“Leyendo poesía y oyendo declamar a los grandes declamadores, el pueblo mexicano, el pueblo pobre, puede llegar a romper la cárcel de su esclavitud”.
Aquiles Córdova Morán
En estos tiempos en que nuestro mundo se encuentra sumergido en una profunda crisis, no sólo económico-social sino también humanista, de exterminio, violencia y una brutal indiferencia, donde “es el egoísmo torpe maestro a quien rendimos culto de varios modos: si rezamos, pedimos sólo el pan nuestro. ¡Nunca al cielo pedimos pan para todos!”, según el poeta español Blanco Belmonte, recordar el papel de la poesía como un “arma cargada de futuro” —aseveró a su vez Gabriel Celaya— es de vital importancia.
Sin embargo, la poesía es considerada materia para exquisitos o "algo muy aburrido que no entiendo", y no porque el pueblo así lo quiera, sino porque a los gobernantes del mundo así les conviene.
Las autoridades no sólo no incentivan la poesía, sino que hacen todo lo posible por alejarnos de las creaciones artísticas que realmente valen la pena. En lugar de acercarnos a un arte que nos haga reflexionar, promueven eventos de muy baja calidad que buscan embrutecer a la sociedad para que olvide su realidad diaria, y menos que se pregunte su origen y descubra cómo cambiarla.
Ante esta situación, desde hace 50 años, el Movimiento Antorchista Nacional (MAN) se ha propuesto promover arte y poesía en particular, que siembre en la sociedad un espíritu solidario, de lucha y superación, es decir, que la saque de la esclavitud material, espiritual e intelectual en que nos tienen encadenados.
La poesía es considerada materia para exquisitos o algo muy aburrido, pero no porque el pueblo así lo quiera, sino porque a los gobernantes del mundo así les conviene.
Estamos convencidos de que esta crisis de inseguridad y violencia sólo muestra más crudamente el verdadero rostro de desigualdad económico-social que genera el sistema capitalista en decadencia, que mantiene a unas cuantas familias con una grotesca fortuna a costa de la inmensa mayoría de los seres humanos que carecen de lo estricto.
Antorcha todos los días ataca las causas de esta situación, promoviendo arte y poesía que reconstruya el tejido social, y en ese sentido, la II Jornada Nacional de Declamación, que se llevó a cabo el sábado 28 de septiembre, es una muestra más de que vamos avanzando.
Cada vez son más mujeres y hombres, jóvenes, estudiantes, obreros, campesinos y niños, desplegando su talento artístico, que le dieron voz a aquellos grandes poetas que nos gritan en silencio, señalando el sendero por el que debe marchar la humanidad, para construir un mundo más justo para todos sus hijos.
Los antorchistas sinaloenses celebramos la jornada poética en el auditorio del Jardín Botánico, como una manera de exigir paz y seguridad en Sinaloa, pues sólo unidos y organizados podremos ir reconstruyendo nuestro estado tan golpeado; inculcando en nuestros hijos y familia una cultura que coseche una paz definitiva.
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