y un 18,2 por ciento, lo que equivale entre 15.7 y 16.8 millones de electores, pero se requería que votará el 40 por ciento de la lista nominal para qua la consulta fuera vinculatoria.
De estas personas que votaron, el 90.3 y el 91.9 por ciento fue a favor de López Obrador, pero equivalen al 6.4 y 7.8 por ciento, con estos números es evidente que, a pesar de su movilización y de la gran cantidad de propaganda durante 2 meses, fue un rotundo fracaso.
Tras conocer los resultados, como es su costumbre, López Obrador acusó un boicot por parte del Instituto Nacional Electoral (INE).
El pasado 17 de abril, en la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión, se llevó la votación para aprobar la reforma energética; sin embargo, a pesar de que la fracción parlamentaria de Morena tenía mayoría de votos, con ayuda de sus aliados, los morenistas no pudieron conseguir la mayoría aprobatoria que es de 2 terceras partes de los diputados que debían votar a favor. La diferencia fue de 52 votos, con eso quedó a la vista que la oposición de la Cuarta Transformación, unida, tiene fuerza en la Cámara Alta.
Con estos sucesos se nota la debilidad que tiene el gobierno de López Obrador y que en las elecciones de 2024 puede notarse más y posiblemente pierdan el poder en varios lugares del país, ante esto la oposición no debe bajar la guardia, ya lo mencioné en mi escrito anterior, los partidos deben de poner al pueblo a gobernar, los nuevos gobernantes deben ser del pueblo y que le sirvan al pueblo.
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