MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

¿Por qué dejamos que la responsabilidad del hogar solo recaiga en las mamás?

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En el marco de los festejos del Día de la Madre, la organización Antorcha, comprende la importante labor&8203; de las madres mexicanas, y sobre todo la labor de las madres humildes de México.

Mismas que todos los días sin excepción, se levantan antes de que salga el sol a preparar lo que haya de desayunar, para que en cuanto su esposo e hijos estén listos para escuela y trabajo no salgan de su casa con el estómago vacío. Mujeres que se han alejado de sus intereses personales, sueños y hobbies para convertirse en madres, madres que sacrifican horas de sueño y no se permiten horas de descanso pues están comprometidas con su labor en el hogar, con atender a su familia antes que a ellas mismas.

Un día promedio de la mayoría de las madres de clase trabajadora en México, comienza cuando la alarma del despertador suena, las seis de la mañana y otro día más empieza; apenas entra la luz del amanecer por las ventanas cuando ellas ya están levantándose en silencio porque a su familia aún le queda un poquito más de tiempo para seguir durmiendo; mientras, comienzan la jornada del día preparando lunch y desayuno.

Cuando los hijos y esposo se levantan, la casa ya huele a café o a lo que se haya preparado para desayunar, ya serían casi las 7:30 de la mañana y aún deben bañarse y arreglarse para irse a trabajar, ¿a ellas quién les sirve el desayuno? Nadie.

Y así pasadas las 8 de la mañana la jornada laboral comienza. Muchas mujeres trabajan como obreras, empleadas de tiendas o como comerciantes, cualquiera que sea su labor pasan más de las 8 horas promedio trabajando; algunas puede que les vaya bien en el trabajo, pero otras tantas también soportan problemas con sus compañeros, estrés y demás, malos tratos por parte de sus jefes, tratos que se aguantan con todo y el orgullo, por la necesidad de llevar dinero a la casa si son madres solteras y si tienen esposo, completar el sueldo junto con el de él.

Luego de un día entero lidiando en su entorno de trabajo, cansadas, usan transporte público –por cierto un servicio pésimo- para llegar a sus hogares, donde les espera luego de las 7 de la noche su segunda jornada de trabajo; porque muchas veces los hijos no ayudan en los quehaceres de la casa y mucho menos los esposos; es hora de llegar y revisar que sus hijos estén haciendo la tarea, cuidar que sus hijos no estén en malos pasos, que no estén fuera de la casa con malas amistades etc..

Una pila de trastes sucios están esperando, ropa para lavar o para planchar y guardar, quehaceres de la casa que llegando de trabajar deben cumplir como su labor de amas de casa, siendo que la casa es de todos los miembros de la familia, ¿Por qué solo la mamá debe cumplir con tenerla limpia?

Finalmente viene la hora de la cena, ya serían más de las 9 de la noche, 15 horas sin parar y sin un mínimo descanso. La cena está lista y los miembros de la familia se sientan a cenar para después irse a dormir mientras ellas se quedan a lavar los trastes o a preparar la comida para el día siguiente. Pasadas de las 11 de la noche finalmente se preparan a dormir. ¿En qué momento las atienden a ellas, o en que momento les sirven una taza de café? Nunca.

Así mismo, se esfuerzan día con día para formar hombres y mujeres de bien, con valores, educación, responsables, el tipo de personas que México necesita para salir adelante; a pesar del cansancio de todos los días y la preocupación porque el dinero no alcanza las madres mexicanas luchan por sacar adelante a sus hijos, darles todo lo que necesitan, así tengan que doblar turnos de trabajo – a cambio de sueldos excesivamente bajos- para poder ofrecerles una educación, con la esperanza de que puedan tener un mejor futuro.

"Yo lo que quiero es que mis hijos, una de 8 años, uno de 6 y otro de 4 años, reciban la educación que yo no tuve, para que puedan vivir bien cuando crezcan, por eso trabajo todos los días para que pueda darles dinero para que puedan ir a la escuela y pagar su educación", comenta Marisela López, ama de casa de Atlacomulco.

Las miles de madres mexicanas que trabajan son explotadas de dos maneras, una en su trabajo y la segunda al realizar las faenas del hogar; para el capitalismo todo es ganancia y mientras continúe tal explotación, un solo día de reconocimiento no es suficiente; Para Antorcha a la madre mexicana hay que reconocerla todos los días, hay que reconocerla con fuentes de empleo bien remunerados, hay que reconocerla con menor pago de impuestos y hay que reconocerla con infraestructura social, educativa, de salud y de recreación en sus comunidades.

Si lo anterior se logra, cambiará la vida de las madres de familia, cambiará la vida de la sociedad.

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