En la mayoría de las intervenciones de los funcionarios públicos, reconocen que la actividad artística y deportiva, puede ser un buen elemento para sacar a los jóvenes de las adicciones o para evitar que caigan en ellas, además, de que dichas actividades vuelve a los jóvenes más inteligentes, más sanos, más integrales.
En la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos también está establecido el derecho a la práctica y al disfrute de las actividades artísticas, sin embargo en la realidad ordinaria de millones de mexicanos, lo anterior ha quedado en letra muerta.
La mayoría de los hijos de los campesinos, obreros y amas de casa no tienen oportunidad de practicar las artes, es más, a un buen porcentaje de la población le han hecho creer que todo eso representa pérdida de tiempo y que lo mejor es no hacerlo.
Lo anterior está íntimamente relacionado con el verdadero papel de los gobiernos en la sociedad actual, por ejemplo en el sector educativo, pues a pesar de que dicen que gobiernan “para todos”, lo cierto es que solo lo hacen para una minoría, por lo que las políticas que implementan tienen como objetivo mantener el statu quo: que los poderosos se sigan enriqueciendo, que disfruten y practiquen las artes; mientras que los hijos de las clases trabajadoras se instruyan para que más adelante sirvan como mano de obra.
Visto así las cosas, hace sentido que año con año haya recortes a cultura por parte de la Federación y que algunos estados y ayuntamientos, se nieguen a apoyar a jóvenes artistas para seguir preparándose o para asistir a eventos que claramente mejorarían su desempeño. En la última discusión del PEF 2025, asociaciones civiles de artistas señalaron que “el monto que se pretendía asignar (y se asignó) al Ramo 48 Cultura es el más bajo desde 2016, lo que pone en riesgo la capacidad del Estado para garantizar el acceso de todas las personas al “derecho esencial” de la cultura” (El Economista).
En las escuelas, colonias y comunidades lo poco que se hace de actividad artística es por aportación de padres de familia, de maestros y de organizaciones sociales, como en el caso del Movimiento Antorchista, que desde hace 50 años ha venido impulsando la danza, el baile folclórico, la declamación, la oratoria entre los niños, jóvenes y adultos. También es cierto que que de vez en cuando en algunos municipios ha habido funcionarios conscientes de su responsabilidad y apoyan a los artistas.
Existen secretarías de cultura o direcciones de cultura, pero están de adorno, pues no promueven las actividades artísticas, realizan dos o tres eventos para simular, pero cuando la población les ha solicitado apoyo, la respuesta siempre es la misma “no hay recursos”. ¿Entonces para qué están? Nadie lo sabe, pero esa es la realidad.
Como ya se comentó líneas atrás, el Movimiento Antorchista desde hace muchos años viene promoviendo la práctica y el disfrute de las actividades artísticas entres los hijos de las clases trabajadoras del país, pues tenemos claro que dichas actividades no son superfluas para la población, sino requerimientos indispensables para una mejor formación.
Es evidente que la burguesía y sus gobiernos no las van a promover porque no quieren que el pueblo salga adelante, preferirán seguir pagando granjas de bots, como en el caso del ayuntamiento de Xalapa, para desvirtuar la lucha de los jóvenes artistas, que desde hace meses han estado solicitándole al presidente que los apoye para que puedan asistir a las Espartaqueadas Culturales 2025.
¿Qué piden los jóvenes y sus papás?
Solo autobuses, lo demás ellos ya lo cooperaron o lo colectaron. Los vestuarios, la alimentación, los botines se ha estado adquiriendo con el apoyo de los artistas, de sus papás y de miles de antorchistas y xalapeños que amablemente les han cooperado.
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