Rosario Itzel López Aguilar
Desde antes de la pandemia, ya cualquier persona adulta era consciente de la mala situación socioeconómica en la que se encontraba el país: olas de violencia, malas condiciones en el sector salud y la grave desigualdad social.Pero a pesar de todo esto, los mexicanos se mostraban optimistas poniendo lo mejor de su parte para poder realizar sus actividades y así sostener a su familia.Pero a partir de la pandemia, la crisis aumentó y se comenzó a tomar medidas para evitar contagios, como "la sana distancia", y el resguardo de las personas en sus hogares; al día de hoy, se supone que nos encontramos en alerta naranja (por lo menos en la mayoría de los estados de la república), sin embargo, se empieza a relajar la exigencia del confinamiento.Y los contagios no sólo siguen a la alza, sino que se incrementan con la política de relajamiento.
Pero hay que tomar en cuenta estos puntos:
Durante la pandemia se detiene gran parte de la producción, pues como medida para evitar contagios durante la labor se debe evitar tener contacto con los demás, así como se da en las relaciones de trabajo; esto provocó el descanso de muy pocos trabajadores con goce de sueldo del 50 por ciento, y, el despido de miles sin ninguna liquidación.En lo que respecta al empleo informal, los comerciantes, que representan aproximadamente el 60 por ciento de la Población Económicamente Activa (PEA) se encontraron de la misma forma obligados a cerrar sus negocios, arriesgándose a pasar hambre, o, saliendo a trabajar con el riesgo de contraer covid-19 y contagiar a su familia.
Al inicio, aún anticipado, el gobierno con su rezago en el sector salud demostraba su poca capacidad para contener la pandemia y aun así no tomó medidas para prevenir a la población de lo peligroso del contacto social, lo que provocó una ola mayor de contagios, al punto que se saturaron hospitales públicos y privados, agravando la ya preexistente condición de escasez.
Después de todo esto es necesario preguntar: ¿ya se tomaron las medidas correctas para evitar más inestabilidad a futuro?
A partir de la crisis económica derivada de la pandemia, las empresas se han visto afectadas, se ha complicado incorporarse a las actividades después del 1º de junio, y a la fecha han cerrado 9,984 empresas formales en México, de acuerdo con los datos que reporta el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS).En promedio, 163 compañías desaparecieron cada día entre abril y mayo, y con ello el despido irreconciliable de todos sus trabajadores.Del 100 por ciento de las empresas mexicanas después de la crisis, solo el 7.8% han recibido apoyos para solventar la situación, reveló este jueves el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), lo que deja al 92.2 por ciento sin ningún tipo de respaldo por parte del gobierno.
Se crea incertidumbre sobre la magnitud del impacto en la mayoría de las economías del mundo, situación que parecen ignorar los funcionarios representantes del Estado mexicano, pues según datos del Fondo Monetario Internacional, "México sufrirá como ninguna otra (nación) en toda Latinoamérica (exceptuando a Venezuela) la crisis económica, previendo una caída del 10.5% del Producto Interno Bruto (PIB), esto como resultado de la dependencia que tiene el país hacia EE.UU.".
Por otro lado, la Secretaría de Salud informó el pasado sábado 18 de julio en la "conferencia de prensa diaria", que: los casos positivos de covid-19 confirmados en México llegaron a la cifra de 338,913, lo que representa un aumento de 7,615, un nuevo récord de infectados en el país en esa última semana.
A la pandemia del SARS-CoV-2 no se le ve pronto un final.Es necesario que nuestras autoridades comiencen a responder adecuadamente en el sector salud, o todo seguirá empeorando como hasta ahora ha ocurrido; para realizarlo es necesario reactivar la economía con políticas y acciones orientadas a defender los intereses de las mayorías, de manera que se salvaguarde su salud y su integridad monetaria; sin embargo, sabemos de sobra por sus actos y no por afirmación visceral, que este gobierno no representa esos intereses a pesar de así asegurarlo.
Es momento de tomar cartas en el asunto, de tomar medidas para crear mejores condiciones de vida para todos.El llamado está hecho y está en nuestras manos, las manos de todos los mexicanos, cambiar la realidad lacerante de nuestro país con una fuerza que de verdad se ocupe de velar por su bienestar.
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