El presidente de la República ganó con 30 millones de votos de mexicanos en el 2018, con un discurso populista y atacando a los gobiernos anteriores de ser parte de la mafia del poder, que por más de 70 años se habían perpetuado en el poder y con un diagnóstico, según López Obrador, de que el principal problema es la corrupción; a dos años de su contundente triunfo que celebró con bombo y platillo, no podemos decir lo mismo, pues la realidad se ha impuesto, y los resultados que se habían plateado dejan mucho que desear.
En uno de sus discursos de campaña dijo que la salud en México iba a ser en tres años, una vez que llegara al poder, como la de los países nórdicos, es decir como Dinamarca, Finlandia, Suecia o Noruega.La principal característica de estos países es que invierten un porcentaje importante del PIB para este sector.Por ejemplo, Suecia invierte 11.9 por ciento en salud, Noruega un 9.7 por ciento y Finlandia destina una cifra similar; mientras que México invierte un 6.3 por ciento, recursos que resultan insuficientes, de acuerdo con estadísticas de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Como podemos ver, el problema es que México necesita una mayor inversión en el sector de la salud, hay regiones como las zonas indígenas purhépecha de Michoacán, comunidades con una población de más de 10 mil habitantes como Pichátaro, Comachuén, Sevina, solo por mencionar algunas, que están sin hospitales, sin médicos y sin medicinas, y en estos días de pandemia, están olvidados sin prueba alguna del coronavirus, sin una información oportuna para tomar todas las medidas; a cinco meses de que se ha venido planteando que se ataque este y otros problemas elementales como la alimentación, el gobierno de Andrés Manuel López Obrador no da una solución ni señales de querer resolver los problemas de las comunidades indígenas.
Llevamos en el país más de 55 mil muertos, y en una mañanera dijo López-Gatell que si llegamos a los 60 mil muertos sería desastroso para el país.Estamos a unos días de llegar a ese número, por lo que podemos decir que la política de López Obrador, en materia de salud es un desastre; pero este no es el único sector afectado, lo mismo sucede con la educación y materia económica ni se diga, pues es lo que más reciente la gente en su bolsillo; la inseguridad está al orden del día, el campo sigue abandonado, y lo único que ha seguido haciendo el presidente es buscar y generar distractores, con el fin de llamar la atención y no ver lo esencial del país, quiere mantenerse en el poder pero las estadísticas dicen que va en picada su imagen, que es lo que más le importa.
La solución está en nuestras manos, si realmente queremos cambiar a México, para que sea un país próspero en todos los aspectos, se requiere, en primer lugar, que los que dirigen este país sean gentes muy conscientes de la problemática mexicana, de las necesidades de las mayorías, de entender el momento histórico en el que estamos viviendo, y con un compromiso a toda prueba en favor de los trabajadores del país que son los que producen la riqueza. Este trabajo de educación política lo viene haciendo el Movimiento Antorchista desde hace 46 años con más de 2.5 millones de afiliados, y nos preparamos todos los días con el fin de que un día no muy lejano, el pueblo trabajador pueda gobernar a México para darle al pueblo lo que realmente se merece.
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