MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

Más personas sin poder adquirir la canasta básica en Jalisco

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No es ocioso remarcar que la falta de alimentos suficientes y de calidad, es una de las manifestaciones de la pobreza, como lo es la indigencia, la mortalidad por causas prevenibles, el analfabetismo o el hacinamiento. De acuerdo con la Comisión Económica para América Latina (CEPAL), en 2020, la inseguridad alimentaria, ya sea grave o moderada, alcanzó el 40% de la población latinoamericana. 249 millones de personas no tuvieron acceso regular y suficiente a alimentos. Mientras que por un lado cada año se tiran al basurero millones de toneladas de alimentos equivalentes a miles de millones de dólares, según reportes de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).

La CEPAL informa, en 2020 de cada 100 habitantes de América latina y el Caribe, 34 se encontraban en pobreza, es decir, sus ingresos, en su gran mayoría provenientes del salario, no cubrían la canasta básica. De esos 34 habitantes, 13 se encontraban en pobreza extrema, es decir, no solo no podían cubrir la canasta básica, sino que ni siquiera les alcanzó para la canasta alimentaria. Estamos hablando de 209 millones de personas pobres en 2020, 22 millones más que el 2019, y 78 millones en situación de pobreza extrema, 8 millones más que en 2019.

Para el caso de nuestro país, el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL), documentó que entre el segundo y el tercer trimestre del 2021 se redujeron los ingresos laborales reales del 60% de la población más pobre del país, y creció a 40.7% la proporción de personas cuyo ingreso laboral no alcanza para comprar una canasta básica. Durante los primeros meses de la emergencia sanitaria, el ingreso laboral real se derrumbó de manera vertiginosa, a 2 mil 460 pesos en el tercer trimestre de 2020; desde esa fecha, el ingreso se ha recuperado hasta alcanzar 2 mil 769 pesos actualmente, pero aún no recupera su nivel anterior a la pandemia.

El organismo registra, en el tercer trimestre del presente año, se observó un repunte de la tasa de personas cuyo ingreso laboral es inferior a la línea mínima de bienestar, en el periodo, el 40.7% de la población no tenía un ingreso suficiente para comprar la canasta básica. En contraste, el 20% de los ingresos más altos de México no solo recuperó su ingreso, sino recibió un poco más que antes de la crisis.

En Jalisco, 3 de cada 10 ciudadanos no tienen un salario que cubra la canasta básica alimentaria. De acuerdo con cifras del CONEVAL, en el tercer trimestre del 2021, la población jalisciense que no puede adquirir la canasta básica para la alimentación con su ingreso laboral fue del 27%, tan solo con respecto al segundo trimestre de 2021 representa un incremento de 2.4 puntos porcentuales, cuando fue el 24.6%. Estos datos son preocupantes, si tomamos en cuenta que el estado tiene más de 8 millones 348 mil habitantes, pues implica que del segundo al tercer trimestre otras 200 mil personas más no tienen acceso regular y suficiente a alimentos.

Ahora, hay más personas sin poder adquirir la canasta básica y seguro cada vez habrá más. Investigadores del Centro Universitario de Ciencias Económico Administrativas (CUCEA) de la Universidad de Guadalajara, concluyeron que se requiere, como mínimo, un ingreso de 21 mil pesos por familia para adquirir la canasta básica mensual y pagar servicios básicos. Pero en Jalisco, un alto porcentaje de trabajadores ganan menos de un salario mínimo, su ingreso real esta por debajo de 5 mil pesos, de tal manera que necesitarían 2.7 salarios mínimos para cubrir la totalidad de la canasta básica, sin incluir servicios indispensables para el hogar como luz, agua, gas, teléfono, renta, gasolina y transporte público, para ello se necesita un total de 21 mil pesos, excluyendo servicio médico y medicinas.

La solución no es fácil y no podemos dejarnos envolver por diagnósticos superficiales. El incremento de los precios de la canasta básica no se debe solamente a la sequía y el alza en las materias primas o la pandemia como algunos nos tratan de hacer creer. Estos factores solo dejan ver con toda su crudeza la causa principal y determinante de la pobreza en México y en el mundo es la desigualdad. De tal manera que acabar con la pobreza, así como, el hambre y la miseria, no se resuelve con políticas asistencialistas y focalizadas hacia los pobres extremos, no es un asunto de subsidios puntuales o bolsas de comida al mejor estilo neoliberal.

La falta de alimentos suficientes y de calidad, así como, otros flagelos sociales que azotan a la inmensa mayoría del pueblo trabajador, es un asunto de justicia en la repartición de la producción en el propio proceso social del trabajo. El problema radica en la manera desigual cómo se ha distribuido dicha producción, la cual se concentra cada vez más en pocas manos, dejando migajas para que sean repartidas entre las grandes mayorías. Según la Oxfam, el 1% de la población mundial se apropió del 80% de todo lo que se produjo, y el 20% restante fue lo que se repartió entre el 99% de la población.  Está claro que la riqueza de los multimillonarios aumentó y los ricos se hicieron más ricos y los pobres se hicieron más pobres. Por lo que, en tanto la producción se siga repartiendo de manera más injusta que antes y al pueblo se le siga entregando tarjetas con la promesa de un poco de dinero, en Jalisco y en nuestro país seguirá habiendo más personas sin poder adquirir la canasta básica.

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