Ya van dos años de gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador y al menos en los discursos que ha proferido le da prioridad a los más pobres, una y otra vez escuchamos que primero los pobres, lo repite hasta el cansancio. Y claro, los más pobres hemos sido su carne de cañón. Los más pobres son los primeros en sufrir por la indolencia de este gobierno y por la falta de servicios. Antes, se recibían beneficios de ciertos programas que eran por su naturaleza insuficientes y ahora ni siquiera eso, porque éstos han desaparecido por el simple capricho de quienes ostentan el poder en Morena.
Esta historia pudo tener un buen inicio, poniendo en marcha su plan de reconstrucción del país, pues en campaña se la pasaba pregonando todos los males que había descubierto que existían y de los que culpaba a los malos gobiernos. Pedía a gritos la oportunidad de gobernar para resarcir e incluso darle solución a todos los males existentes. Ahora lleva dos años en el poder e inició no dando soluciones, sino al contrario empeorando la situación política y económica del país; culpando a los gobiernos anteriores de no haber hecho un buen trabajo. Bien se pudo justificar al principio, per, ahora ¿a quién culpará de todo lo que no hizo durante estos dos años de gobierno que ya le corresponden? Está claro que los resultados son del trabajo insuficiente del presidente y de todo su gabinete. En pocas palabras, resultados de Morena, partido que ahora gobierna con mayoría en la Cámara de Diputados y son estos mismos quienes han sido los ayudantes oficiales de López Obrador para llevar a México a su peor crisis económica y financiera.
El gobierno morenista de López Obrador decidió recortar al presupuesto, pero a quienes afectó con esta decisión fue primero a los más pobres, los campesinos se quedaron sin insumos para el campo, prácticamente la mayoría perdió su cosecha sin apoyo del gobierno y sumándole los embates de la naturaleza como lo que paso en el sureste, y actualmente en Tabasco.
Nos afecta una pandemia a nivel mundial y México ha sido uno de los peores países en el manejo de la pandemia. La irresponsabilidad de presidente es criminal, pues sigue insistiendo que "hay que abrazarse, no pasa nada” y peor que eso, ha mandado a la gente a la calle para contagiarse, y les quita la oportunidad de curarse en caso de haberse contagiado de este u otros males pues en lugar de destinar más recursos al sector salud los recorta. Desapareció el Seguro Popular, que de algo servía. El nuevo programa que iba a sustituir al anterior no está diseñado para poder mejorar la atención de los pacientes y por ende su salud, cuando se puso en marcha ni siquiera contaba con reglas de operación que permitieran ver sus alcances. Hay más de 108 mil muertos, y la mayoría de los infectados son gente que no tiene dinero para curarse.
Aunque López Obrador en su informe presume de haber cumplido los compromisos en salud, educación y corrupción; lo cierto es que nada de esto ocurre. Creó el Insabi, sí, pero de que sirve si ahora no hay medicinas, no hay vacunas para los recién nacidos, no hay medicamentos para los niños que padecen cáncer, los servicios públicos de salud están cada vez en peores condiciones.
El presidente prometió que habría una cobertura universal en salud y medicamentos gratuitos para todos, dijo que el primero de diciembre de 2020 ya tendríamos un sistema de salud como el los países más desarrollados "como Dinamarca” expresó; pero basta con echarle un ojo a los centros de salud de cualquier estado y en cualquier municipio para ver la realidad del sistema de salud: no hay equipo, no hay suficientes médicos y especialistas para atender a la población; a él no le preocupa, pues contrario a lo que prometió, su familia y los políticos de alto nivel se atienden en clínicas privadas, incluso en el extranjero.
Para el año 2021 a pesar de la contingencia y de las necesidades de mucha gente, no se aumenta el presupuesto para los servicios de salud, no se etiquetan recursos para la compra de medicinas, de vacunas, de equipo médico, mucho menos para la construcción de hospitales; entonces, ¿qué se puede esperar? La OMS sugiere que el presupuesto destinado a salud sea el equivalente al 6% del PIB, pero el presupuesto para el 2021 apenas alcanza el 2.7% del PIB.
¿Primero los pobres? El presidente por su propia boca expresó que decidió inundar a las zonas indígenas de Tabasco, donde viven precisamente los más pobres, ahí están nuestros hermanos sufriendo por la inundación, sin apoyo, sin víveres, sin medicinas, allí están los enfermos sin atención médica, las mujeres embarazadas con riesgo de presentar complicaciones porque no saben qué sucederá pues los centros de atención medica que con todo y sus precariedades, hoy están literalmente bajo el agua.
En el presupuesto destinado para 2021 no se etiquetan recursos para obras y servicios sociales, sólo contempla las innecesarias y superfluas obras del presidente así como sus programas clientelares. Claro está que necesita a los pobres, pero sólo para cumplir sus propósitos personales, les entregará un poquito de dinero para convencerlos de votar nuevamente por su partido. Pero todos tenemos que ver con claridad que el apoyo económico es raquítico y pasajero. Por lo que si en los hechos no hay cambios, ni transformaciones reales, mal haríamos en darles nuevamente el voto.
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