MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

Se acerca la XXI Espartaqueada Cultural Nacional

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El antorchismo mexiquense se prepara para hacer una participación decorosa. Después de cinco largos años de suspensión del evento cultural no gubernamental más importante del país (suspensión debida a razones ajenas a nuestra voluntad), el próximo mes de abril se llevará a cabo la edición XXI de la Espartaqueada Cultural que el Movimiento Antorchista Nacional viene promoviendo desde hace 50 años.

En abril, en la cuna del antorchismo, en Tecomatlán, Puebla, inauguraremos el nuevo teatro con capacidad para 2 mil 400 personas, llamado a ser la sede nacional de la cultura antorchista.

Se trata de que el pueblo de todas las edades, desde niños muy pequeños hasta adultos mayores, canten, bailen, actúen, pinten y cultiven la palabra a través de la declamación y la oratoria. Dicho así, parece algo muy simple, muy fácil, muy sencillo, pero no lo es; por el contrario, es algo grandioso, glorioso y muy digno de reconocer y enaltecer.

Con todo el respeto que se merecen las organizaciones de carácter popular que existen en México, me atrevo a asegurar que ninguna realiza el trabajo cultural que lleva a cabo el Movimiento Antorchista Nacional. 

Reconozco, sí, que hay organizaciones que cultivan la música folclórica y el canto de contenido social (mal llamado canción de protesta) o los bailes y danzas tradicionales. Pero, en cambio, se olvidan de la poesía y de la oratoria y, más aún, del teatro.

Y qué decir de los gobiernos de los estados y del gobierno de la república, con sus secretarías de Educación y Cultura. Ellos, que tienen la obligación legal y moral de promoverla, tampoco lo hacen, o lo hacen de una manera nada integral, sino parcial y esporádica. 

Las autoridades sólo organizan ciertos festivales de lo que sea para promover el turismo y apoyar a los hoteleros y restauranteros, con el propósito de hacer dinero y no teniendo como eje central el rescate y la difusión de la cultura mexicana y latinoamericana, por citar sólo esta parte del mundo, casi toda ella de lengua castellana.

En cambio, el Movimiento Antorchista Nacional, desde su fundación, se propuso el rescate y la difusión de nuestra vasta cultura y tradiciones, representadas en las danzas, los bailes, la poesía, la novela, el cuento, la palabra, el vestido, la gastronomía, etcétera.

Por lo anterior, cada dos años organiza un evento cultural a nivel mundial llamado Espartaqueadas, en honor al legendario Espartaco, que en el siglo I a. de C. luchó y murió por liberar de la esclavitud a todo el mundo antiguo, sometido por el imperio romano.

Debido a la pandemia de covid-19 y otras causas ajenas a nuestra voluntad, la justa cultural más reciente se realizó en febrero de 2019. Hoy, tras casi seis años, la volvemos a llevar a cabo. 

Todos los antorchistas estamos muy contentos de poder hacerlo, por eso nos vamos a reunir del 5 al 13 de abril en la cuna del antorchismo, en Tecomatlán, Puebla, donde inauguraremos el nuevo teatro con capacidad para 2 mil 400 personas, llamado a ser la sede nacional de la cultura antorchista.

Los antorchistas del Estado de México nos estamos preparando para hacer una participación a la altura de la calidad que presentan todos los estados del país en este importantísimo evento y, de esa manera, hacer nuestro humilde aporte a este noble propósito que se propuso el antorchismo desde su fundación.

En las escuelas fundadas por nuestra organización, niños muy pequeños, de apenas seis años de edad, hasta universitarios se preparan en los ámbitos culturales antes mencionados y lo hacen con mucho entusiasmo y responsabilidad, sabedores de que enfrentarán una reñida competencia fraterna, camaraderil, pero al fin competencia, con el resto de los antorchistas del país. Este mismo esfuerzo se lleva a cabo en ranchos, ejidos, pueblos y colonias populares, con el mismo fin.

En municipios como Ixtapaluca, Chalco, Valle de Chalco, toda la región de los Volcanes, Chicoloapan, Los Reyes La Paz, Texcoco, Chimalhuacán, Ciudad Nezahualcóyotl, Ecatepec, Tecámac, Villa Nicolás Romero, Atizapán de Zaragoza, Villa del Carbón, Cuautitlán y la región del Valle de Toluca, se llevan a cabo muchos ensayos, muchas repeticiones para que todo salga bien.

Son muchas horas de estudio y de práctica, son muchos maestros los que ponen su empeño en que todos aprendan lo que se les enseña, y también es un gran esfuerzo económico: para confeccionar todos los trajes regionales de las muchas y variadas regiones del país, para uniformar a las rondallas y a los coros, recursos para el transporte y la compra de instrumentos musicales. En fin, es una tarea titánica la que hacen todos los antorchistas del país y, por ende, los mexiquenses también.

¡Enhorabuena y felicidades a todos los participantes!

¡Nos vemos en la XXI Espartaqueada Cultural Nacional!

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