Desde su arribo a la Presidencia de la República, el gobierno de López Obrador abanderó una postura de "austeridad" para el gobierno.Esta postura, lejos de flexibilizarse, continuó en el contexto de la pandemia.Ante el confinamiento de la población, el gobierno optó por resolver la imposibilidad de tomar clases presenciales con los programas televisivos Aprende en casa 1 y, al momento de iniciar el ciclo escolar 2020-2021, con el Aprende en casa 2.Este programa abarcó los niveles básicos, medio superior y superior.Los medios de comunicación han denunciado que alumnos, docentes y padres de familia no están de acuerdo con este sistema implementado por la Secretaría de Educación Pública porque no se cuenta con la infraestructura requerida para su ejecución. Además, el costo que representa para las familias es elevado; el promedio de recargas de saldo, impresiones y servicio de Internet asciende a $70 pesos diarios, mismos que no se cubren con las becas de Bienestar.Por otro lado, millones de niños, al no contar con un sistema de comunicaciones accesible, quedan excluidos de la educación a distancia.Todos estos elementos presionan a las familias a optar por la deserción escolar.En los hechos, la educación pública ha dejado de serlo.
El pasado 8 de septiembre se dio a conocer el Proyecto de Presupuesto de Egresos de la Federación 2021.Dicho documento hace algunos ajustes en todos los sectores y principalmente en el Ramo 11 que se refiere a Educación Pública. El año anterior se recortó el presupuesto al nivel básico: 0.1% a la Construcción de Espacios Públicos, y 50% a Ciencia, Tecnología, Deporte y Cultura.Para este año, el documento detalla que el 33% destinado a las Estrategias para Educación y su Efectividad irá a Gobernanza y Administración, el 24% a Becas, el 5% a Materiales e Infraestructura, el 2% a Cultura y Deporte, el 1% a Primera Infancia y otro 1% al Desarrollo de Habilidades.Por otra parte, el Presupuesto para el Programa de Desarrollo Profesional Docente sufrirá un recorte del 49%.Además, se desaparecen programas como el de Escuelas De Tiempo Completo, que beneficiaba alrededor de 27,063 centros educativos, en los que se atendían a 3.6 millones de niños y niñas.Esto último trae consigo un daño colateral, pues además de las consecuencias en la educación y alimentación de los niños, trabajadores y maestros quedarán sin empleo.
Con el redoble de la austeridad el panorama es más sombrío.Ante la caída histórica de la economía, de 17.3% en términos reales entre abril y junio, los recortes parecieran ser la solución.Sin embargo, esta estrategia sólo ha conducido a un descontrol del número de contagios, un aumento de las muertes por covid-19 (76,603 hasta la fecha) y un año de retrocesos en materia educativa.La Educación Superior y Medio Superior no quedan excluidas de esta lista de efectos negativos.Los recortes a estos niveles iniciaron con el decreto presidencial, expedido el 3 de abril del corriente, de la extinción de fideicomisos como el de la educación media superior.De estos recursos dependen programas como Prepa Abierta, o los Centros de Atención para Estudiantes con Discapacidad, el de Educación Media Superior a Distancia, y Mi Entorno Virtual.Cancelados los fideicomisos, los trabajadores de estos programas no tienen manera de cobrar sus salarios y las escuelas de nivel superior ya están siendo afectadas en su estructura interna; once universidades han sido objeto de congelamiento de plazas, despidos de trabajadores académicos y administrativos, y ya no tendrán partida presupuestaria.Esta situación deja a la deriva a más de 60 mil trabajadores universitarios.
A nivel superior el rezago educativo y la deserción, según datos del Inegi, será del 8% a nivel nacional. Las consecuencias serán catastróficas, pues las carencias de infraestructura educativa en los hogares no abonan en positivo para recibir una formación profesional de calidad.Tomemos como referencia a la máxima casa de estudios, la UNAM, institución emblemática de la educación popular.La encuesta de movilidad reporta que el 43% de sus alumnos no cuenta con Internet ni computadora, lo cual nos da un panorama global para imaginarnos cómo está la situación a nivel superior.
El manejo del presupuesto refleja las prioridades del presidente.El uso clientelar de los programas de transferencias monetarias opaca en relevancia a la atención inmediata de los problemas más graves y urgentes.Proteger la salud de los mexicanos, el empleo, su ingreso y la educación de sus hijos.Dirigir recursos en suficiencia al control de la pandemia es la mejor estrategia para apresurar el regreso a clases.La estrategia del gobierno es una estrategia de exclusión a un derecho constitucional.Las falsas soluciones consumen tiempo y recursos irrecuperables.Las consecuencias son de largo alcance: una preparación educativa deficiente, menores oportunidades laborales, aumento de la pobreza y la desigualdad, y un México menos productivo en el futuro.
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